Corro un largo rato hasta que ya no puedo más, me detengo para tomar aliento, al parecer estuve subiendo una colina, hasta ahora no me daba cuenta de lo cansado que estoy, me descuelgo la maleta que tome cerca de la cornucopia del hombro y la abro para ver que contiene, una linterna, cerillos, alambre, fruta deshidratada, una botella de dos litros llena de agua, unas bridas, una cuerda, un botiquín lleno de vendas y unas pastillas.
No tengo idea de que hacer, se supone que ahora estaría con los mejores suministros de la cornucopia y no aquí solo en el bosque sin comida y corriendo de los que se supone que eran mis aliados, según las guías de supervivencia que estudie en la academia, lo primero que debería hacer es buscar agua y comida, tengo agua, pero no creo que dure más de un día y comida ni hablar, me arrepiento de no saber cómo preparar una simple trampa, pero tengo que demostrar a la audiencia y a mis posibles patrocinadores de que puedo resistir y que no me daré por vencido.
Empiezo a caminar cuando suena un cañonazo, me detengo en seco y al primero lo siguen otros siete, lo que significa que el baño de sangre ha terminado y han muerto ocho tributos, de seguro después de organizar las provisiones los profesionales saldrán a buscar a otros y estoy casi seguro de que el blanco de esta noche seré yo.
Empiezo a trotar para poder mantener el paso y tomar la mayor distancia que pueda, sigo así casi por una hora, el camino empieza a descender y la temperatura empieza a bajar drásticamente, a lo lejos se ve un rio así que el agua no será problema, creo que es la única fuente de agua del estadio ya que no vi un lago o algo parecido cerca de la cornucopia, camino alrededor del rio para ver si hay peces, el agua es tan cristalina que se puede ver la grava al fondo, me propongo a cruzarlo, pero algo me detiene, los vigilantes tal vez hayan preparado una trampa, saco un poco de la fruta deshidratada y la lanzo, inmediatamente un grupo de peces escarlata la rodean con la intención de atacarla, pero se dan cuenta y regresan hacia su escondite, tomo una nota mental de no cruzar el rio.
El sol casi ha desaparecido del cielo así que tengo que buscar un lugar de dormir, intento subir a un árbol pequeño pero soy muy pesado y caigo de unos dos metros al suelo, por suerte las hojas secas amortiguan mi caída, sigo caminando y a unos metros veo un árbol con un tronco y ramas muy gruesas, pero imposible de trepar hasta unos 5 metros, recuerdo que en el centro me enseñaron a trepar un árbol con una cuerda así que saco la cuerda de mi mochila rodeo mi cuerpo y el tronco con ella y enseguida empiezo a subir, escojo la tercera hilera de ramas ya que si caigo las dos hileras de abajo frenaran mi caída, cuando estoy lo suficiente seguro de que la rama aguantara mi peso, amarro la cuerda a mi cintura y al tronco del árbol, saco la linterna y uso la maleta a modo de almohada, la temperatura ha bajado mucho y el viento empieza a golpearme la cara.
La noche cae rápidamente sobre la arena y lo único que se puede ver es la oscura sombra de los árboles que se alzan frente a mí, cuando empiezo a quedarme dormido se oye el himno y aparece el símbolo del capitolio flotando sobre el cielo, a continuación aparece la cara del tributo del distrito uno, seguido por Lía, ver su foto en el cielo me da una punzada de dolor, el tributo del cuatro que me intento asesinar con el tridente y que yo mismo mate, los dos del cinco, el chico del seis, las chicas del ocho y nueve y finalizan con el chico del once.
Es la primera vez que pienso en Lía desde que la vi morir, siento que tengo que vengarla de alguna forma, quiero matar a todos los que tuvieron que ver en esto, desde la chica del uno hasta los inútiles del doce que seguramente están en esa alianza porque tuvieron calificaciones decentes, me gustaría saber que calificaciones tuvieron los demás tributos ya que solo me quede para ver la mía, ahí estaba tan confiado en que nada de esto pasaría, de hecho creo que es la primera vez en los juegos que el primer día los profesionales se matan entre ellos, me pregunto si Enobaria y Brutus están tan sorprendidos y lastimados como yo, me consuela un poco imaginarme a Enobaria soltar unas groserías contra Gloss o Cashmere.
Tengo tanto frio que me quedo dormido de inmediato, un ruido me despierta y me quedo viendo a la sombra que tengo enfrente, enciendo la linterna y veo que solo son las ramas del árbol, enseguida suena como se quiebra una rama y apago rápidamente la linterna, tal vez era solo un animal o tal vez eran los profesionales a lo lejos se escuchan unas voces.
-Les juro que vi una luz por aquí.-Es una voz de mujer
-Ya hemos revisado esta zona por una hora, no creo que él sea tan tonto para quedarse dormido en el suelo.-Conozco esa voz, es la tributo del cuatro.
-¿Y si está siguiéndonos?.- pregunta un hombre.
-No lo creo, si estaría haciendo eso alguno de nosotros ya estaría muerto.
-¿Cómo lo sabes?
-Lo vi lanzando cuchillos, casi nunca falla y si estaría cerca ya habría clavado uno a alguien.- dice susurrando.- Magda me dijo que tenga cuidado con él, porque vio que tomo un chaleco lleno de cuchillos.
Magda, me suena conocido, he oído ese nombre, pero no se a que tributo pertenece. Cada vez las voces suenan más distantes, como me suponía me están buscando a mí, desenredo la cuerda del árbol y bajo rápidamente con la intención de seguir la dirección de las voces y tal como dijo la chica del cuatro si los estaría siguiendo ya uno habría muerto y a eso voy.
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72 Juegos del Hambre
FanfictionJay Ruess, originario del Distrito 2 está listo para convertirse en un Agente de la Paz y servir al Capitolio, pero todo cambia cuando es seleccionado como tributo para los Septuagésimo Segundos Juegos del Hambre.