14; Competencia

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Diez minutos después de haber abierto la cafetería y empezar el servicio, con Steve sentado tomando café y leyendo el periódico que la misma cafetería vendía, como punto de venta para el periódico de Hawkins, Billy Hargrove apareció en la puerta, caminando con seguridad y determinación, como siempre lo hacía

El señor McLaren le susurró algo en la oreja a su esposa, y los dos soltaron unas risitas emocionadas y burlonas, y Grace lo notó y sabía perfecto porque se reían

Billy se sentó en la mesa adelante de Steve, viéndolo de frente, Harrington sonrió arrogante mirando para un lado

—Billy—Grace se acercó a él con una sonrisa en el rostro—¿Qué vas a ordenar?

—Lo mismo que él pidió—señaló a Steve y ambos se miraron a los ojos fijamente, tratando de intimidarse el uno al otro

—Okay

Grace camino a la barra, realmente no quería estar en medio de lo que sea que tuvieran en mente ambos jóvenes, no quería problemas y sabía que ninguno se caía muy bien por el tema del rey de Hawkins

—¿Sabes?, estos dos chicos me van a hacer rico si siguen viniendo todos los días—se burló—Y cuando sea rico, te lo agradeceré, Grace Byers

—¿Sólo unas gracias?, mejor les digo que se vayan—respondió de la misma manera, lo que le causo una carcajada a su jefe

—Aquí tienes—le dejó el café en la mesa—Es un café con leche y dos de azúcar

—Sí, como sea

Grace apretó los labios, asintió y se alejó de él, ¿qué demonios?, le había hablado como si no le importara nada. Parecía molesto mirando a Steve pero la castaña creyó que ella no tenía nada que ver en su absurda pelea de poder con Harrington

—Oye, Grace—Steve le hizo una seña de que se acercara y así lo hizo—¿Quieres algo?, ¿ya desayunaste?

Steve le dedicó una mirada rápida a Billy, con arrogancia y sonrisa de ganador

—Ah, gracias pero desayuné en casa—le sonrió sincera por el gesto—¿y tú?

—Estaba pensando en eso, creo que quiero un desayuno. Sé que la señora McLaren cocina de maravilla—hizo una pausa—Y quiero que me acompañes un rato, mientras no hay nadie más que atender...—

—Sí hay alguien más; yo—interrumpió Billy con la voz ronca y un tono de voz brusco y firme, los otros dos sólo lo miraron sin decir nada

—Bueno, mientras sólo está él—lo señaló con la mano—¿puedes?

—No lo sé, Steve. Estoy en mi trabajo—rió un poco apenada

—¡Puedes acompañarlo, Byers!—gritó Gustav desde la barra, quién había escuchado todo. Steve le sonrió y le hizo pulgar arriba con la mano derecha, Billy sólo apretó la mandíbula y Grace no podía pensar otra cosa más que Gustav se estaba pasando de metiche ahora mismo—Sólo si no llegan más clientes

—Sí, muchas gracias, señor McLaren—dijo mirándolo mientras movía los labios diciendo "gracias" con sarcasmo, haciéndolo reír de nuevo

—¿Entonces?—la mirada de Steve buscó la suya hasta que hicieron contacto visual

—Ahora vuelvo con tu desayuno

Salió disparada a la cocina para decirle a la señora Lucy lo que había pasado recién y la orden de Steve, obviamente

—Ay, Gustav.—negó—Tiene unas narizotas y las mete donde no debe. No tienes que sentarte con él si no quieres, cariño

—No, ya lo sé—bufó y miro el techo mientras se apoyaba en la pared—Es que...

Grace Byers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora