Capítulo 53

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La verdad, ha llegado.

Capítulo 53.

—Hola Rose, mucho tiempo sin vernos. —Es lo primero que dice al verme, pero antes de disparar, le haré unas cuantas preguntas de las cuales tengo aún, una inmensa duda.

—Losé. —La miro entrecerrando los ojos.

—Es increíble lo que un grupo de personas pueden hacer. —Dice al ver mi arma apuntándole.

—Lo mismo digo. —Tenso la mandíbula y paso saliva. No he dejado de apuntar con mi arma hacia ella ni un momento. Sarah camina lentamente haciendo sonar sus tacones y toca con sus dedos sus muebles blancos.

—Crees que esto es fácil, ¿cierto? —Me mira una milésima de segundo y continúa caminando. No me muevo de mi lugar y no muevo mi arma de ella. Mi pecho sube y baja por el nerviosismo. Sarah ni se inmuta al ver que tengo un arma apuntándole.

—¿A qué te refieres? —Le pregunto y la veo sonreír. No quiero perder tiempo en dispararle. Quiero verla sufrir por lo que nos ha hecho, pero tengo la necesidad de que conteste mis preguntas.

—Creíste que, al unirte con los Sectores, ¿todo estaría bien? ¿Que todo se resolvería? Rose, yo controlo cada potencia existente en el planeta. Unos Sectores no van a quitarme de ese puesto.

—¿Por qué has hecho todo esto? —Le pregunto casi con lágrimas. No sé por qué quiero llorar exactamente, pero me resisto. Estoy cansada de llorar.

—¿Me preguntas eso? —Habla casi riéndose —Cariño, esto fue lo que yo siempre deseé. Esto fue mi sueño.

—Yo también tuve sueños Sarah. —Le digo con la ira en mi boca. No soporto verla sonreír en medio de esta situación.

—¿Cómo qué? ¿Ser una súper heroína? Por Dios. —Mi ceño se frunce al instante por sus palabras y Sarah pone los ojos en blanco y sigue caminando, pero con nerviosismo.

—¿Cómo sabes eso? —Sarah se vuelve de inmediato a verme y la veo pasar saliva.

—Recuerda que te estudiábamos. —Baja la mirada hacia el suelo unos instantes y arquea una ceja.

—¿Por qué hablas en plural? —Sarah me mira expectante y me sorprendo de que al fin estoy analizando sus palabras. No dejaré que ella gane de nuevo —No mientas sobre eso de nuevo. —Sarah me mira unos momentos y asiente lentamente. He acertado.

—No miento. —Se limita a decir.

—No cambies el tema Sarah. ¿Por qué hablas en plural? Dime la verdad detrás de todo esto.

—¿Quieres saber por qué los entrenamientos privados? ¿Las celdas? ¿Todo? Eres solamente una niña rebelde. Jamás tuviste un potencial alto al de los demás.

—Mientes... ¡Dime la maldita verdad! —Exclamo negando con la cabeza y sonríe maliciosamente.

—¡¿Quieres saber la verdad de todo esto?! ¡Bien! —Me sobresalto por sus gritos y se dirige atrás de mí. Olvidé por un momento el arma y de inmediato vuelvo a apuntarla con ésta. Sarah pone un código en la pequeña pantalla que está a un lado de la puerta por donde entré. Presiento que estaba abierta a propósito para mí. Escucho detrás de mí un fuerte sonido y me vuelvo. Veo las paredes blancas de al fondo de la Sala abrirse en una inmensa puerta y miro a Sarah.

Su rostro no muestra emoción alguna. Supongo que quiere que, entre ahí, pero la verdad me he puesto nerviosa por no saber que hay ahí dentro.

—Pasa si quieres saberlo. —Asiente hacia la puerta y miro de nuevo las puertas corredizas abiertas. No debo hacerlo, pero necesito hacerlo. Necesito saber qué diablos pasó y que va a pasar. Avanzo con lentitud hasta las puertas y lo primero que veo es una pared de cristal. Miro detrás de mí al escuchar las puertas cerrarse y cuando voy a salir se han cerrado por completo. Mierda no, fue una maldita trampa lo sabía. Pongo mi dedo en mi oído para hablar con Nathan, sé que estará enfadado conmigo por haberlo dejado a él y a los demás, pero necesito su ayuda ahora. Qué estúpida fui.

Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora