Capítulo 23

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Capítulo 23.

Continúo llorando por las estúpidas cosas que suceden en mi vida, ¿no puedo tener la vida de antes? ¿Normal? Ya no quiero tener esta vida tan horrible y llena de sufrimiento. Sollozo en el pecho de Nathan, y me carga entre sus brazos como un bebé, me lleva hacia los sillones de la sala, y me recuesta en uno sin dejar de abrazarme. Sigo sin creer que ellos iban a hacerme esto.

Y lo lograron. Me drogaron, ¡qué idiota fui!

—Está bien, Amy, tranquila no llores, no sirve de nada ahora —Nathan me dice abrazándome aun y tomando de mi cabello suavemente, sólo logro asentirle porque no sé si pueda hablar sin soltar sollozos.

Algo está mal conmigo.

—Lo siento —me quito del abrazo reconfortante de Nathan, me levanto del sillón y me voy corriendo al baño de mi habitación, cierro la puerta de éste con fuerza y me siento en el suelo blanco y frío del baño. Inspiro varias veces para intentar calmarme un poco.

No puedo confiar en nadie ahora.

Nathan sólo trata de ayudarme, de ayudar a él y a todos.

Pero no puedo.

No puedo hacerlo por alguna razón.


Escucho ligeros toques en la puerta de baño, así que abrazo mis rodillas y pongo mi cabeza contra ellas como si mis rodillas fuesen a protegerme de lo que sucede a mi alrededor.

—Amy, por favor, abre la puerta —la voz de Nathan suena tranquila, pero al mismo tiempo, puedo decir que suena preocupado.

—No —sollozo y miro la puerta como si ya lo tuviera frente a mí y lo escucho suspirar.

—Vamos, Amy. Necesitamos hablar.

—No lo haré —intento sonar segura de mí misma pero fallo terriblemente con un sollozo.

—Tiraré la puerta si es necesario. Por favor abre, tenemos que hablar Rose.

Por la manera tan segura en que lo dijo, creo que es capaz de hacer semejante cosa. Suspiro derrotada, me limpio las lágrimas que siguen corriendo por mis mejillas y me levanto del suelo para poder abrir la puerta. Nathan está apoyado con su brazo derecho en el marco de la puerta en el momento en que la abro y me mira extraño.

— ¿De qué quieres hablar? —le pregunto en tono enfadado, aunque no quería que sonara así.

—Escucha, no creo que tus amigos hayan hecho semejante estupidez.

¿No lo habrán hecho?

Claro Amy, ahora piensa en las consecuencias después de que hiciste tu desastre.

—Por supuesto que lo hicieron. Tenía una nota la caja —trato de justificarme y Nathan frunce el ceño ligeramente. ¿Acaso no le había mencionado aquello?

— ¿Nota? —Nathan me pregunta mirándome a los ojos y levantando sus cejas con expectación. Supongo que no se lo esperaba.

—Sí, la caja tenía una nota con las iniciales de sus nombres —creo que recuerdo donde estaba la nota después de tomar las estúpidas pastillas. Me acerco a mi buró y busco entre las cosas de ahí, la encuentro y se la doy a Nathan, la lee varias veces hasta que vuelve su vista hacia mí.

—Amy, la letra es impresa. Fue imposible de que ellos hayan conseguido una de esas máquinas para imprimir una diminuta y patética nota. Además —vuelve a leer la nota y va hacia mi cama por la caja, supongo que él trajo hacia aquí de nuevo—. En la parte de abajo de esta caja vienen las iniciales PAT, son las del Área, Amy. Supongo que Sarah mandó esto hacia aquí. ¿Cuándo pasó lo de tus amigos? —me pregunta pero mira de nuevo la caja.

Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora