Capítulo 4

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Capítulo 4.

—Diviértete —uno de esos Drods me dice y salen de la pequeña Sala.

Idiotas.

No sé por qué hay cámaras sí toda la maldita sala es de cristal. Todos pueden verme, así que no me fuerzo para no lastimarme de mis muñecas y sólo miro las intimidantes cámaras, son muy pequeñas y de color blanco. Sólo las observo y miro la Sala número 10, es la única que logro ver.

Observo a dos chicas pelearse, una de ellas la toma del cuello a la otra y la tira, la toma de su brazo y lo dobla hasta su espalda, la golpea en la cabeza con su rodilla y ésta no se mueve. Todos los de ahí celebran y gritan y la toman a la ganadora por los hombros. ¿Eso es divertido? ¡Vamos! La otra chica ni siquiera se levanta, la chica ganadora se ríe y abraza a lo que supongo son sus amigo ¿ganará puntos por eso? Lo que odio del entrenamiento, es que la Sección cinco en adelante pueden escoger con quién pelearán, eligen de cualquier sección, no importa si son novatos de dieciséis años, pero depende los días que elijan los Drods, y ya que soy de la Sección cinco ya puedo, pero como es el maldito primer día, y lo arruiné por la culpa de Tanner, no podré elegir hasta dentro de un mes, otra cosa más para agregarle a mi castigo.

Así pasan las dos horas que me propuse a esperar, para que los Drods noten mi habilidad en la sala de castigos —y también para que observen que me estoy burlando de ellos indirectamente— me pongo a hacer ejercicio levantando mi propio peso tomándome de las cadenas en las que estoy amarrada y hago ejercicio sin dejar de ver las cámaras que sin duda, son intimidantes.

Me libero poco a poco de la cadena de mis muñecas y caigo erguida sobre el suelo. Suspiro por el dolor en mis muñecas y metatarsos y toco fuertemente la puerta para que los estúpidos Drods me dejen salir.

— ¡Amy! —Mike me abraza. Ya es hora del descanso.

—Hola —sonrío a mi mejor amigo.

—No me digas que..., —comienza a hablar pero lo interrumpo antes de que menciona si estuve en la sala e castigos.

—Sí. Otra vez. No hagas la gran cosa.

—Por favor Amy, es el primer día en tu nueva Sección, ¿y ya te metiste en líos? —mi amigo me reprocha y le pongo los ojos en blanco.

—Fue por lo de esta mañana con Tanner, no hice nada malo en la Sección nueva —le informo antes de que comience a echarme todo su sermón sobre que debo ser buena en los entrenamientos para poder salir del Área y averiguar qué pasa después de tantos años de entrenamiento.

—No debiste pelearte —me recuerda susurrando y suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo.

— ¿Dónde está Lil? —cambio rápidamente de tema antes de que comience y observo la cara de Mike palidecer dándome me da un escalofríos.

—Escucha Amy estaba esperándote antes de ir...

— ¿A dónde? —lo interrumpo y trago saliva con nerviosismo.

—Lil está en la enfermería pero..., —lo vuelvo a interrumpir.

— ¡¿Qué?! —le grito en la cara y él cierra un momento los ojos antes de volver a hablar.

—Tanner —es la única palabra que logro escuchar de todo lo que dice mi amigo y salgo corriendo en busca de Tanner. Ese desgraciado es hombre muerto. Escucho a Mike detrás de mí, y siento todas las miradas puestas en mí pero no me importa. Voy a la sala en busca de Tanner y sólo él.

— ¡Rose, no puedes entrar ahí! —Mike me grita a mis espaldas.

Busco en la Sección de Tanner, pero no hay nadie.

Perfecto.

— ¡Rose, vayamos con Lillya! —Mike me toma de mi brazo y me obliga a verlo— ¡Pelearte con Tanner no te ayudará! ¿De acuerdo? ¡Es mejor que vayamos con Lillya que nos necesita ahora!

Suspiro derrotada, pero asiento.

Vamos a la sala de enfermería que tiene el Área, es un poco pequeña a comparación de todas las Secciones y la sala de castigos, ambos vemos a lo lejos a Lil en una camilla sentada y una venda en su cabeza y una mancha de sangre en ella. Oh no.

— ¡Lilly! —le grito y me mira con dificultad. Maldito Tanner. Se ha pasado de la maldita raya.

Entramos a la enfermería y veo a Tanner en una camilla recostado y a un lado de él, Seth y sus otros amigos.

—Amy —Mike me nota mirándolo así que alejo la mirada de Tanner, y voy con Lil.

—Lillya, ¿qué pasó? —le pregunto preocupada y la trato de mirar a los ojos. Suspira y se acomoda mirando detrás de mí, mirando hacia Tanner con odio.

—Tanner me eligió para que peleara con él en su Sección, me eligió porque no estabas tú, me lo dijo mientras peleábamos y me enfurecí. Y bueno aquí estoy, pero lo dejé más herido a él —ríe un poco pero se queja por el dolor al mismo tiempo.

— ¿Puedes irte a casa? —Mike le pregunta.

—Sí, el Tren vendrá en unos minutos —Lillya nos informa frunciendo ligeramente el ceño.

—Bien, ¿él también se irá? —le pregunto a Lil y ella asiente lentamente.

—Sí, pero en otro —me contesta y medio sonríe.

—De acuerdo, entonces te veremos en casa en unas horas, ¿Bien? —le aviso y asiente por quizá quinta vez.

—Tenemos que salir Amy —me dice Mike poniendo una mano en mi hombro.

Asiento sin muchas ganas de dejar aquí a Lillya sola con esos idiotas aquí, pero sé que ya tengo que irme porque Mike y yo no debemos perder nuestra hora de descanso, esa hora es valiosa para cualquiera dentro del Área. Beso la frente de Lil y al voltearme le doy una mirada asesina al imbécil de Tanner.

—No hagas nada estúpido Amy —me dice Lil antes de que me vaya con Mike.

Sólo asiento y juro que veo a Tanner sonreírme antes de que salga de la enfermería.













Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora