¿Cuánto tiempo nos queda? ☆

627 73 3
                                    

Porchay

—Así que, finalmente, pudieron terminar de mudarse—comenté dando un vistazo a la nueva habitación de Gulf.

Él y su madre, habían dado un salto importante en sus vidas y terminaron mudándose a la mansión de los Suppasit. Sabía por mi amigo que la decisión no fue fácil de tomar teniendo en cuenta varios factores, uno de ellos era la relación que Mew y Gulf compartían y a eso agrégale la relación amorosa que sus padres compartían.

—Sí, era cuestión de tiempo supongo—Gulf se detuvo a mi lado con una sonrisa gigantesca—. Mew y yo siempre supimos que nuestros padres anhelaban formalizar y que no daban el paso por temor a nuestras opiniones, no fue fácil para nosotros sentarlos y hacerles saber que lo entendíamos.

Bueno, las cosas estaban un poco más claras ahora, se podía entender la preocupación de Renata y el señor Suppasit, después de todo, cuando ellos se conocieron, Mew y Gulf ya estaban incursionando en eso del amor.

—Yo creo que debe ser genial—avancé para mirar a través del ventanal. —Quiero decir, tú y Mew viven juntos ahora.

—Esto ha sido increíble para nosotros—la emoción y la alegría que Gulf desprendía, hizo que volviera a verlo y contagiarme de ellas.

—Me sorprende que Mew no haya sugerido una habitación compartida para ustedes—moví las cejas juguetonamente.

Gulf se rio mientras movía la cabeza.

—Oh, lo hizo, pero la respuesta fue un no rotundo por parte de mi madre.

—Apuesto a que encontrarán la manera de escabullirse por las noches—las mejillas de Gulf se pusieron rojas como un tomate y fue una clara respuesta de que ya habían hecho esa travesura—. Supongo que están usando protección, no quiero ser tío todavía.

—¡Chay! —gritó escandalizado, mientras se tapaba el rostro con las manos.

—Eres tan dulce, principito—dije enternecido por su reaccionar.

—Ya, no me molestes—se bajó las manos y decidí dejarlo en paz solo porque era demasiado puro para mis bromas maliciosas.  —Pues, ¿Cómo has estado?

Ladeé el rostro y lo escaneé de cerca, luego lo entendí.

—Entonces, ¿Te mandaron a interrogarme?—pregunté cruzando los brazos sobre el pecho. —Esto de mostrarme tu habitación era una excusa.

—Por supuesto que no, quería que la conocieras, todos han venido ya y faltabas tú, pero como en estos días has estado un poco apartado de nosotros, me alegro de que pudieras venir.

Una palabra captó mi atención y no me gustó ni un poco.

—¿Apartado?

Gulf debió haber visto algo en mi expresión porque su rostro cambió a uno comprensivo.

—Sí, pero sabemos que estás atascado de exámenes—agitó la mano. —No te preocupes, de hecho, Isa está igual.

Cuando trató de restarle importancia al hecho de que yo me estuviera apartando de ellos, me di cuenta de que lo hizo para dejarme tranquilo.

—Lo siento, tal vez debería tener más tiempo para ustedes—murmuré bajando la cabeza para meditar.

—Chay —llamó Gulf y cuando no dije nada, se acercó hasta quedar frente a mí. —Me la he pasado perdido estudiando la semana pasada, no tiene nada de malo, solo quiero saber si todo está bien o si necesitas ayuda en alguna materia.

Lo miré por un momento y cuando vi sinceridad en sus ojos, me quedé más tranquilo al saber que no me estaba comportando como una mierda de amigo.

—Estoy bien. Es muy lindo que se preocupen por mí—admití.

Caer en tu sonrisa - SONRÍE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora