Capitulo 5. Ladrona y pendejo.

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🖤

Damon

Desperté con Alaska en mi pecho, se veía hermosa despeinada. Acaricie su cabello dándole un masaje con mi mano pero después la quite como si me quemara.

¿Que carajos estaba haciendo? Algo no muy bueno será. No puedo enamorarme de ella.

No lo estoy para aclarar, solamente que su cabello lucia muy suave y no, adiós pensamientos erróneos. Hoy se veía mas fea que nunca.

Eso ni tú te lo crees.

Quite mi brazo y la dejé sola en la cama, me metí en el baño y vi el desastre que había hecho. Maldita diva, no es su casa para que haga lo que quiera.

Me arreglé para unos asuntos que debía resolver y cuando salí me encontré a Alaska despierta husmeando en mi cajones.

- ¿Buscas algo? - Se voltea rápidamente y sonríe nerviosa. Se ve tan sexy en ropa interior que mi mirada automáticamente va para allá.

- Deja de verme o te meto una demanda. - La mire con las manos en su cadera.

- ¿Tengo que repetirte todo, ladrona?- Me acerqué a ella lentamente y vi como se tensaba.

- No me llames ladrona.

- ¿No eras tú quien rebuscaba en mis cajones?

- ¿No eres tú quien me tiene secuestrada? - ¿Siempre iba a sacar eso en la conversación?

- Ya dime que quieres.

- Quiero mi teléfono. - Trago nerviosa.

- No. - Respondí secamente y me aleje.

- Pero.. porque?! - Pregunto como si no fuera obvio, era muy boba? Estaba secuestrada y quería un teléfono.

- Porque llamarás a alguien para que te rescate, no correré ese riesgo. Te daré uno nuevo para que no me jodas. - Resopló y paso chocando con mi hombro, quise reclamarle pero ya se había metido en el baño furiosa.

Amaba hacerla enojar.

Baje y me encontré a Ian con una rubia en sus piernas, se besaban o tragaban mejor dicho en mi sillón. Hice una mueca de disgusto y solo huí a la cocina donde el desayuno ya estaba listo. Huevos con tocino.

La ladrona bajó con una de mis camisetas y un pantalón de mezclilla.

- Tienes mucha ropa que me queda. - Tomo un pedazo de pan y se lo metió a la boca.

- Tendré que mandar a alguien a que te compre ropa.

- Me gusta esta. - Se miro a ella misma y sonrío.

- A mi no. - Salí hacia Ian pero pude escuchar como maldecía en silencio.

Ian me vio y dejo a la rubia en el sillón para abrazarme, lo aparte.

- Qué seco eres con tu mejor amigo.

- ¿Quien es? - Apunte con la mirada a la rubia y cuando iba a decir su nombre, una voz detrás mío interrumpió.

- ¿Eris? - La rubia miró a Alaska y sonrió.

- Alaska, que gusto verte. - Las dos se abrazaron y estaba confundido.

- ¿Se conocen? - Pregunto Ian abrazando a la tal Eris.

- Nos conocimos en el antro, ella me ayudó. - Respondió ella.

- Mucho gusto Alaska. - Ian se acercó a ella y besó su mano. - Ian, un placer. - Ví como se sonrojaba y me enfurecí. Ian vio mi rostro y se separó de ella.

OBSESIÓN ✔︎ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora