1.- ¡Estoy en Hunter x Hunter!

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Amaba ese anime y a casi todos sus personajes, entre teorías y una eterna espera por la actualización del manga, me obsesioné, lo último que pensé al morir tan joven en ese accidente fué "ojalá en mi próxima vida pudiera ser realidad el universo de Hunter x Hunter y nacer ahí".

Mis ojos se cerraron por un largo tiempo, o eso pensé.

Una voz me llamaba una y otra vez entre la oscuridad infinita hasta que desperté.

Abrí los ojos parpadeando una y otra vez y observé hacia el cielo que iluminaba mi rostro entre lo que parecían aves silvestres.

—¿Estoy en el paraíso?

No creía haberme portado tan bien como para estar ahí, pero me alegraba poder sentir mi cuerpo respirando.

Me incliné hacía adelante para levantarme del suelo y noté que mis piernas eran diferentes, me gustaba cómo se veían pero no parecía mi cuerpo, además me encontraba completamente desnuda, no le tomé importancia ya que el lugar donde me encontraba era un pastizal verde enorme en medio de lo que parecía ser un bosque.

—Este paraíso es extraño.

Caminé sin temor entre frondosos árboles y suave viento cálido, me sentía como la primera humana en el mundo.

—¿Lo soy? ¿seré la nueva Eva de este mundo? — pensaba. Vaya incrédula que soy hasta en la otra vida.

Voces a lo lejos negaron mi ilusión. Parecía que no era la primera.

Debía haber entonces otras almas en este paraíso y quizás pudiera encontrarme a alguien conocido.

Cuanto más me acercaba, notaba que las personas que apenas se distinguían llevaban ropa puesta y había casas extrañas redondeadas, sentí mucha emoción al pensar que se parecían mucho a las casitas del clan Kurta de Hunter x Hunter.

Me reí levemente y después comencé a notar que los atuendos eran los mismos que los del clan.

De pronto sentí mucha vergüenza, todas esas personas tenían ropa y yo no.

Algo no tenía sentido, juraría que estaba muerta.

¿qué hago aquí? ¿será que se cumplió mi deseo?

Y si el clan Kurta es este, ¿qué edad tengo? ¿en qué capitulo estoy?

Asomé mi cabeza entre los árboles ya muy cerca de las casas y ahí lo vi. Tan hermoso, podría comermelo a besos.

—Estoy en Hunter x Hunter, donde la historia todavía no comienza. — Susurré mirando a Kurapika de aparentes 10 años, ese precioso ser de luz que no merecía sufrir.

—Necesito ropa, ¿debería entrar? si piensan que soy una intrusa me echarán o peor, me capturaran y seré mal vista por todos. Si tan sólo pudiera... — deseaba desesperadamente — conseguir ropa en alguna boutique cercana...

Dí un parpadeo, me perdí de vista un segundo y el entorno cambió.

— ¿Qué está pasando? ¿ahora dónde estoy? esto es...

Me encontré entre racas de ropa, dentro de una tienda departamental cerrada, apenas podía moverme de la impresión.

—¿Qué carajos acaba de pasar?

Lo único que se me ocurrió en ese momento fué que estaba soñando y por eso podía cambiar el entorno en el que estaba.

Quizás no morí después de todo y estoy en coma o algo así.

Busqué las prendas que más me gustaron y con el conjunto completo dejé de sentirme vulnerable en ese sueño raro.

De no ser que todo se sentía tan real, la alarma de la tienda comenzó a sonar y rápidamente fuí vista por un guardia que rondaba el centro comercial.

—Esto no era parte de mi deseo...

Corrí por donde vi una puerta y no era más que una bodega pequeña donde guardaban más cajas de ropa. Me escondí entre ellas totalmente asustada, la puerta del local fué abierta en unos minutos.

—Me van a detener, voy a ir a la cárcel en mi propio sueño... ¿qué hago? ya no quiero estar aquí, prefiero estar con Kurapika, ¡regrésenme al clan Kurta! —subí la voz en una desesperada súplica a la nada.

El oficial abrió la bodega y con ayuda de una lámpara iluminó entre cajas, cerré mis ojos con fuerza cuando lo escuché decir "ahí estás, ladrona".

Y después, no escuché nada. Abrí los ojos y me vi sentada en un suelo distinto, levanté la vista, al parecer me encontraba en una pequeña casa, mi cabeza daba vueltas, logré cambiar de sitio.

—¡Sí! ¡funciona! ¡puedo cambiar de lugar cuando yo quiera!

Todo eso me parecía maravilloso, pero no me había dado cuenta de lo específica que fuí con mi petición, hasta que supe de quién era la casa Kurta en la que me había metido.

—¿Quién eres? —preguntó el niño rubio, vestido con su típica ropa Kurta en azul y dorado, ladeando su cabecita al verme.

Estaba en casa de Kurapika.

DIVINA FAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora