OBSESIÓN ✔︎ (COMPLETA)

Capitulo 4. Un postre pa' los ojos.

🖤

Alaska

- ¿Para que me quieres vestida así ?

- Tendré una cena con unos socios y mi amigo insistió y me jodio con que debía traer acompañante. Tienes que comportarte o no me importará pegarte un tiro en la cabeza en medio de todo el mundo.

- No te tengo miedo.

- No pero deberías, la pequeña Dánae y Athena deberían estar preparadas por si la cagas.

- No te atrevas a tocarlas. - Puse el dedo en su pecho furiosa.

Él lo quito. - Eso depende de ti, pequeña Alaska. ¿Mataras a tus seres queridos o te comportaras?

- Te odio.

- Y me odiaras mas que esto solo comienza.

Bajamos de la mano y tuve que fingir mi sonrisa, no me daba placer estar ahí pero no quería que nada malo le pasara a mi familia. Eran lo único que me quedaba.

Estuvo hablando con unos tipos mientras solo me quedaba ahí como estatua a su lado, sonreía cuando me alagaban y me di cuenta que casi todas las mujeres hacían lo mismo.

Que asco los hombres así.

Me disculpe para ir al baño y cuando salí vi a un tipo encapuchado con una arma amenazando a los de servicio. Corrí con Damon y lo jalé del brazo para quedar alejados de la gente.

- Vi a un tipo con un arma.

- Si, aquí todos traemos una. - Dijo molesto. - ¿Solo me llamaste por esto? Porque si es así voy..

- No pendejo, estaba amenazando a las personas del servicio. - Salió disparado a la cocina para comprobar lo que había dicho y lo seguí. Llegue y me arrepentí de haberlo hecho.

La cocina parecía escena de crimen, o bueno eso era, había sangre por todos lados y había personas muertas con los órganos de fuera. Casi vomito.

Damon me tomo fuerte del brazo y casi me arrastra por las escaleras. - Cámbiate rápido.

- ¿Que? - Pregunté al verlo quitándose la ropa.

- Nos están amenazando y no creo que un vestido sea la mejor opción para escapar.

Me puse lo primero que encontré, pantalones y una blusa blanca que marcaba mi sostén negro, tuve que quitarlo. Lleve mi arma conmigo, no tenía balas pero no iba a dejarla aquí.

Corrimos a la salida y solo se escuchaban gritos y disparos. Me arrepentía de quitarme el sostén, mis pechos rebotaban cada que corría.

Llegamos a un auto y el chofer piso el freno antes de que nos pincharan las ruedas. Suspire aliviada y me recargue en el asiento. Podía sentir la mano tensada de Damon en mi muslo pero no quise decir nada y no pude porque él la quitó rápidamente.

Se recargó y respiro, se veía jodidamente bien que si no me hubiera secuestrado tal vez podríamos follar de nuevo.

- Deja de verme acosadora.

- ¿Yo acosadora? ¿Quién secuestró a quien? - Resopló.

- Eso no tiene nada que ver.

- ¿A donde vamos? - Pregunté girando mi cuerpo hacia el.

- A un lugar..- Miro mis pechos sin protección. - ¿No llevas sostén?

- Nop.

- ¿Por qué carajos no lo haces?

- Porque solo me dieron uno negro y se veía por la blusa, no quedaba bien.

- Pues te hubieras puesto una blusa negra.