37.- ¿Netero me conoce?

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Lo sabía, Menchi está siendo mala examinadora a propósito para descalificarnos por ley de sus ovarios.

Menos mal que todos se dieron cuenta. Ahora llegará el presidente a darle con la chancla.

—Me dijo que estoy al mismo nivel que Leorio... —Lamentó Kurapika mirando frustrado su pescadito envuelto en arroz, el cuál seguía vivo.

—Está bien, no a todos se nos da cocinar. A mí me gustó tu intento. —consolé recordando lo que les deseaba decir a todos cuando ví este capítulo.

—Tu preparación y presentación fué excepcional, no tenía razón para rechazarte. —se quejó defendiendo mi platillo.

—Mira el lado bueno, si ella pasaba, el resto tendríamos que volver a casa. —admitió Leorio uniéndose a la indignación grupal.

El abucheo, las quejas y el descontento de los aspirantes ocasionaron que el presidente tuviera que venir. En especial porque Menchi estaba dispuesta a pelear contra el aspirante que despreció a los cazadores gourmet. Un dirigible pasó justo encima de nosotros y Issac Netero saltó desde arriba, cayendo justo en frente de mí, levantando una gran cantidad de polvo con el impacto.

Era un verdadero placer conocer al hombre que se sacrificaría por la humanidad.

—Jovencita, usted me parece conocida. —dirigió su mirada a mí, con suma seriedad.

—Señor presidente, creo que me está confundiendo con otra persona.

No me acuerdo haber ido a visitar la presidencia desde que llegué, ¿qué está pasando?

—Tal vez sea eso —dijo dando la vuelta para dirigirse a Menchi —o talvez no. —susurró arqueando una ceja como si ni él mismo estuviera seguro.

Bueno, el viejito en este capítulo es menos serio de lo que parece, no debería tomarmelo personal. ¿O sí?

Después de que la examinadora admitiera que fué imparcial y exageradamente estricta, llegó el momento de dirigirnos a esa extraña montaña dividida por la mitad.

—Le dije a Hisoka que hablaríamos en el dirigible, ¿dónde se metió? —lo busqué por todos lados y no aparecía, estaba a punto de usar mi don cuando me crucé a Killua en uno de los pasillos.

—¿A quién buscas? —preguntó entonando sus palabras con cierta sospecha, como si tratara de enjuiciarme.

—¡Killua! —me alegré igual, ignorando la seriedad de su mirada— estoy buscando a...

—¿Hisoka? —adivinó. —Claro, te ví hablando con él. Así que una cita, ¿uh? —trató de sonar lo menos celoso posible pero le salió muy mal— es mucho mayor que tú.

—Espera, ¿de qué edad me vez?

—Es obvio que tienes 12. Por lo mucho 15 si eres traga años.

Así que él me ve como alguien de su misma edad.

—¿Porqué espías mis conversaciones? —Cuestioné con el propósito de cambiar el tema. Lo cuál era difícil, esa mirada acusadora la tenía casi desde que empezó el examen.

—Fué una casualidad, yo pasaba por ahí. —rechistó volteándo el rostro con indignación. Era claro que mentía. —¿Qué clase de favor puede hacerte él que yo no?

Dios, no me lo preguntes así, soy muy mal pensada.

—Eh... —Mi rostro se sonrojó y me temblaron las manos, escogí un mal momento para fantasear— Rápido, dí algo, ¡tu silencio te delatará! —me grité en mente intentando regresar a la seriedad que huía de mí sin permiso.

—¿Crees que porque soy un asesino profesional no puedo hacer esto? —sus manos me empujaron contra la pared de forma ansiosa y posesiva. Respirando sobre mi cuello como si el simple acercamiento fuera un deleite para sus sentidos.

¿Qué está haciendo? ¿porqué me está acorralando? me confundí, ¡¿ahora qué hará?! el corazón me late fuerte. ¿De qué eres capaz, Killua Zoldyck?

—Este examen es muy aburrido, juguemos para pasar el rato. —murmuró ocultando su rostro en mi cuello. Mi cintura estaba atrapada entre sus brazos y sus labios comenzaban a rozar mi piel hasta llegar a mi boca.

—¿No somos menores para estas cosas? —Me sentía culpable, no quería ser la causante de la corrupción de Killua. Pero algo me dice que este chico tiene más perversión mental que yo.

—Matar es ilegal sin importar la edad y me dedico a eso. ¿Qué te hace pensar que me importa la edad que necesito para...?

—¡Killua! ¡ahí están!

No tardó ni medio segundo en soltarme y fingir que nada pasaba.

—Diablos... —pensó el albino rechinando los dientes por haber sido interrumpido.— ¡hola Gon!

Era momento de que los dejara solos para que se conozcieran y fortalecieran su amistad.

Me impresiona ver que Killua cambia radicalmente en presencia de Gon. Se vuelve su interés hacia él, muy fuera de lo que yo esperaba.

Son tan lindos. Así se llevaban Kurapika y Pairo...

Oh, ese pequeño, nuestro encuentro fué tan corto, si lo hubiese podido salvar, me habría vuelto responsable de cuidarlo.

—¿No estaba en el pasillo? ¿qué hago en esta habitación? —Tan sólo me había dado la vuelta y ya estaba en un cuarto diferente. Pero el diseño del mismo no combinaba con el estilo de las demás habitaciones.

Talvez porque ya no estaba en el dirigible.

—Lo mismo me pregunto. —concordó el hombre a mis espaldas, cubierto de sangre y sosteniendo la lengua cercenada de una de sus víctimas— Parece que fué ayer cuando casi te convertiste en mi juguete de tortura. Es una lástima que gracias a ese tatuaje no podamos retomar "eso" en lo que nos quedamos.

—Feitan...

DIVINA FAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora