Capítulo 13

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Capítulo 13.

Me vuelvo a sentar de mala gana en los cómodos sofás del Tren que le pertenece a Sarah y los Drods me miran como si tuviera tres ojos, bueno, ¿de qué otra manera pueden mirarme? Esos idiotas la cara es lo único que no se les puede cambiar, todos tienen la misma. Tomo la tela húmeda que me dio Sarah y me sobo las manos evitando la mirada de los Drods. Suspiro por el dolor, pero continúo sobándome las manos. Aparto la mirada de mis manos después de unos largos minutos pero los Drods siguen mirándome.

— ¿Qué? No es como si fuera a irme de aquí —les digo y ruedo los ojos. Estoy encerrada en un maldito Tren en movimiento, ¿acaso son tan idiotas para que crean que voy a escaparme?

—Lo sabemos.

—Entonces, ¿por qué me miran así? —los Drods se miran y se dirigen a vigilar la maldita puerta. No es como si fuera a saltar del Tren o algo.

Pero sí no tuviera las manos lastimadas, juro que lo haría.

Miro el reloj que hay en la mesa de madera que está a un lado del sofá en donde estoy, y son apenas las seis de la mañana.

Perfecto.

No hay nada que hacer por ahora, Sarah se fue al otro vagón del Tren para evadir mis preguntas pero tengo que actuar bien si quiero respuestas. Suspiro, y me recuesto en el sofá, tomo la tela tibia y la amarro a mis manos mientras trato de dormir una vez más.

—Rose, ya estamos aquí —escucho la voz de Sarah hablarme suavemente. Me levanto del acogedor sofá y las manos me tiemblan, cada vez me duelen más y el dolor es peor. Me comienzo a quitar la tela pero Sarah me detiene antes de que logre hacerlo.

—Déjalo así —me asiente sin mirar mis manos y se mueve rápidamente de donde estoy.

Asiento y me pongo de pie para ir detrás de Sarah, ya que camina con prisa. Los Drods nos escoltan otra vez al salir y lo primero que veo al levantar la mirada es un edificio gris. Es demasiado grande y tiene algunas ventanas, pero están selladas, hay más edificios alrededor y muchos más grandes que éste, pero este se ve diferente, en un estado un poco mejor a comparación de los demás que tienen las ventanas rotas y las puertas selladas con algunas maderas viejas. Sarah me hace señas para que siga caminando con ella, ya que me quedo viendo mucho tiempo los escalofriantes edificios.

—Vamos Amy —me mira y sigue caminando hasta poder entrar al edificio, y al entrar veo a gente adentro vestida de blanco, son enfermeros. Pero ¿que...?

—Esperen aquí —Sarah nos advierte a mí y a los Drods y va hacia una enfermera haciendo sonar sus tacones negros. La enfermera está en el centro del edificio, detrás de lo que parece ser una recepción.

Trago saliva y las observo, la enfermera saluda de mano a Sarah ya que le dice algo a la enfermera, ambas me miran al unísono y a los pocos segundos, la enfermera le asiente a Sarah sonriendo, Sarah regresa minutos después de haber hablado con la chica y nos habla formalmente, como la directora que es.

—Todo está bien. Listo Amy, ven conmigo, ustedes dos vengan con nosotras —le dice a dos de los Drods que están a cada costado mío y asienten. Sarah me lleva a un pasillo que al final de éste tiene unas escaleras blancas pero un poco manchadas. Subimos las escaleras y entramos a una Sala completamente blanca y me da un escalofrío que me pone la piel de gallina. ¿Qué van a hacerme?

—Tranquila, revisarán tus manos —la directora contesta a mis pensamientos, pero sin mirarme.

—Lo siento —vamos Amy, necesitas respuestas, haz un esfuerzo.

— ¿Por qué? —ahora tengo su atención.

—Por mi comportamiento de anoche. —murmuro mirando mis manos lastimadas que están en mi regazo.

Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora