OBSESIÓN ✔︎ (COMPLETA)

Capitulo 2. Una sorpresa sorprendente.

🖤

Alaska

Maldita resaca y maldito alcohol, no lo vuelvo a hacer en mi vida (obviamente si)

Llegó a mi oficina sintiendo muerta y sé que me veo como me siento ya que mi mejor amigo se encarga de recordármelo.

- Te ves como un muerto. - Esta acostado en un sillón y cuando me ve llegar se levanta.

- Gracias Kilian, no lo había notado cuando desperté y me mire al espejo.

- Ya sabes, tú siempre fiel mejor amigo aquí siempre para recordar tus desgracias. - Me siento en la silla y él me da una carpeta amarilla. Ruedo los ojos cansada y lo aparto pero él insiste y casi me lo pone en la cara

- El jefe me lo dio y dijo que podía escoger con quien hacerlo, obviamente te elegí a ti gruñona.

- Kilian, voy a arruinarlo como hago con todo. Como lo hice con el caso anterior.

- Eso no es verdad, eres de las mejores de aquí y vamos a callar de una buena vez al jefe y a Atlas. - Me sacudió cuando pegue mi frente al escritorio cansada. - Aparte no podría hacer esto sin ti, somos el DSC.

- ¿Que mierda significa eso?

- El Duo Súper Chido, lo acabo de inventar. Recordé que siempre dices expresiones como chido, neta y esas y pues me gustan.

- Ahora lo confirmo, tienes una imaginación de mierda.

- Y tú tienes un humor de mierda. - Sonrío. - ¿Me ayudarás con el caso?

- No me queda de otra, no me dejarás decir que no.

- Qué bueno que lo sepas. - Abrió la carpeta y me sorprendí al ver al tipo que debíamos atrapar.

- Damon Cipriani, líder de la mafia negra. Lo buscamos desde años y creemos que está en la ciudad. - Leyó pero no pude concentrarme en nada.

- Que sorpresa tan sorprendente. - Fue lo único que pude formular mientras reía, no podía controlar mi risa en situaciones de nerviosidad.

Quien lo diría, me acoste con un criminal y fue con el peor de todos.

༻߷༺

Damon

Me levanto con un dolor de cabeza horrible, solo recuerdo a la linda castaña y nada más.

La busco en toda la habitación pero ya se había ido. Maldita diva, como se atreve a dejarme solo aquí.

Me coloco ropa ya que estaba desnudo y solo podía recordar el maldito cuerpo perfecto de ella, me he acostado con demasiadas mujeres pero ninguna había sido como ella. Tiene que ser mía.

Su voz era demasiado dulce y ruda a la vez y con ese carácter me ponía duro. Quien lo diría que una cosita de ese tamaño tendría tanta valentía para enfrentarme a mi.

Salgo del lugar y me subo a mi auto, conduzco hasta mi mansión a las afueras, ser un mafioso tiene sus precauciones y sus ventajas.

Salgo de mi vehículo y se lo encargo a mi chofer, entro para encontrarme a mi hermano acostado en el sillón semidesnudo con unas botellas vacías de licor encima.

- Cassian. - Lo llamó para despertarlo pero sigue roncando. - Despierta. - Me acercó a él y lo sacudo hasta que abre los ojos.

- Hola, hermano. ¿Como va todo? - Sonríe ignorando el desastre qué hay en mi salón. Él y yo no tenemos una buena relación, no sé qué hace aquí.