DIVINA FAN [+18]

42.- Tompa me las pagará

—Qué gran vista. —Admiré al bajar de la aeronave. La altura de la torre hacía que los árboles alrededor parecieran un sembradío de brócoli.

Era tiempo de pasar a la siguiente prueba. Una de mis favoritas.

—¿De verdad es tan alto como para necesitar 70 horas al bajar? —me asomé por curiosidad a la orilla mientras nadie me prestaba atención. O eso pensaba.

La sombra de alguien opacó la luz del sol tras mi espalda.

—Quizás por fuera no, pero no me creas mucho,—dijo Tompa apoyando sus manos sobre mis hombros— mejor averígualo tú misma. —susurró maliciosamente, asegurándose de no ser visto por nadie antes de su cruel azaña

Un empujón y desaparecí de la vista de todos, con el destino viajando en picada.

—¡¡AAAAAAAAAAAAH!! —grité entrando en pánico. No había manera de detenerme ni de trasladarme. La sensación de estar cada vez más cerca del suelo era aterradora.

¡Voy cayendo! ¡me daré de cara contra los árboles! ¡escucharé mis huesos romperse! ¡¡nooo!!

Fué un golpe inevitable a pesar de mis rezos desesperados. El crugir de mi cráneo y la sangre dispersada alrededor de mi cuerpo dejaban en claro lo terrible del resultado. Tompa, el asesino de novatos, estaba orgulloso de sí mismo al verme "morir".

Sonrió satisfecho y disimulando que buscaba cómo entrar a la torre.

Del otro extremo, los protagonistas veían cómo un hombre era llevado por aves gigantes al tratar de hacer alpinismo por las paredes y por eso no se dieron cuenta de lo que había pasado.

—Se me metió tierra en la nariz... —me quejé gestando los músculos del rostro. No quería levantarme, me daba mucha rabia ver mi propia sangre salir una y otra vez de mi cuerpo en todos los sentidos y formas.

Habría muerto desde el principio de nos ser por este poder o lo que sea.

Ser inmune al dolor me ha salvado de destinos trágicos. Es como vivir en constante estado de anestesia.

Finalmente, decidí reincorporarme y mirar alrededor. Una puerta que llevaba dentro de la torre desde abajo.

—No me jodas. —solté entre nervios, sacudiéndome el polvo y quitando hojas de mi cabello, así mismo, entrando por dicha puerta, mis palabras salieron automáticamente. —¿Es en serio?

Un marcador en la sala donde entré dictó el número 1. De nuevo llegué primero. Pasé la prueba en menos de 5 minutos y sólo me costó morir una vez.

—Sí que eres rápida... —elogió Beans aplaudiendo un par de veces.

—¿Eso es todo? ¿ya pasé el examen?

—Bien, las reglas sólo indican que se debe bajar la torre en menos de 70 horas, el método no es tomado en cuenta. Por lo que, sí, pasaste. Felicidades.

—¡¿Qué se supone que haga durante 70 horas?! —Es decir, estaba sorprendida y felíz por pasar la prueba, sin embargo, eso significaría que no podría ver cómo los chicos bajan la torre.

—Eh... no lo sé.

—Qué mierda de exámen. —Me sentí estafada.

—Puedes salir a conocer el bosque, pero no te lo recomiendo mucho, hay bestias peligrosas que rondan por aquí.

—Suena bien. —dije volviendo a salir de la torre. Mejor que me masticara una criatura salvaje en lo que llegan los demás.

—Esa chica es rara. —ladeó la cabeza y después lo anunció al presidente por medio de un comunicador. —La aspirante número 1 pasó la prueba.