Caer en tu sonrisa - SONRÍE 2

Un nuevo comienzo ☆

Porchay

Empuje la puerta que me daba acceso a la cafetería. De cierto modo, este lugar se había convertido importante en mi vida, no solo porque me había sacado de la gran pregunta que tenía en aquel momento cuando decidí que quería y necesitaba estudiar.

¿Cómo carajo voy a pagar mis estudios?

Esa pregunta me persiguió durante días y noches de insomnio, sin contar la paliza que mi padre me dio cuando le comenté que quería estudiar.

Con solo recordar aquella situación, mi cuerpo comenzó a inquietarse. No quería que perdiera el tiempo en eso, como él solía y suele decir. Después de una paliza y muchas súplicas, aceptó dejarme entrar en la Universidad.

Por supuesto que se aseguró de aclarar que él no iba a poner una moneda en eso, pero mentí diciéndole que tenía una beca, lo cual no era del todo mentira. La diferencia con la versión que le di a mi padre es que en realidad tengo media beca, el resto debo pagarlo por mi cuenta, pero no es algo que ese hombre debe saber.

Aún me pregunto cómo hice para sobrevivir hasta entonces sin que él supiera de los múltiples trabajos que había tenido.

Una suerte.

Por lo menos la paliza había valido la pena y, ¿qué tan jodido era eso?

—Hola, cielo. —Prae besó mi mejilla justo cuando iba saliendo del sector de la cocina .—¿Cómo te fue hoy?

Me quedé a un costado del mostrador, viendo como ella acomodaba la tarta que acababa de sacar del horno.

—Bien... —ella notó mi inseguridad en la respuesta y esperó a que yo agregara algo más—. Sigo pensando que la profesora Tue me odia.

Prae levantó una ceja mientras se ponía una mano en la cintura.

—¿Por qué?

—Hoy me hizo un comentario muy despectivo— hice una mueca al recordar aquel momento—. ¿Es por mi carácter socarrón o es por como me veo?—pregunté señalando mis ropas.

Era consciente que estas prendas habían tenido mejores días.

—¿Desde cuándo le das importancia a lo que digan los demás con respecto a ti? —preguntó Prae con asombro.— ¿Qué sucede contigo, cielo?

Buena pregunta, estos días no parecían ser propios de mi personalidad "me importa una mierda lo que pienses de mí" pero no pueden culparme, estaba teniendo una especie de crisis existencial.

—Nada, hoy me levanté sensible—puse un puchero en mis labios—. Tengo sentimientos, ¿sabes?

—Oh, acabo de descubrirlo—dijo mientras sonreía—. Y volviendo a lo anterior, nada en ti está mal, cielo, no dejes que te afecte lo que un desconocido pueda pensar de ti.

Desde luego que lo sabía, pero cuando estás en la cuerda floja, hasta el más escaso peso te afecta.

—Lo sé, estaba haciendo mi momento de drama—sonreí antes de depositar un beso en su mejilla—. Iré a trabajar.

—¿Porchay?— Volví mi torso en su dirección para encontrarme con unos ojos preocupados. —Dime.

Prae pareció sopesar lo que estaba a punto de decir, pero luego cambió la mirada y en su lugar dijo:

—En un momento voy a preparar tu merienda. —Y sin darme la posibilidad de responder, se giró para teclear en su computador.

Me puse el uniforme y agregué un delantal por encima para no ensuciarlo con los ingredientes del brownie que estaba comenzando a preparar.