Te estaba defendiendo ☆

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Porchay

El bar estaba realmente repleto esta noche, sobre todo la barra que no nos había dado respiro durante un buen tiempo. Champ y yo nos movíamos a la velocidad de la luz mientras servíamos bebidas sin parar.

Llegó un momento, a mitad de la noche, cuando las cosas se pusieron un poco complicadas.

-¿Cuál es tu veneno esta noche? -pregunté de manera amable a un hombre que se había sentado en la parte central.

El tipo era alto, hombros anchos, barba recortada, un peinado sofisticado junto con un traje que parecía tan costoso al límite de innecesario. A eso, agrégale sus penetrantes ojos.

-Un Jack Daniel's -su voz era gruesa y varonil.

-Bien, marchando un Jack Daniel's para... -moví la mano tratando de obtener su nombre, pero solo me dio una sonrisa demasiado superficial-. El señor Jack Daniel's será.

Me giré para tomar un vaso y abrir la botella. Pude sentir la mirada del tipo sobre mi cuerpo, no me incomodaba porque del otro lado de la barra, era un poco común lanzar miradas furtivas de un extremo a otro.

-Aquí tienes -deposité el vaso.

-Gracias -dijo mientras lo agarraba, y hasta en ese gesto, era elegante-. Las cosas se calmaron, cuando llegué, era un infierno -dijo haciendo referencia a lo concurrido que se encontraba el lugar.

Apoyé las palmas sobre el mármol y enfoqué la mirada en él.

-Así es, realmente estoy tomando un respiro en este momento.

-Bien, entonces...-miró la placa de mi identificación que colgaba de mi camisa negra-. Porchay, ¿A qué hora termina tu turno?

Abrí mis ojos tan grandes como cedieron y luego solté una carcajada escandalosa.

-Vaya, eso fue muy directo.

-Debes estar acostumbrado a ese tipo de preguntas -levantó los hombros.

-¿De qué tipo? ¿De las indecentes? -crucé los brazos sobre el pecho y lo examiné, en este tipo no había una gota de reserva, por lo menos en cuanto a ligar, porque aún no había dado su nombre.

-Yo diría... placenteras -se llevó la bebida a los labios-. ¿Y bien?-cuestionó esperando una respuesta.

Era parte de mi trabajo el coquetear y ser amable, pero justamente, no era con él con quien yo deseaba irme, así que traté de buscar las palabras correctas para no parecer grosero.

Pero vamos, tampoco es como si mi rechazo fuera a lastimarlo, seguro como el dulce Jesús que ese hombre podía conseguir otra persona con solo respirar.

Y justo cuando estaba por responder, vi por el rabillo del ojo a un hombre que se apoyaba en la barra.

-Oye, tú -me apuntó con el dedo-. Atiéndeme...

Entrecerré los ojos y bufé irritado, así como había clientes amables, también llegaban los que tenían cero simpatía.

-¿Qué te sirvo? -pregunté cuando estuve frente a él.

-Podrías servirme para muchas cosas -me recorrió con la mirada llena de lujuria-. Pero de momento, una cerveza.

Asentí y caminé hacia la parte lateral donde estaban las botellas de cerveza. Me giré para verlo mientras tomaba una en mis manos. El hombre tenía los ojos rojos, su cabello estaba despeinado y sus ropas todas arrugadas, de su cuello colgaban varias cadenas y en sus dedos se podían ver exagerados anillos.

-¿Qué le pasa a ese tipo? -cuestionó Champ cuando llegó a mi lado-. Parece muy desagradable y te está viendo de una manera que me da repelús. Deja que yo lo atiendo -trató de arrebatarme la botella.

Caer en tu sonrisa - SONRÍE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora