48.- ¿Qué hice?

2K 306 65
                                    

—Kurapika, perdóname. Debí decirles que ya había pasado la prueba. —Me sentía fatal, no pensé que involucrarme en una pelea conllevaría a todo aquel enredo.

—Bueno, la verdad es que no importa. Jamás podría enojarme contigo. —confesó manteniendo un rostro enternecido y luego volvió a su zona seria de golpe, cambiando sus ojos a rojo mientras observaba la pelea. —Aunque recibirás un pequeño castigo más tarde.

—¿C...castigo?

—Descuida. Es algo para que recuerdes que como mi futura esposa no debes ocultarme nada.

¿Acabo de oír... lo que acabo de oír?

—NO PUEDO, ME RINDO, ¡AYUDA! —El escándalo de aquél hombre tampoco me sorprendía. Killua en un ligero movimiento le rompió el brazo y lo amenazó con su mano afilada justo en el cuello.

—Dijiste que no te detendrías aún si yo me rendía. ¿Porqué yo habría de hacerlo?

—¡¡¡Buuuaaa!!! te lo imploro, ¡no quiero moriiir!

—Que tipo tan escandaloso.

—Concuerdo contigo, Leorio. Es un llorón. —dije riendo a propósito para no pensar en lo que Kurapika mencionó.

—Araña. —susurró Kurapika al ver el tatuaje de Majitani. Al parecer su repentino cambió había sido por eso y con ello, su personalidad bondadosa desapareció incluso conmigo. Se me estaba erizando la piel. —¡Killua, acaba con él!

—¿Eh? ¿Y esos ojos? —Pensó el albino completamente asombrado. —Bueno, ya lo oíste. —rasgó su cuello un par de centímetros.

—¡Noooo! ¡por favor! ¡te doy la victoria! ¡tendrás las dos victorias! por favor, ¡déjame vivir!

—Dos victorias, ¿eh? Kurapika, ¿tú qué dices?

—Me da igual. Yo no le perdonaré hablar en nombre de la araña.

—¡Kurapika, basta! ¡Sabes que ni siquiera es un tatuaje original! —regañé sin pensar.

—¿Porqué lo sabes? ¿Acaso haz visto uno real? Tú sabes mejor que nadie lo que eso significa para mí. ¿No, diosa?

Está fuera de sí. ¿Cómo lo calmo?

—¡Killua! —llamó Gon agitando los brazos —Déjalo vivir, necesitamos las dos victorias, si él lo dice, es válido. ¿O no, señor examinador?

—Estos chicos son incansables. — sonrió el calvo tomando el micrófono. —Muy bien, ustedes ganan la victoria doble. Sólo les falta una más.

—¡Grandioso! —festejó Killua soltando a Majitani. —Ahora Kurapika sólo tiene que ganar la... última.

Lo único que se me ocurrió hacer para controlarlo fué darle un abrazo. Si estaba bajo el efecto de mi atracción podía apostarlo todo por eso y funcionó. Correspondió a mis brazos y sus ojos regresaron a la normalidad.

—¿Te sientes mejor?

—Sí, gracias por... —De repente algo nos separó con fuerza y cuando menos me lo imaginé, Kurapika y Killua ya estaban discutiendo nuevamente.

—¿Qué crees que haces, Killua?

—Eso debería preguntarte, Kurapika.

—Hey, ¿qué pasa con ustedes dos? —se metió Leorio tratando de calmarlos.

—Está claro que Killua perdió la razón.

—Cállate, mejor haz algo útil y gana la última ronda para que podamos largarnos de aquí.

—Oigan, ¿dónde está Tompa? —preguntó Gon devolviendo la vista al cuadro de pelea.

¡Ese infeliz aprovechó para sabotearlos mientras se distraían!

—Son unos idiotas. Me lo han dejado muy fácil. —sonrió un malicioso Tompa, adelantándose a la plataforma. —Con que sólo necesitamos una derrota más, ¿no es así? perderán 20 horas más si yo me rindo.

—¡Desgraciado! ¡Vuelve aquí, hijo de puta! ¡No sabes lo que haces! —Me iba a volver loca con ese estúpido. No sólo porque me daba rabia que fuera a perder, sino porque el último criminal era un asesino. —¡¡VAS A MORIR!!

Una pelea a muerte cuerpo a cuerpo.

No. Una masacre.

Casi se me olvida de qué se trataba esta historia.

Una aventura que parecía fantástica y alegre se torna sangrienta y triste.

Nadie pudo hacer nada. Mi cuerpo se paralizó del miedo al ver cómo un personaje que no debía morir en ese momento.

Lo hizo.

DIVINA FAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora