35.

153 9 2
                                    

Jay Ruess:

Los mentores del distrito seis y nueve empiezan a beber en el bar antes de irse, por lo que aprovechan para tomar unos tragos en vista de que sus tributos ya murieron.

En las pantalla de mi estación, puedo ver toda la arena, junto a la lista de objetos que puedo enviar y los signos vitales de cada uno de los tributos de mi distrito.

Al parecer esta arena es muy grande, despues de unos ocho kilómetros, la selva es reemplazada por unos esteros llenos de agua y vegetación acuática. Ningún tributo ha llegado aun hasta ahi. Aún menos Kent y Lilie, que estan a menos de cien metros de la Cornucopia.

Ayer, fue una noche tranquila, los profesionales se quedaron en la cornucopia para protejer sus provisiones despues del robo de algunas cosas. Mientras que Lilie durmió en el árbol junto a la Cornucopia. Aún nadie despierta, a exepcion del chico del tres, el cual esta en los limites del bosque y los esteros.

En vista de que nada interesante ocurre hoy ire a hacer tratos con algunos de los patrocinadores. No para ayudar a Kent, él tiene todo lo que necesita en la Cornucopia, aunque Lilie, esta muy bien dotada de provisiones, siento que necesitará un poco de ayuda adelante.

Al llegar al ascensor me encuentro con Johanna.

- Me da tanto asco estar aqui.- Comenta claramente fastidiada.- Solo lo hago por esos pobres chicos. ¿Mientras tu?.- me apunta con un dedo.- ¿Honor? ¿Orgullo? ¿Fama? Me imagino que te encanta estar aqui.

- Para nada.- le respondo cortante.- Estoy aqui por lo mismo que tu. Comprendo perfectamente a mis tributos, tenemos la misma edad. Y se que tienen alguien que los espera en casa.- Se forma una media sonrisa en Johanna.- Me gustaria ayudar a todos, pero las reglas de este juego no me lo permiten .- añado.

- Al parecer me equivoque contigo, Finnick tenia razón.- se limita a decir mientras sale del ascensor meneando su cabellera.

¿Qué? Es lo unico que pienso durante el camino. No tenia idea de que los otros mentores hablaban de mi. Tengo entendido que la mayoria son amigos por varios años. Los diez vencedores del distrito dos que aún viven, se llevan muy bien entre ellos. Aunque yo solo confio en Brutus y Enobaria.

Llego a una especie de Bar, muy lleno de personas sumamente extravagantes. Al parecer soy el único mentor que esta por aqui, así que recibo las miradas de todos los posibles patrocinadores. No conozco a nadie, solo tengo por seguro que a algunos no les gustará la idea de patrocinar a Lilie.

- Hola Jay .- No reconozco a quien me saluda.- ¿Cómo estas? .- Es un hombre calvo y con tatuajes naranjas sobre su pálida piel que se expanden por todo su cuerpo.

- Hola, encantado .- Sonrio, aunque no conozca a este sujeto, no quiero parecer mal educado frente a posibles patrocinadores.

- ¿Me imagino que querrás ayuda con tus chicos verdad? .- pregunta intrigado.

- Sí .- le confirmo .- Quisiera ayudarlos si necesitan ayuda.

- ¿A cual de los dos? .- Me pregunta mientras nos vamos a sentar a la barra. Frente a un televisor.

- Estaba pensando en Lilie.- Pone mala cara.- Es una chica muy lista, y si no a Kent.- Termino

- El anterior año, cometí el error de patrocinar a esa chica del distrito uno y no a ti. No cometeré eso dos veces, asi que si Lilie sobrevive dos dias mas la ayudare. Pero mientras tanto, quisiera invertir en Kent. ¿Que te parece?

Terminamos de conversar. Al parecer este hombre, llamado Zideriom, me sera de gran ayuda. Estoy regresando a la sala de los mentores pero para mi sorpresa no hay nadie, al parecer todos se han ido. Estoy por salir, pero una carta sobre mi puesto me llama la atención. Me acerco y la tomo.

"El arte es producto de la sociedad en la que se crea, se parte de ello."
- Snow

¡Genial! Estoy a punto de descansar por que no dormí mucho ayer, pero tengo otros planes. Parece que desde ahora ya no tengo control de mi vida. Es mas ¿Cuándo lo tuve? Es mejor seguir las ordenes del presidente. No quiero que tome represalias contra alguien que quiero.

El auto me lleva hacia una zona de casas igual de lujosas que todo el capitolio. Allí me espera una pareja, muy joven, por un momento pienso que son, pero estos son diferentes. Saludamos y me invitan a pasar a su sala principal.

- ¿Como están?.- Digo a modo de saludo.- Al grupo de personas que estan sentados en la sala.

- Toma asiento, en un momento te explicaremos que tendras que hacer.- Me explica una mujer. Al parecer nadie quiere el placer de mi compañia por hoy.

En el centro de la sala, hay un banco, lo unico que tengo que hacer es desnudarme y quedarme quieto, frente a mi hay una televisión en donde pasan los juegos.

La gente que me solicito solo me esta pintando, me siento incomodo, pero prefiero esto a otra cosa. No me imagine que en el capitolio la gente se interese por el arte. Pensé que todos eran amantes empedernidos de los juegos. Cambio de pose cada cierto tiempo. Cuando todo esto acabe, tratare de hablar con ellos para que se interesen en patrocinar a Lilie.

- Al parecer la acción esta a punto se comenzar.- Escucho decir a Caesar desde la pantalla del televisor.

Toda la gente inmediatamente deja de hablar y de pintar estan prestando atención a lo que ocurre en los juegos.

Lame esta señalando al árbol en el que Lilie se encuentra, al parecer la vieron. Todos se levantan en manada y empiezan a escalar.

72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora