31.- Fruta prohibida

3.3K 450 89
                                    

Nunca me consideré la mayor fan de hunter x hunter, sino una que le tenía y aún tiene mucho cariño a dicha obra. No me cansaba de ver el anime una y otra vez.

Creo que un verdadero fan que conozca cada teoría y detalle de este mundo podría fácilmente volverse un dios real, manipulando a la perfección a todos.

Mi caso es diferente y lo acepto, sería aburrido tener tantos privilegios. Al menos pude haber nacido en una familia con dinero, ¿era mucho pedir?

Soñé con esta posibilidad muchas veces y se cumplió mi deseo, pero me cuesta manejar tantos sentimientos enredosos con los chicos, olvido muchas cosas importantes porque me gana la emoción y es que estoy encantada con el simple hecho de existir aquí.

Sigo sin terminar de creer que aparecí en este mundo, que he renacido y tengo en mis manos un don que me vuelve prácticamente perfecta ante todos.

Inmune al dolor, inmortal, capaz de trasladarme a casi cualquier sitio y atractiva para cualquiera que me mire. O bueno, eso último no lo tengo claro, puede que sólo funcione con los chicos que me parecían atractivos siendo fangirl.

Debí prestar más atención a los gestos y expresiones de personas como él, debí ser más cuidadosa para no caer en este error. Ahora cargo en la espalda el peligro de ser odiada por un protagonista o más. No sé cómo voy a arreglar esto.

—¿A qué te refieres con ninguno? —se confundió Chrollo al escuchar la respuesta directa de su compañera Pakunoda— Tu hatsu tampoco la afecta, ¿es eso?

—Esta vez sí pude usar mi habilidad en ella, pero... no hay una fecha de nacimiento, no tiene nombre, ni familia, nada. —explicaba la rubia fascinada— Simplemente apareció en este mundo, en el valle de Lukso.

—Detente ahí. —Chrollo estuvo pensativo un par de segundos, atando cabos casi de inmediato—  Ese lugar fué donde emboscamos a la tribu Kurta, ya la conocíamos cuando eso ocurrió, entonces, eso significa que ella los conoció antes que a nosotros.— dió un suspiro y frunció el ceño, mortificado por lo recién descubierto— Soy un perfecto imbécil, con razón estaba tan afectada. 

—Líder, no me diga que se está arrepintiendo de esa misión por ella.

Chrollo no contestó y prosiguió con el tema central, preguntando qué más había visto en tu memoria.

—Desde su punto de vista no es capaz de reflejar su imagen en ningún objeto, ni siquiera en el agua, pero ponga atención en esto. La escuché decir una frase muy curiosa cuando se dió cuenta de su existencia, "estoy en hunter x hunter".

—¿Qué es eso? ¿te suena al nombre de algún pueblo?

—Lo dijo como si se refiriera a este mundo, mirando al cielo y sus alrededores, pero no pude averiguar más porque soltó mi mano.

—Hiciste un gran trabajo, Paku. Volvamos con los demás, nuestra misión acaba aquí. —concluyó el líder, siguiendo a Pakunoda a la salida mientras su mente no dejaba de pensar en ti— La próxima vez que te vea, no desperdiciaré la oportunidad de conocerte más, querida diosa.

Regresé a la prueba de la cueva, estoy felíz de que el traslado no me haya enviado a un salto en el tiempo, no sé qué haría si de repente aparezco en el arco de las hormigas quimera.

Pero no veo a nadie, ¿en qué punto me quedé? ¿y si ya terminó y yo sigo aquí? ¡no voy a ser cazadora! me voy a volver paranoica.

Escucho que alguien dice mi nombre, pero el eco hace disturbios con el sonido y no sé de dónde proviene.

Me acabo de desorientar, camino pero no sé si voy o vengo. Escucho una voz, se parece a la de Gon.

—¿Gon? estoy aquí. —necesitaba que al menos me indicaran hacia donde caminar.

—¿Porqué nos ocultas la verdad? —escuché la voz de Gon detrás de mi espalda y al girarme, sentí un escalofrío, sus ojos fijos en mí denotaban rabia. —No eres una diosa.

—Gon... te juro que he querido explicarlo pero...

—Es una mentirosa. —apareció Killua amenazándome con una de sus garras. —Sabe todo sobre nosotros y no dice nada, está en nuestra contra.

—¿Qué? Killua, ¿porqué eres tan cruel? ¡déjame contarte todo!

—Y yo que comenzaba a encariñarme contigo, traidora. —añadió Kurapika, desenvainando sus espadas. —Por tu culpa Pairo está muerto.

—No, Kurapika, tú no... por favor...

—No te queremos aquí, regresa al lugar de donde viniste, no nos des más problemas. —dijo por último, Leorio, quien apenas y me dirigía la mirada.

No entendía cómo diablos se enteraron tan pronto, ¿qué demonios estaba pasando con este mundo? el peor escenario posible estaba sucediendo frente a mis ojos.

Si los protagonistas me odian, no quiero continuar siendo inmortal, prefiero dejar de existir, lo prefiero...

Lloré, al verlos tan enojados conmigo no pude contener las lágrimas, estaba por contarles todo, diría lo que fuera para que me perdonaran, no me importaba si perdía mis poderes, si me quedaba estancada ahí como una humana común, les contaré lo último que sé de la historia si es necesario.

Pero que no termine así...

De pronto, algo me tranquilizó, un abrazo, el cuerpo cálido de alguien que me atrajo a su cuerpo y besó mis labios tan suavemente que mis pensamientos negativos se disiparon.

Aclaré mi vista parpadeando un par de veces para ver cómo los chicos desaparecían, dejándome sólo con quien me tenía en sus brazos, deslizando sus manos por mi cintura.

Ya entiendo, estaba alucinando con el ámbar del árbol que arrastra sus raíces por todo este túnel. De nos ser por este hombre, me habría quedado a llorar y lamentarme como una demente.

—Hisoka. —lo abracé fuerte, ocultando mi rostro enrojecido por la ligera hinchazón en mis ojos.

—No cabe duda que tu único enemigo en este mundo eres tú misma, pequeña fruta prohibida.

Susurró cargándome en sus brazos y mis ojos cansados comenzaron a cerrarse. Jamás imaginé que Hisoka Morrow, este mago incomprendido y de carácter impredecible, terminaría convirtiéndose en mi guardian.

Y en la segunda persona que se atreve a besarme.

DIVINA FAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora