Lilie Petsch:
La oscuridad cubre la arena de repente, hoy sonaron un cañon, no estoy seguro de quien sera, pero tengo la ligera sospecha de que es Joshua. Atena esta dormida junto a mi, estamos en el suelo de la quebrada, hay una pequeña grieta en la que entramos las dos y nos cubre a la perfección. Esta quebrada se extiende por unos tres kilómetros por la arena, o eso recorrí hoy.
El himno empieza a sonar, por lo que saco la cabeza de la grieta. Primero aparecer el sello del capitolio y luego la cara de Joshua acompañada de un uno. Al parecer no sobrevivió a la caida. Escucho un paracaidas bajar, despierto a Atena y es para mi, hay una pomada. Pongo mala cara, recuerdo cuando se me desvió el dedo en casa, un poco de esta pomada lo curo enseguida, pero fueron los segundos mas horribles de mi vida, casi comparados a estos juegos.
Empieza por mis costillas, quiero gritar, un calor insoportable se extiende por mi cuerpo, pero lo peor esta por venir, para colocar vien mi hombro hay que moverlo, coloca la pomada y de golpe me mueve el hombro. Estoy llorando en el piso.
- ¿Tanto duele? .- pregunta Atena con su suave voz.- ¿Estas bien?
- Mejor que antes.- contesto entrecortada, aun me arde el cuerpo.- Pero por la mañana estare mejor. Sera mejor dormir.
Ella se acomoda sobre el piso y vuelve a dormir. No hablamos mucho en los entrenamientos, pero aun asi confiamos mucho la una en la otra.
El dolor ya se esta volviendo insoportable, tanto que no me deja dormir. Ya cuando estoy cayendo dormida, me despierto de golpe, un cañon. Me asomo pero no fue por aqui. Tal vez los profesionales estan de cacería. Ya me acomodo nuevamente, pero otro cañon suena. Lo que me confirma que si estan de cacería los profesionales. Me siento insegura, si alguien se asoma tal vez nos vea, me levanto y cubro la entrada con unas plantas y me vuelvo a quedar dormida.
Atena es muy amable, me ayudo a caminar cuando me dolía todo el cuerpo. Estamos en el limite del bosque con un lugar lleno de agua, mañana seguiremos caminando, hoy haremos una trampa para intentar capturar a cualquier tipo de animal. Al parecer Atena es muy buena para esto, me cuenta que asi conseguía su comida en el distrito siete.
El dolor de mis costillas casi ha desaparecido, pero el del hombro aun esta ahí. Ayudo con lo que puedo a Atena, al parecer es muy inteligente y divertida.
- ¡Ya esta!.- Dice orgullosa.- Te aseguro que hoy comeremos mas que galletas.
- Ven, te enseñare a trepar para ver todo de arriba.- Pasamos unos veinte minutos para que Atena pueda trepar un arbol de unos siete metros, al igual que al arbol en el que pase el primer dia, este esta cubierto por malezas que nos cubren perfectamente. Hago un hueco para ver la trampa y al piso y nos sentamos a esperar.
Ya paso una hora y no hay nada, hasta hoy no he visto animales en la selva, por lo que dudo que podamos conseguir alimento. El agua no es problema por que tengo yodo y encontramos un arroyo en la quebrada. Se escuchan pasos nos asomamos un poco para ver que capturamos pero es algo mucho mas grande que un simple animal.
Marcus esta colgado de cabeza. Si, Marcus el tributo del cuatro. Atena quiere bajar para acabar con él, pero es muy peligroso, ellos no estan solos.
- ¡Liberarme de aqui! .- Grita.- O cuando baje yo mismo los mataré.
Al parecer esta solo. No hay nadie que lo ayude a bajar, de un golpe bajo del arbol, Atena se demora más.
- Hola.- Le saludo.- Tu no eres un conejo.
- Imbécil te voy a matar desgraciada.- Su cafa estalla en rabia al verme.- Eres una hija de...
Ni termina de decirlo por que Atena toma la rama de arbol que tiene por arma y le golpea la cabeza. Me quedo sorprendida. Pero es verdad es él o nosotras. Ten esto, se te da mejor a ti. Le entrego un hacha.
- No puedo hacerlo.- me dice.- Me da pena.
- El no tuviera pena si fuera al revés.- Le recuerdo.- hagámoslo juntas.
Cuento hasta el tres y yo con la espada y ella con el hacha le damos en el corazon. Un cañon confirma su muerte. Veo su cuerpo me causa arcadas, voy a vomitar.
Nos alejamos lo mas rapido que podemos, no quiero estar cerca del cuerpo.Llegamos a los esteros, el agua me llega hasta la mitad de mi cuerpo, estoy avanzando pero me siento sola. Atena esta en la orilla. Retrocedo y le pregunto que pasa
- No voy a entrar.- dice asustada.- Esto es lo típico en donde los vigilantes colocan trampas o mutos.
- Tienes razón, no me percate.- Salgo del agua y me siento en la orilla.- ¿Quieres dormir en ese arbol?
- Si, me parece bien.- subimos a unis tres metros y nos acostamos en las ramas mas fuertes. Nos quedamos en silencio. Al parecer aún no digerimos que matamos a alguien.
- Jamas he matado a alguien.- dice.- Cosa que es obvio.
- Yo igual.- esta anocheciendo. - ¿Quién te espera en casa?
- Mi hermana.- dice.- nuestros padres nos abandonaron hace unos años. No sabemos nada de ellos, yo cuido a mi hermana y si muero aqui no se que sera de ella.
- ¿Cuantos años tiene? .- pregunto un poco desanimada.- Siete, soy mayor diez años para ella. ¿Y a ti? ¿Quién te espera?
- Mi padre.- la miro y veo que estas esperando a que le diga mas. - Mis padres me tuvieron a los quince años y mi madre fue enviada a los 57 juegos del hambre, no regresó.
Seguimos hablando y conociendo mas de nuestras vidas mientras la noche cae, hasta que el himno suena y aparecen las caras de el tributo del tres, Marcus y el chico del diez. Tres muertes más. Y una causada por mi. Que asco me doy.
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72 Juegos del Hambre
FanfictionJay Ruess, originario del Distrito 2 está listo para convertirse en un Agente de la Paz y servir al Capitolio, pero todo cambia cuando es seleccionado como tributo para los Septuagésimo Segundos Juegos del Hambre.