DIVINA FAN [+18]

51.- Beso indirecto

Ya pasaron 15 horas, la mitad del tiempo que debemos estar aquí. Todos duermen, excepto yo.

A diferencia de Killua, Kurapika no está acostumbrado a matar. De hecho, la primera vez que lo debió hacer era cuando se enfrentara a Uvogin. Por el contrario, Killua no mató a Majitani, por el bien de la victoria, también debió sentirse extraño dejar vivir a su víctima.

Es hora de dormir. No me he ido a otro lugar porque me da miedo perderme de estos momentos junto a ellos. Sé que al final del examen van a separarse, después irán a buscar a Killua y habrá un año entero en el que no estarán juntos. El tiempo que queda para conocerlos en su punto más inmaduro se acaba.

¿Dije inmaduro? Ya me parezco a Hisoka y sus comparaciones con frutas. Aún me sigo preguntando porqué me dice cerecita. Si Gon es una manzana verde, tal vez por el color de su ropa, ¿habrá algo en mí del color de una cereza? Lo estoy pensando demasiado...

No quiero quedarme dormida. Si aparezco en otro momento, en otro arco, en otro capítulo, me voy a arrepentir. ¿No podría congelar este día y evitar todo lo malo que viene después? Me los quiero llevar lejos y protegerlos.

—Psst, ¿tampoco puedes dormir? —susurró detrás de mi oreja sin que pudiera percatarme de su presencia previamente, recostado junto a mí a pesar de que Kurapika insistió en que me dieran espacio.

—Killu... —giré mi cabeza y antes de que pudiera hablar, puso uno de sus dedos sobre mis labios indicándome no hacer ruido y me guío a un pequeño pasillo fuera del baño.

—Oye, hice las pases con Kurapika. Lamento la escena que armamos, por nuestra culpa casi perdemos 20 horas innecesariamente.

—No te preocupes, Killua. Por lo menos Tompa no tuvo que morir y eso los ayudará a seguir la prueba.

—Y aún tiene varios jugos. —dijo abriendo una lata que le robó para beberla como si de agua se tratase.

—Eso sólo te beneficia a tí.

—Tal vez, pero, dime una cosa. —Murmuró a disgusto— ¿Te gusta Kurapika? ¿Son algo más que amigos? Digo, no es que me importe, pero así puedo mantener mi distancia si te molesta.

—¿Eh? Por dios, ¿de dónde sacas eso? Los quiero a todos de la misma manera, no pretendo nada malo, yo soy como... una especie de admiradora, digamos que soy tu fan.

—¿Y está mal querer a una fan? —balbuceó entre dientes observando la lata— Olvídalo. No dije nada. Vamos a dormir.  No te preocupes tanto, lo que sea que te estrese y te robe el sueño, lo solucionarás. Lo sé porque eres tú.

—Claro, en un momento iré.

Lo hice. Cambié la historia. Finalmente mi presencia afectó el flujo de acontecimientos, Killua perdonó una vida y Kurapika acabó con otra. Gon ha despertado un gran interés por el piedra, papel y tijera. Leorio ha perdonado a Tompa. Y Tompa, bueno, él tiene demasiada suerte de seguir vivo.

Cuando Killua se fué a dormir, noté que dejó la mitad de su jugo y me pregunté si quizás era para mí. Así que me la bebí y lo primero que pude saborear me erizó la piel. Ni el extracto de naranja ni el laxante que contenía, sino el sabor de su boca en el borde.

Mis mejillas enrojecieron. Ese había sido un beso indirecto de lo más dulce.

—Como lo pensé... — deduje después de estar en las nubes por varios segundos, procesando el momento. — Los venenos tampoco no me hacen efecto.

Decidí hacerle caso a Killua y no preocuparme por desaparecer al dormir. Al volver con ellos ví que Killua y Gon comenzaron una pelea de almohadas. Leorio trató de silenciarlos y recibió un suave ataque en su rostro.

Me reí junto a ellos disfrutando de sus risas hasta que una almohada impactó mi cabeza. El culpable había sido un lindo Kurta que fingía seguir dormido.

Killua y Gon también se dieron cuenta y terminamos desvelándonos en jugar, reír y hacer tonterías, guerras de almohadas, fortalezas con bolsas de dormir. No sé cómo le terminamos prendiendo fuego a los calcetines de Leorio. Se enojó mucho.

—Maldición... Debí dejar que me mataran. —Se quejó Tompa sin poder dormir el resto de la noche.