Capítulo 22

323 19 0
                                    

Capítulo 22.

Nathan y yo entramos a la cocina riendo aún por aquellas palabras que me mantienen con la esperanza de que no todo es tan malo, es sólo que necesitaba a alguien que me hiciera ver que siempre hay algo bueno en lo que sucede, necesitaba una pequeña compañía para no sentirme tan miserable. Así que después de un rato de carcajadas entre nosotros, Nathan vuelve a hablar aunque su rostro sigue un poco ruborizado.

—Hice el desayuno, Amy —me informa Nathan y saca dos platos de la alacena.

—Gracias —me encojo de hombros sin mirarle, suspiro y lo ayudo a servir el desayuno, nos sentamos en el pequeño comedor en completo silencio y miro de reojo a Nathan sonreír.

— ¿A qué hora vas a irte? —le pregunto y bebo de mi vaso de agua.

¿De dónde sacó la comida? ¿Él la habrá traído?

—No me iré hasta que accedas a venir conmigo —lo observo dar el primer bocado a su desayuno y medio sonríe, sin embargo no me mira.

No tengo palabras. ¿No va a irse? Mi decisión fue clara en decirle que iba a reconsiderar irme con Sarah, pero, ¿está jodiendo, cierto? Yo no voy a irme con nadie, está loco si cree que me iré, aunque no puedo asimilar el hecho de que él se encuentre tan apacible por lo que acaba de decirme.

— ¿Qué? —mi voz es apenas audible y sólo espero que me haya escuchado.

—Ya dije. No me iré hasta que accedas, Amy —me mira directo a los ojos ahora que ha terminado de masticar su bocado. ¿Cómo describiría la manera en que me mira? ¿Con asombro? ¿Con miedo? ¿Quizás ambas?

—No soy muy fácil de convencer, Nathan —le informo y me cruzo de brazos. Me he quedado sin apetito.

—Prefiero decir, acceder —arquea la comisura de sus labios y él también se cruza de brazos sobre su torso.

—No voy a irme —le digo con firmeza haciendo énfasis en cada palabra.

—Entonces, yo tampoco. Pero te informo que cuando más te demores en decidirte, más tiempo estarás sin tus amigos —suspiro sin mirarlo y comemos en silencio.

Al terminar el incómodo desayuno, me levanto de mi silla, y lavo en segundos mi plato por los nervios. No puedo evitar echarle una mirada a Nathan que todavía se encuentra aún sentado en el comedor y siento su mirada puesta en mí en cada momento y en cada movimiento que hago.

—Rose..., —por alguna maldita y extraña razón, mi estómago da vueltas al escuchar a este chico pronunciar mi nombre. Pongo los ojos en blanco para disimular lo que mi estómago siente cuando me llama y me vuelvo para mirarlo a los ojos.

— ¿Qué? —me cruzo de brazos y tomo una expresión neutra para no mostrarme nerviosa.

—No me iré, y lo sabes —levanta ligeramente su ceja.

—Nathan... —suelto un suspiro y niego suavemente con la cabeza para darle a entender que no tengo ánimos de seguir discutiendo sobre el tema.

—Rose —dice mi nombre con el mismo tono en que dije el suyo, pero con un poco de humor, o burla.

—No te burles de mí —niego con la cabeza, otra vez y reprimo una sonrisa.

—No me estoy burlando de ti. Sólo te estoy tratando de decir que vengas conmigo para que no puedan encontrarnos.

—No lo sé Nathan, quiero a mis amigos de vuelta, pero Sarah me amenazó...

—Rose —me interrumpe hablando—. Sí nos apoyas, podremos encontrarlos.

Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora