12; Podía acercarse... o no

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—¿Sabes?, tomar café todos los días no siempre es bueno—alzó los hombros y le dejó el tercer café del día en la mesa—Hay más cosas en el menú

Billy la miró fijamente, en otro momento le hubiera dicho que se callara o que no le importaba una mierda

—Me gusta el café

—Mentira—sonrió Grace mirándolo—Te tardaste años en acabarte la segunda taza, reconozco a las personas que en verdad les gusta el café, mi jefe es uno de ellos

Billy se puso serio, ni siquiera sabía que decir y prefería no decir nada a estallar a gritos

—Bueno, yo digo que sí me gusta

Grace levantó las manos mostrando las palmas, en una forma de demostrar su inocencia o su no culpa y se retiro de la mesa, yendo a la siguiente para atenderla

Billy suspiró, era verdad, no le gustaba el café a diario, y llevaba sentado ahí más de dos horas, tenía que seguir comprando algo para que no se viera sospechoso. La verdad él tampoco sabía porque estaba ahí sentado, no quería más café, pero recordaba el momento en el que Grace se tomó la malteada con él y se había sentido bien el resto del día. En ese momento se había sentido calmado y en paz, como no se había sentido en mucho tiempo y creía que era porque Grace era así, parecía demasiado buena para él, refiriéndose a su personalidad y a todo lo que Grace reflejaba

Físicamente le atraía, sí, y al no estar en la escuela ya, no tenía que cuidarse de su popularidad y menos de hacerse ver como el hombre que era, todos estaban demasiado ocupados en sus cosas como para mirar quién era el nuevo y más grande idiota de Hawkins, o mejor dicho el rey.

La personalidad de Billy sí había cambiado, ya no era tan seguro de sí mismo, tenía problemas para confiar en las personas y solía tener ataques de pánico desde lo que le había pasado, vivía en un constante tormento todas las noches, revivia esos días una y otra y otra vez, estaba cansado y perdido

Siempre solía ir una hora antes de que cerrarán la cafetería para poder ser de los últimos clientes y ver a Grace menos ocupada y con la oportunidad de hablar con ella. Solía observarla bien, la forma en la que caminaba, en la que le sonreía a las personas y su cuerpo, miraba muy bien la forma de su cuerpo y aseguraba que con otra ropa que no fuera ese horrible uniforme, se le observaria un cuerpo maravilloso, podía notarse incluso con ese uniforme suelto y más grande de su talla.
Billy creía que no le atraía tanto sexualmente, que había tenido en su cama a mujeres mucho mejores y con un cuerpo de revista pero días después se había sorprendido a sí mismo pensando en ella mientras se masturbaba y ahora no podía evitar pensar en ella cada que lo hacía. Se había dado cuenta; la deseaba.

—¿Jonathan no vendrá de nuevo?—preguntó Billy poniéndose de pie de la mesa, mirando a Grace trapeando el lugar. La castaña lo miró y negó—Te llevo

Grace se detuvo y lo miró de nuevo, sonrió con dulzura

—Gracias pero aún no termino de limpiar, me tardaré como veinte minutos más—alzó los hombros y apretó los labios

—Te espero—sacó un cigarrillo de su chaqueta y lo puso entre sus labios—No tengo nada más que hacer

Grace carraspeo la garganta, haciendo que el de cabellos dorados levantara la vista para verla

—No puedes fumar aquí—sonó divertida pero a la vez era muy enserio.—¿De verdad me esperas?

Billy empezó a caminar hacia la puerta, haciendo que la castaña se confundiera pensando en que no la iba a esperar

—Veinte minutos, ni un minuto más—y salió del lugar, yendo a su auto para poder encender el maldito cigarro. Grace sonrió alegre y empezó a limpiar tan rápido como podía para no pasar de los veinte minutos.

—Fueron dieciocho—aseguró Billy mirando el reloj en su mano izquierda, Grace cerró la puerta principal y corrió al auto

—Soy rápida—lo miró a los ojos—¿Por qué haces esto?

Billy la miró con la mano en el volante, listo para encenderlo

—¿Hacer qué?

—Esperarme

Billy la siguió mirando un buen rato, sin decir nada. Grace sentía como empezaba a respirar más rápido pero no podía dejar de verlo a los ojos, tenía la mirada más intensa y más bonita que haya visto nunca

Billy se inclinó más hacía ella, quedando a medio camino, todo quedaba en Grace, podía acercarse... o no

Pero sí lo hizo, se acercó a él para quedar a unos pocos centímetros, la castaña hacía un recorrido con la mirada desde los ojos azules hasta los labios de Hargrove, y sentía una extraña adrenalina, no sabía si estaba mal por querer besarlo

Billy sonrió como ganador, como a un niño que le das justo lo que quería, la tomó de la nuca y la acercó a él haciendo que sus labios chocaran y empezaran a besarse.

Se separaron un poco después de un par de besos, y aunque los dos estaban muy felices con eso, ninguno iba a decir o hacer algo que lo demostrara

El resto del camino hablaron de sus bandas favoritas; mientras que a Billy le gustaba Metallica, Iron Miden y bandas de Rock, Grace estaba maravillada con Madonna, Bowie, Blondie y The Clash, esta última por sus hermanos

Y ambos iban riendo de que tenían los gustos más diferentes como era posible

—¡Te juro que The Clash son muy buenos!, la próxima vez traeré un casete para que los escuches—dijo riendo antes de ver que ya habían llegado a su casa

—No quiero escuchar esa mierda—pero la sonrisa en su rostro parecía que podía escucharla si eso significaba pasar más tiempo con la mediana de los Byers

—Lo harás.—giró a verlo y se acercó a dejarle un beso en la mejilla—Gracias, Billy. Eres muy amable, ten cuidado

Salió del auto y camino a la puerta para abrirla, giró y se despidió con la mano antes de entrar y cerrarla detrás de ella. Escuchó el auto alejarse y apenas dio tres pasos en el pasillo y se quedó helada al escuchar la voz de su hermano

—¿Quién era?—preguntó Will en el marco de la puerta de su habitación, tallándose los ojos con la mano, tenía sueño pero nunca dormía sin ver a Grace llegar del trabajo

—Yo sé quién era—Salió Jonathan de la habitación, quedándose detrás de Will y mirando a la castaña con desaprobación—¿Estoy en lo correcto?

—¿A quién le importa?—murmuró y siguió caminando por el pasillo

—¡Él es un problema, Grace!, y tú lo sabes, es un gran problema, ¡es un golpeador!—gritó molestó señalando a su hermana con la mano

—¿Te ha golpeado?—inquirió con soberbia, sabiendo perfectamente la respuesta

—No

—¿Entonces?

—No, Grace—giró a un costado y suspiró exaltado—Prefiero que estes con Harrington que con él

—Harrington es un idiota...—

—¡Más lo es Billy!—la interrumpió, estaba exaltandose más de lo común

—A ver, Jonathan. Billy sólo me trajo porqué tú ya no estás yendo por mí. Para mí, suena a que sólo quiere ser amable. Déjame sola, yo nunca te dije nada por Nancy cuando ella estaba con Steve, no puedes decirme nada sobre ningún chico.—entró a la habitación cerrándola con fuerza, se tiró a la cama boca abajo y gritó en la almohada, estaba furiosa, ¿esa mierda de Steve y Billy qué?

Grace Byers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora