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Caigo sobre mi pierna un poco adolorido, trato de levantarme lo más rápido que puedo pero es inútil, Alisson me tiene atrapado con una llave, intento golpearla en la pierna pero estoy totalmente inmóvil.

Cada vez el dolor es más fuerte, no quiero rendirme, sería la tercera vez que pierdo contra ella, así que con mi cabeza, que es la única parte de mi cuerpo con un poco de movilidad logro golpear su boca, lo que es suficiente para que me suelte, me levanto y empiezo a golpearla en el estómago, ella solo forma una bola para intentar cubrirse, es mi mejor amiga pero tengo que hacerlo.

Suena el silbato y me detengo.

- Ya se rindió - Dice Fred, el instructor, mientras levanta a Alisson del piso

- Buen combate - me dirijo a Alisson mientras me limpio la sangre que me gotea de la nariz- ¿tres de cuatro?

- Ni hablar, te dejare ganar esta vez. - responde igualmente quitándose la sangre de la boca.

Alisson se dirige hacia los vestidores de mujeres mientras mi mejor amigo Max a quién conocí desde que tengo cinco años, nos vamos a la sección de arco y flechas del centro de entrenamiento, he asistido a este centro casi todos los días desde que tengo once años para los juegos, en estos seis años aprendí a usar con gran habilidad cuchillos y varias técnicas básicas y avanzadas de supervivencia, ya que no quiero que me pase lo que le ha pasado a varios de mis ex-compañeros del centro, van a Los Juegos siendo tan mortales en combate cuerpo a cuerpo, pero terminan muriendo por causas tan naturales y básicas como la deshidratación o la hipotermia.

Honestamente no me emociona mucho que me escojan, ni nunca he pensado ofrecerme como voluntario, dejare eso para otros que busquen la fama y la gloria y por su puesto llevar con "orgullo" a nuestro distrito. Además no me imagino a mi estando en los juegos.

Llegamos a la sección de arco y flecha para practicar, esta es la actividad que menos se me da, prefiero lanzar cuchillos o usar espadas.

- Ten uno.- Me dice Max tendiendo un arco hacia mi.

-No quiero practicar con estas armas.- protesto. Lo único que hare es quedar mal.

-Era de que lo digas antes de venir hasta aquí.

-Igual, faltan cinco minutos para irnos.

Max devuelve las flechas de donde las tomo y nos dirigimos hacia los vestidores, una vez adentro me encuentro con Cato y Kent, un par de hermanos que son muy buenos en casi todo lo que te puedas imaginar, desde mazas hasta anzuelos, Cato es menor dos años para mi mientras que Kent es de mi edad, al darse cuenta de que entramos empiezan a hablar.

- Y dime Jay ¿cuándo piensas ofrecerte como tributo?- dice Kent un poco burlón

-No tengo ni idea, tal vez el siguiente año- miento ya que no quiero quedar mal frente a estos dos.

-Yo lo hare este año o igual el próximo ya que será el último año en el que mi nombre entra a la urna - regresa a ver a su lado- y Cato lo hará para los septuagésimo cuartos.

-Felicitaciones - dice Max en tono sarcástico poniéndose una camisa limpia.

-¿Y tú? - Le responde Cato un poco molesto - ¿Sólo lo haces por que no te pateen el trasero en la arena o por enorgullecer a tu familia y al distrito?

-Deberías relajarte y no tomarte esto tan en serio.

-Seria decepcionante que pase lo mismo que el año pasado - Digo rapidamente para evitar una discusión - A Milles lo mata esa Johanna y Rebecca muere por hipotermia.

-Lo sé, Milles ni se la vio venir, ¿desde cuándo esa llorona del distrito siete puede levantar un hacha y matarlo al junto con la del uno y los del cuatro? - Dice Max

72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora