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Ya han pasado cuatro dias desde que los juegos empezaron y de los veinticuatro solo quedamos once, no tengo ni idea de donde se encontraran los demás y de como es el resto de la arena, pero estoy seguro de algo, los tributos que quedan en su mayoria son letales, tienen idea de lo que están haciendo y quieren ganar tanto como yo.

Otra vez me arrepiento de no quedarme a ver las calificaciones de los demás, así tendría una minima idea de quien es mas peligroso que quien, por lo que he visto la tributo del 1 es mi mayor preocupación seguida por la tributo del 7, a partir de ahí no se nada de los demás, ni en que armas se especializan o cuales son sus habilidades, intento recordar algo del centro de entrenamiento que me pueda servir, pero es inútil no tuve la idea de fijarme en que hacían los demás fuera de los profesionales y la mayoría salvo tres ya están muertos.

Bajo del árbol muy lento para no perder energia, tomo mis cosas y decido ir hacia el norte para explorar más la arena, si sigo así tal vez todos se maten entre si y yo no tenga que hacer nada mas que esperar a que el último muera por perdida de sangre o por una contusión, es una idea muy reconfortante y horrible a la vez, pero dadas las condiciones en la que estoy me gustaría que pasara, no tener que ensuciarme más las manos.

Conforme avanzan los dias en la arena, siento que solo es cuestión de tiempo para que los vigilantes arremetan con todo hacía nosotros, en tres días no ah muerto nadie y por lo que veo tampoco han habido batallas ni enfrentamientos, es graciosos imaginarse al publico del Capitolio sentados en sus lujosas casas esperando una gloriosa batalla en donde sus tributos favoritos se sacan los ojos con las uñas.

Solo he avanzado poco espacio desde que me encontré con la tributo del 4, la Cornucopia debe estar a unos diez kilómetros al sur de mi posición, quiero alejarme lo mas que pueda así que empiezo a correr cuando el ruido de un cañón me detiene, eso fue cerca de mi, miro para todos lados pero no hay señal de nadie, intento acercarme al lugar de donde provino el cañón, pero ahora el ruido que se escucha es totalmente diferente, un zumbido muy agudo seguido de varios chasquidos, me muevo unos metros para ver de donde proviene, pero enseguida el sonido para, no puedo creer lo que veo, todos los arboles delante de mi están completamente negros, parecería que un incendio arraso con todo, pero unos pequeños espacios dejan ver el verde de las hojas, lo que indica que algo lo esta cubriendo, me acerco unos pasos mas, un pequeño insecto negro se coloca en mi brazo, estoy a punto de aplastarlo con mi mano pero siento un dolor muy agudo que lo impide, el insecto entra en mi piel y empieza a desplazarse dentro de mi brazo, puedo ver el bulto que se alza bajo mi piel, siento un dolor insoportable en el brazo como si estuvieran cortando mis venas desde dentro, tomo un cuchillo, lo clavo en donde siento al insecto lo saco y lo mato antes de que pueda volver a hacerlo, me doy cuenta que los zumbidos y chasquidos vuelven, levanto la vista hacia el árbol, hay miles de pequeños insectos volando hacia mi en forma de una nube negra, inmediatamente salgo corriendo lo mas rápido que puedo.

He corrido unos treinta metros pero los insectos no paran de seguirme, los siento volando detrás de mi, conforme corro unas punzadas de dolor se clavan en mi espalda sintiendo a unos cuantos entrando por mi piel, tropiezo con algo y me doy cuenta que es el cuerpo de la chica del 10, hay sangre al rededor de su cuello e incluso unas gotas de sangre están cayendo de sus orejas y ojos, levanto al cuerpo de su espalda y lo arrojo hacia el enjambre detrás de mi, no volteo a ver ni disminuyo el paso pero el dolor en mi espalda va creciendo, subo una colina con la esperanza de que ya no me sigan, volteo a ver y miro al cuerpo de la chica del 10 cubierto en sangre que sale por todos los huecos que están distribuidos por toda su piel, arriba de ella se forma una nube negra de insectos que regresan nuevamente al arbol en el que estaban como si no hubiera pasado nada.

Sigo caminando unos metros mas pero el dolor ya se volvió insoportable, tomo el cuchillo y saco siete insectos de mi espalda los coloco en una ranura del pill box con un pedazo de carne, me pongo alcohol en las heridas y me recuesto bajo un arbol para recuperar un poco de energia

La audiencia por fin debe haber tenido un poco de diversion, pero aun me pregunto como murió la chica del 10, lo mas probable es que su compañero de distrito u otro tributo la haya matado ahogandola con una cuerda, pero es muy difícil de saber, lo único que tengo claro es que agradezco su muerte porque gracias a que su cuerpo distrajo a los insectos estoy vivo.
No tengo la energia para subir a un árbol así que busco unos arbustos que me cubran lo suficiente y me quedo ahi, pasa lo de siempre: el himno y la cara de la chica que salvó mi vida, me alegro de que ya haya muerto antes de sentir como los insectos penetraban en su piel

72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora