Capítulo 4 Girasoles

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Pasada la madrugada, Gulf ya había intentado en tres ocasiones zafarse del abrazo de oso de su jefe, pero cada vez que lo hacia este parecía boa constrictor apretándose más a su cuerpo.

-Si no fura porque es mi protegido ya lo hubiera matado- diciendo entre dientes.

-Vamos no hables deja dormir- balbuceando.

-Si me soltaras pod...- sintiendo los labios de su jefe sobre los suyos.



Ser besado por un sujeto medio dormido que parecía alcoholizado sin serlo, enfurecía aún más a Gulf, este no era un sujeto que perdiera la calma tan rápido, pero esto había colmado su paciencia, al abrir la boca para poder gritar, le dio la oportunidad a Mew de profundizar en el beso, haciendo gemir de placer al guardaespaldas encubierto, luego de un rato de besos y mordidas, Mew por fin se quedó dormido.

-Dame paciencia porque si pudiera agarrar mi arma le vuelo los sesos a este sujeto- pensaba Gulf.

-No me dejes... nunca- besando su cabello.

-Dime por favor que por lo menos Saint, Fluke o Krist la están pasando mejor que yo- mirando al techo como si alguien pudiera verlo.




Esa mañana Mew se abrazaba aún más de esa almohada que le había permitido dormir tranquilo y sin pesadillas, era cálida y parecía que emitía un leve ronquido que le agradaba, así abriendo sus ojos, descubre para su sorpresa que estaba abrazado a su asistente y abrazado era poco, ya que parecía que él era una serpiente enrollada alrededor del cuerpo del hermoso joven.

-¡Mierda!- levantándose con rapidez y cayendo de la cama con su trasero-¿Qué hace en mi habitación?-diciendo molesto.

-¿Su habitación?- diciendo Gulf con el ceño fruncido- ¡Por si no se ha dado cuenta... está es mi habitación Sr. Suppasit!- levantándose de la cama molesto y dirigiéndose a su jefe- ¿Tiene idea de lo mal que dormí por su culpa? Me duele todo el cuerpo, el brazo no deja de molestarme, cada vez que intentaba liberarme de su abrazo, usted se pegaba como chicle y no me dejaba respirar y para colmo usted me grita... y eso que ni siquiera son las 6 de la mañana.

-Yo... yo... yo- siendo acorralado contra la pared, sin poder dejar de admirar los hermosos ojos de Gulf y esos carnosos y rosados labios que tenían una pequeña herida, algo que le llamó la atención pues no la tenía el día anterior.

-¿Acaso se tragó un yoyo?- suspirando y tocándose el puente de la nariz- Mire no sé que demonios le sucedió en el pasado y para serle honesto no me interesa, si eso será algo frecuente mientras esté viviendo aquí preferiría irme a un hotel en lo que terminan de arreglar mi departamento... ahora si me disculpa tomaré un baño, desayunaré y luego de eso nos vamos para su oficina- tomando su pequeña maleta y metiéndose al baño.

-Rudo y directo... me gusta- sonriendo ampliamente.






Mientras el agua cubría su cuerpo, Mew no podía dejar de pensar en el chico que ahora era su asistente, no sólo era hermoso, era orgulloso y valiente pues nadie se había atrevido a hablarle de esa manera, ni siquiera sus primos le hablaban así.

-¿Qué demonios hice anoche?- intentando recordar los eventos en su estado sonámbulo- No pude haber hecho nada malo ¿verdad? Y si lo hice- recordando los labios heridos de su asistente- No me arrepiento... salvo tal vez de no recordar que lo besé.





Bajando a desayunar, su asistente ya estaba más que listo y verlo de traje y corbata hizo que por segundos se le detuviera el corazón, definitivamente ese asistente irradiaba una sensualidad única que tal vez él ni siquiera percibía.

-¿Está listo para desayunar?- viendo su reloj- Aun tiene tiempo.

-No acostumbro a hacerlo- suspirando- Sólo tomo café y ya.

-Ahora entiendo esta cita con el médico- viendo la Tablet- ¿Gastritis?- viendo a su jefe afirmar, por lo que Gulf sólo gira los ojos- Pues como aún tiene tiempo...- tomándolo de la mano- Va a desayunar... ese estómago no se va a curar a menos que haga algo de provecho y eso es comer ¿entendido?

-¿Serás mi asistente o mi niñero?- cruzando sus brazos.

-Pues dadas las circunstancias- recordando lo de anoche- Creo que tal vez haga las dos cosas.

-Lo siento... el sonambulismo no es siempre- suspirando- Me pasa cuando estoy muy estresado y el atentado de ayer lo fue.

-Es entendible- batiendo los huevos y cortando verduras para hacer un omelet.




Observando a su asistente, parecía que él ya conocía todo de la casa, algo que le pareció muy curioso, pero a la vez le gustaba, podía notar las pequeñas microexpresiones pareciendo como si estuviera analizando el lugar, tal vez se sentía como rata de laboratorio rodeado de paredes de cristal.

-Veo que te incomoda que no haya tantas paredes.

-Está demasiado expuesto... ¿no cree que aquí también puedan hacerle daño?

-Son cristales a pruebas de balas- acercándose al oído de Gulf- No te preocupes- diciendo de forma seductora, provocando el Gulf un escalofrío en la espalda.

-¿Necesita hielos?- mirándolo directamente a los ojos con una cara de poquer- Siéntese y desayune... yo terminaré de ajustar su agenda.

-¿Desayunaré solo?- haciendo un puchero.

-Pues si se hubiera dado prisa... hubiera desayunado con usted... pero tardó demasiado y yo tenía hambre así que si... supongo que desayunará solo Sr. Suppasit.

-Wow... eres crudo y directo como los asistentes de mis primos.

-Tomaré eso como un cumplido... ahora desayune Sr. Suppasit- dirigiéndose a la sala.

-¡Espera!- viendo como su asistente se detiene de manera inmediata- ¿Cuáles son tus flores favoritas?

-Mmmm... no tengo ninguna, pero me gustan mucho los girasoles, creo que son lindos y poco común...






Llegando a la que sería su oficina, esta se encontraba justo al lado de la de Mew y sólo era separado por una pared de cristal, por lo que podía ver con claridad cada movimiento de su protegido, pero lo que más le sorprendió fue ver un enorme ramo de girasoles justo en medio de su escritorio; viendo a su jefe este sólo le sonrió, leyendo la tarjeta este sonríe generando un brillo en sus ojos que hace mucho no tenía.

-¡Es enorme!-decía Fluke mirando las flores- Acabas de llegar y ya tienes un admirador.

-Son del jefe a modo de agradecimiento y disculpa- mostrándole la tarjeta.

-¿Disculparse por qué?

-Porque no me dejó dormir- tapando su boca- No, no es lo que piensas Fluke.

-De acuerdo... fingiré que te creeré- viendo a su amigo sonrojado hasta las orejas.

Asistente encubiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora