09; Oye, te llevo

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Era el cuarto día consecutivo que miraba a Billy Hargrove en la cafetería, y para Grace ya empezaba a ser raro verlo ahí

Grace estaba molesta con Jonathan, muy molesta, habían tenido una discusión en la mañana porque Jonathan dijo que no podía ir a dejarla porque iba a pasar por Nancy para llevarla al trabajo y la castaña tuvo que irse caminando hasta su trabajo y seguramente se iba a ir caminando a casa también; le había gritado a Jonathan que no quería que fuera por ella tampoco

Jonathan Byers estaba triste por haber discutido con su hermana, la quería mucho y quería lo mejor para ella, que estuviera segura también pero a veces sentía que toda su vida era Nancy y quería pasar con ella el mayor tiempo posible, aunque también sabía que estaba dejando a un lado a Will y a Grace, y también a Eleven ahora, pero a veces se cansaba de ser el hermano mayor y tener que ver por todos, y se sentía culpable porque seguramente Grace también se sentía así a veces

Suspiró mientras se apoyaba en el hombro de su novia

—Tranquilo Jonathan, se le va a pasar. Ya sabes como es Grace—murmuró Nancy tratando de calmarlo, tomó su mano y le dio un pequeño beso en ésta—Además, eso no significa que seas un mal hermano, a veces tienes que hacer cosas por ti y no por tus hermanos. Pregúntale a Mike

Ambos soltaron una pequeña risa y Jonathan asintió

—Sí, tal vez tienes razón.

—Billy—murmuró Grace acercándose a la mesa en donde éste estaba sentado, ya casi cerraban y sólo estaba él y otro hombre a unas cuantas mesas

—¿Sí?

Grace se arrepintió, no podía pedírselo. Pensó que prefería caminar de vuelta a casa aunque estuviera bastante lejos a pie, igual, caminar le vendría bien

—No, nada—le sonrió para no parecer rara después de eso—¿Quieres algo más?

Sí, hablar contigo.

—No, aún tengo café

Grace asintió y se alejo de la mesa, mirando como el otro hombre se iba, no sin antes despedirse de ambos jóvenes con una sonrisa amable. La castaña se apresuró a limpiar la mesa del hombre, sólo le faltaba limpiar la mesa de Billy cuando se fuera. Estaba apurada, realmente le daba miedo caminar sola por las calles oscuras de Hawkins, la casa de los Byers estaba algo escondida entre el bosque y era más oscuro por ahí. Quería irse ya y caminar rápido

—Adiós—dijo Billy por lo bajo, antes de salir de la cafetería, Grace limpió la mesa lo más rápido que pudo y después apago y cerro todo

—Creí que ya te habías ido—dijo mirándolo fumar apoyado al auto, como siempre lo hacía

—Ya me iba

—Buenas noches, Billy.—lo miró con una sonrisa. No se podía quejar de verlo, era muy atractivo y Grace no iba a negarlo, la forma en la que hablaba y su tono de voz lo hacía ser aún más atractivo, pero aún seguía desconfiando de quién era Billy Hargrove.

—¿Dónde esta Jonathan?—preguntó Billy dejando salir el humo de su boca. Grace pensó dos cosas; uno, en que quería un cigarro ahora mismo y dos, en que Billy podía verse más guapo cuando estaba fumando.

—No lo sé

—¿No vino por ti?—la miró con el ceño fruncido—Que idiota, ¿no crees?

—Me tengo que ir—empezó a caminar lejos de él, aún le faltaba un largo camino a casa

—Oye—la voz de Billy la hizo voltear—Te llevo.

Grace no lo dudo más de dos segundos, de sus labios salió una gran y bonita sonrisa, y se acercó a la puerta del copiloto y la abrió, Billy negó agachado, con una leve sonrisa en el rostro. Le parecía un tanto gracioso que no lo había dudado y que abrió la puerta sin esperar que el dijera o hiciera algo, recordaba que la mayoría de las chicas siempre querían que les abriera la puerta y creían que iba a ser la única  y que él las podía llegar a querer. Sí, Billy había cambiado, había mejorado mucho, había dejado de ser violento en una gran mayoría, pero aún creía que nunca iba a ser ese idiota que se podía enamorar, nunca se iba a convertir en un idiota como Steve o Jonathan, embobado por una chica.

—Vivo en...—

—Ya sé dónde vives—la interrumpió, encendió el auto y arrancó a alta velocidad pero no tan rápido como solía manejar su camaro

—Entonces...—comenzó Grace, buscando un tema para no ir en silencio—¿Cómo te sientes?

Billy le dedico una rápida mirada con el ceño fruncido, no podía quitar la vista del camino por mucho tiempo, no ahora que ya era de noche y que ya sabía lo que había en Hawkins

—Me refiero a las heridas—se explicó—¿siguen doliendo?

Billy paso la lengua por sus labios de izquierda a derecha un par de veces

—Sólo un poco. Ya estoy mucho mejor,  dentro de poco podré entrenar de nuevo—explicó sonriendo—¿Te ibas a ir caminando?

Grace lo miró un momento y tragó saliva, en otro momento, si Jonathan no hubiera dicho lo que dijo, le hubiera coqueteado a Billy desde el otro día. Un beso no iba a complicarles más la vida

—Sí, es bueno caminar en la noche, a mí me gusta, pero gracias.—le sonrió con agradecimiento—La verdad hoy no quería irme sola

Billy asintió solamente, entendía el sentimiento, él había estado paranoico los primeros días en el hospital durante la noche

Billy se estacionó frente a la casa de los Byers, apago el auto pero no las luces y se giro a ver a la castaña con la cara seria pero los ojos atentos, ladeo la cabeza un poco, apoyándola en el respaldo del asiento

—Gracias, Billy. Tenía miedo de venirme sola.—admitió—La próxima vez que vayas a McLaren, te compró yo un café.—su sonrisa se ensancho, le dio una palmada en la mano, que yacía en la palanca de cambios y salió del auto, directo a abrir la puerta de la casa y cerrándola detrás de ella, escuchó al auto arrancar unos segundos después y sonrió al saber que Billy se había esperado hasta que ella entrara a la casa.

Grace Byers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora