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Es verdad, Alisson me explicó todo y es muy interesante ya que todo cuadra, ¿Cómo no me pude dar cuenta? Los juegos de las minas o como se deberían llamar, Los pre-juegos del Hambre, son una especie de pasarela en donde cada participante a lo largo de las primeras pruebas demuestra su velocidad, resistencia, habilidades de combate son una especie de filtro para ver quién podrá estar a la altura de los juegos.

El camino a casa se me hace más largo ahora que tengo los ojos hinchados y algunas partes de mi cuerpo muy adoloridas, pero, no importa, me siento bien, no solo por ganar esto, sino en ver como Cato perdió la cabeza por no haber ganado y salió furioso de ahí, pasamos por las casas de los mineros, y entramos a la parte más pudiente de la ciudad, primero llegamos a casa de Alisson y luego a la mía, me despido de Max y entro, mi mama llega con toda mi familia, vaya que somos numerosos, pero es esta casa solo vivimos mi madre, mi hermana y yo.

Todos llegan y me felicitan, no estoy de humor así que me despido de todos y subo a dormir a mi cuarto.

Despierto un poco tarde, hoy no hay clases debido a que mañana es la cosecha, pero el centro de entrenamiento está abierto, necesito entrenar una vez más para sentirme preparado para mañana, solo es por si acaso, el centro está más lleno de lo normal, vienen personas que nunca he visto por aquí, creo que piensan que solo por el hecho de entrenar un día antes lograran tener una oportunidad en los juegos si los eligen y nadie se presenta voluntario.

Entreno lo más duro que puedo, primero con cuchillos, ya soy un experto en esto pero quiero hacerlo más, luego en hachas, no soy tan bueno en esto como para los cuchillos pero eso no quiere decir que tenga un mal nivel.

Es todo por hoy, tengo que estar presentable para mañana y no tener cara de sueño, salgo de ahí me encuentro con Max, decidimos ir a las minas, pasamos por las pequeña aldea de mineros que están a los pies de las montañas y llegamos al lugar en donde se dio la competencia el día anterior, la pista ya no existe, es como si nada de lo que ocurrió ayer hubiera pasado al venir aquí no teníamos ninguna razón para hacerlo, pero es una forma de matar el tiempo.

De regreso a casa decidimos tomar una ruta alterna, esta ruta lleva a la parte sur de la ciudad, esta parte es al igual de donde yo vivo una de las más pudientes del distrito, casi los del centro no tenemos contacto con los del sur aunque solo queden a unos treinta minutos, estar parte es muy independiente, tienen una escuela y un centro de entrenamiento distintos, al momento de pasar por el centro de entreno veo a una chica alta con el pelo negro y unos hermosos ojos azules, me quedo anonadado viéndola.

-Hey, ¿qué paso te gusto esa chica?- Pregunta Max- Es linda

-No es linda, es hermosa.- digo yo aún con la mirada fija en ella.

-Ya vamos, está atardeciendo.- dice Max.- Además, no conozco a nadie de aquí, es como un distrito totalmente nuevo.

-Bueno, tienes razón, ya salgamos de aquí.

Regresamos al por el mismo sector, no puedo creer que el día ya se acabe, esto es una basura, mañana será la cosecha y toda la actividad normal del Distrito se paralizará durante un mes aproximadamente, esto me gusta mucho, debido a que no hay escuela pero igual tiene un sabor agridulce, ya que envían gente que no volverá, a menos que ganen, lo que no ha pasado en los últimos diez años.

Ya es de noche cuando llegamos así que pasamos por el edificio de justicia, los agentes de la paz están construyendo las tarimas que se usaran mañana, se oye como un aerodeslizador aterriza, todos regresan a ver hacia la imponente máquina que se alza en la zona de aterrizaje ubicada a dos calles, poco a poco se abren las puertas y sale una mujer, con un atuendo tan ridículo que me hace soltar una carcajada, esta mujer es la mismísima Aylen McKinnon la escolta del distrito 2, la he visto ir y venir desde que tengo memoria, debe tener unos cuarenta años pero por todas las cirugías que se debió hacer aparenta unos treinta, sigue caminando hasta que casi tropieza en las ultimas gradas del edificio, esta mujer sí que es torpe, da la vuelta y se pierde dentro del edificio.

-¿Qué crees que nos tengan preparado este año?- Pregunta Max dubitativo.

-Este año no se per...- corto la frase ahí, si lo digo es posible que meta en problemas a mi tío por dejarme oír.

-No sé, ¿qué?

-No nada, fue una idea suelta.- seguimos caminando por toda la plaza, la gente se está preparando para mañana, durmiendo temprano y cenando todos reunidos, porque quizá dos familias jamás vuelvan a ver a sus hijos, pienso hacer los mismo, cenar y dormir, me despido de Max y me dirijo hacia mi casa.

La cena fue muy cálida, toda mi familia reunida conversando y suponiendo cosas que pasaran mañana, el tiempo pasa mientras fluye la conversación y no nos damos cuenta que ya es casi media noche, me despido y subo a dormir, ya que quizá mañana sea un día que marque mi destino.

72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora