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Alaska
La señora se va un poco tranquila pero dándome una de las miradas más enojadas que había visto, estaba más furiosa que ella, Damon acababa de tirarme mierda literalmente. El se gira y se sorprende al verme detrás de el.
- No sabia que estabas ahí.
- ¿Y como hubieran cambiado las cosas si supieras?
- Alaska, deja el enojo porque.. - Lo corte.
- No estoy enojada, Damon. Tienes razón, solo soy una maldita rehén tuya, la próxima debí dejarlo mas claro para mi y no andar abriéndote las piernas ¿no?
- Eres una tonta, ¿acaso creíste que teníamos algo? - Rio sarcásticamente y sentí mis ojos picar. No debía llorar o el me lo restregaría en la cara.
- A la próxima tendré mis limites y no dejarme llevar por la calentura, ahora deberías ir a la mierda, creo que oí que te llamaron. - Subí las escaleras y limpie la única lagrima que iba a salir por el.
Cerré la puerta de un portazo y empecé a buscar mi celular para llamar a alguien, solo había un pequeño detalle, no tenia tarjeta sim. Lo tire al piso y me senté a reflexionar.
El abrió la puerta y con su pie me arrojo el teléfono pero yo solo lo avente lejos.
- ¿Te vas a poner de caprichosa? - Sonrió viéndome y yo solo rodee los ojos.
- No usare algo que tu compraste. - Me levante y fui al baño, afortunadamente tenia una blusa que Eris me había dado y me cambie su ropa por esa. Salí del baño.
- Tampoco usaras mi ropa me imagino.
- Estas en lo correcto. - Sali de la habitación para una de invitados, no iba a soportar estar en la misma habitación que el.
- ¡Alaska! - Escuche sus gritos de reclamos pero ya había cerrado la puerta con llave y había puesto una silla por si tenia las llaves para abrir.
Después de un rato dejo de intentar abrir la puerta, lo cual me pareció sospechoso así que salí y busque por toda la casa. Estaba sola, baje las escaleras y un hombre entro por la puerta viéndome de manera morbosa.
Corrí a la cocina y tome un cuchillo el cual escondí en la parte de atrás de mi pantalón, me prepare un lonche de jamón y cuando iba a salir el hombre me sorprendió.
- ¿Qué quiere? - Me aleje lo mas que pude pero el me siguió.
- Así que usted es la nueva puta del señor.
- No soy ninguna puta. - Pegue con la pared mientras el se seguía acercando. - Aléjese de mi. - Saque el cuchillo y el soltó una carcajada.
- ¿Tu que puedes hacer con eso? Podría apostar que ni siquiera sabes usarlo, eres una mujer. - Sonreí mientras me acercaba con el cuchillo.
- Se sorprendería lo que una mujer como yo puede hacer con este cuchillo, maldito machista de mierda. - Eso pareció enfurecerlo y vino contra mi pero en unos movimientos rápidos pude pegar su cara en el piso mientras sostenía su brazo por detrás.
- ¡Maldita perra desgraciada! - Subí mas su brazo y pude oír un crujido acompañado de su grito.
- Ups, creo que se rompio. - Me eche a reír cuando empezó a llorar. - Oh no, estas llorando, pobrecito.
- ¡Suéltame loca!
- Ahora puedes ver el poder que tiene una mujer y eso que ni siquiera utilice el cuchillo. - Susurre cerca de su oído y acaricie su mejilla con el cuchillo, hice una pequeña abertura y la primera gota de sangre no tardo en salir.
Oí la puerta principal ser abierta y también la voz de Damon, no tardo en encontrarme y sonrió al ver mi situación.
- ¡Señor, ayúdeme. La perra esta loca! - Clave el cuchillo en su pierna y el se quejo de dolor.
- Vuelva a llamarme perra y no acuchillare su pierna si no su cuello. - Me levante de su espalda y deje el cuchillo ahí haciendo presión en su pierna.
Pase a un lado de Damon y el tomo mi brazo. - ¿Qué te hizo?
- Me dijo que era tu puta, no iba a aceptar que alguien se dijera a mi de esa manera y menos involucrándote a ti. Lo ultimo que quiero es que nos involucren. - Subí las escaleras y llegue a mi nueva habitación, me di una ducha para quitar la sangre y me puse la misma ropa. Tal vez andaría con la misma ropa pero al menos no le debería nada.
Baje para despejar mi mente y apenas toque el piso oí un ladrido que me hizo saltar. Un lindo doberman grande corrió hacia mi y me tumbo en el piso, empezó a lamer mi rostro y yo lo acaricie.
- Zeus abajo. - Damon le dijo al perro pero este no le obedeció. - Zeus..
- Zeus, lindo nombre muchacho. - Lo acaricie y me senté en el piso, se puso encima mio mientras me lamia. - Siéntate allá pequeño. - Me obedeció y se sentó a mi lado. Damon dejo caer su boca en asombro.
- Eres una encantadora de perros, agente y una gruñona de mierda. Eres como una barbie, haces de todo.
- También soy muy guapa como ella.
- En eso no concuerdo. - Rodé los ojos pero no respondí nada, seguí acariciando al canino felizmente. Oí como se iba dándome una ultima mirada y desapareciendo en la cocina.
Saque mi celular y me tome unas cuantas muchas fotos con Zeus. Ya me había dado uno y literalmente pasaba todo mi tiempo con el para que no se volviera a perder o tal vez romper.
Vi como la puerta se abría y estaba preparada para otro acosador pero en cambio Eris llego a mi campo de visión con bolsas de ropa.
- ¿Qué haces aquí? - Me levante con la mirada de Zeus quien también se levanto y me siguió.
- Damon dijo que no usarías nada de lo que habíamos comprado con su dinero así que te traje ropa que ya no uso.
- Que boca abierta el pendejo. - Cruce los brazos. - Eris, no tienes que..
- No digas que no tengo que hacerlo, no puedo dejar que vivas con la basura que te deje. - Me tomo del brazo y los tres subimos a mi habitación.
- Pensé que seguirías durmiendo con Damon pero es muy linda la habitación. - Dejo la enorme bolsa en la cama y me miro sonriente, Zeus se recostó en la cama mirándonos. - Es hora de brillar.
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Nota de la autora:
Antes que nada quiero anunciar que empiezo clases así que ya no podré actualizar muy seguido pero lo intentaré.
Modo: Alaska cásate conmigo.
Alaska bien mami, ni siquiera uso el cuchillo y ya le había roto el brazo al tipo.
Cadena de: Alaska nuestra patrona 🛐
Coméntenme su parte favorita y si les gusta como va yendo el libro 💕
Nat 🦖
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ESTÁS LEYENDO
OBSESIÓN ✔︎ (COMPLETA)
Teen Fiction(+18) Cuando un mafioso se obsesiona contigo, no te deja muchas opciones y menos cuando te secuestra. Alaska era una agente normal y obediente hasta que lo conoció a el, Damon Cipriani. La tormenta andante que el día soleado necesitaba. ༻߷༺ 🖊:12/0...