Capítulo 10

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Capítulo 10.

No contesto nada, sólo observo el Drod y también a Lil al mismo tiempo tratando de concentrarme en lo que posiblemente sucederá. Todas las Secciones se llenaron de Drods para evitar que la gente intente salir de nuevo. Lillya me mira preocupada y no tengo ni la menor idea de qué voy hacer ahora, siempre tengo ideas, ahora no sé qué debo hacer. Miro al Drod con odio aunque sé que no se solucionará nada con una mirada asesina hacia él. Los Drods están más enfadados que nunca ya que varios de mis compañeros los golpearon, al igual que yo, y tampoco sé cuál será mi castigo por esto, Mike me advirtió que me quedara fuera de esto y no lo escuché.

—Ahora, llévensela —el Drod que está en frente mío ordena, y ésta vez no protesto. Sólo miro a Lillya que me mira tristemente y preocupada más que nada. Los Drods me toman por lo hombros y le asiento a Lillya haciéndole saber que estaré bien aun sabiendo que probablemente sea todo lo contrario. Caminamos lejos de ahí pero escucho en instantes gritos ensordecedores y cuando me vuelvo para observar lo que sucede, veo que los Drods comienzan a golpear a todos mientras me llevan.

— ¡Lillya! —exclamo y veo cómo la golpean hasta que la meten a su Sección.

— ¡Lillya! —vuelvo a gritar y trato de quitarme del agarre de los Drods, pero me lo impiden.

—No va a escucharte —uno de los Drods me dice y lo fulmino con la mirada.

— ¡¿Cómo te atreves?! —vuelvo a golpearlo y trato de quitármelo.

— ¡No puedes hacer nada! —el Drod me grita a centímetros de mi rostro y entramos a una parte del Campo de Entrenamiento en la cual, jamás he estado.

Miro a todo mi alrededor y todo está lleno de tecnología que sin duda, no sabía que existía, en las pantallas táctiles puedo ver las Secciones, las cámaras conducen a esto, a esta parte del Área. No hay nadie aquí lo que se me figura un poco extraño, entramos a un pasillo de color blanco que me da escalofríos. Hay lámparas neón blancas en el techo que me ciegan por unos segundos; miro hacia atrás y muchos Drods vienen hacia aquí, supongo. Hay un elevador y entramos en él únicamente los Drods que me tienen tomada de los hombros y otros dos en frente de nosotros. Uno de ellos, aprieta el último botón, y me mareo al sentir el elevador moverse hacia abajo, ¿abajo? ¿Qué diablos con el Área? ¿Acaso también tiene Salas subterráneas? Esto yo no lo sabía. Pasan unos minutos más que se sienten eternos en lo que bajamos y el elevador finalmente se detiene. Se abren las puertas corredizas y hay otro pasillo con las mismas características del anterior, pero en éste hay más pasillos a sus costados. Los Drods me dirigen a una gran puerta de metal que está al final del pasillo y dice Celdas de Observaciones.

Esto no me gusta nada.

El Drod de mi Sección pone un código para poder pasar y las grandes puertas se abren en segundos.

—Entra —el Drod me ordena y lo fulmino con la mirada. Entro poco a poco dubitativamente y lo primero que logro apreciar son Celdas de cristal.

— ¿Qué van a hacerme? —pregunto lo que pasa por mi cabeza y nerviosa por la respuesta sin poder alejar mi vista de todas aquellas celdas de cristal.

—Nada, por ahora —uno de ellos contesta, no sé cuál exactamente, estoy anonada por ver esto frente a mí.

— ¿Por ahora? —repito sin asimilar esto y me cargan otra vez de mis hombros y me guían a una de las Celdas.

Cuando veo a Tanner.

¿Qué diablos?

— ¿Qué hace él aquí? —les pregunto mirándolo dentro de una de las celdas.

—No es de tu incumbencia niña —me contesta uno de ellos.

— ¡¿Qué?! ¡Por Dios! él..., —antes de que termine de gritarles, abren una celda en la cual apretaron un código y me meten en segundos en ella antes de que pueda analizar la situación. Caigo al suelo lastimándome las rodillas y me vuelvo para salir antes de que la puerta se cierre, pero ya es muy tarde.

— ¡Sáquenme! —grito aunque sé que será imposible, pero no me importa.

—No saldrás de ahí. Te mantendremos en observación, hasta que podamos saber cómo destruiste la nariz de uno de nuestros mejores y primeros proyectos —termina de decir el Drod de mi Sección, y salen de las Celdas dejándome con la boca el suelo y completamente confundida.

¿Tanner?

¿Un proyecto?

Eso significa que Tanner es un... No me da tiempo de pensar en lo que le han hecho, porque ahora me está mirando asesinamente y está sentado con las piernas cruzadas en medio de la Celda.

—Tanner..., —susurro y me levanto del suelo, toco el cristal y lo veo respirar fuertemente. Su pecho baja y sube rápidamente y su cara está llena de sudor y sonrojada. ¿Qué le pasa? Somos los únicos encerrados aquí.

No me contesta, sólo está ahí sentado, mirándome con odio y me da miedo.

—Lo siento —no sé por qué me disculpo exactamente, o tal vez sí. Prácticamente lo mandé aquí en estas estúpidas Celdas, pero sólo que viéndolo así, no sé lo que le hicieron, o lo que vayan a hacerme a mí también.

—Rose —es lo único que dice, mi nombre en un tono de advertencia que me da unos escalofríos. Veo su nariz y está vendada.

— ¿Qué van a hacerme, Tanner? —le pregunto tras minutos de silencio.

Han pasado, supongo yo horas. Tres o más, no lo sé. Todo es tan confuso. ¿Por qué me quieren en Observación? ¿Sólo porque le rompí la nariz a Tanner? ¿En serio? No quiero esto. Quiero regresar a mi casa, con mis mejores amigos, Mike y Lillya y estar en el maldito Entrenamiento hasta llegar a la edad de los veinticinco. Eso es lo que quiero, —o al menos una de mis pocas opciones— pero no esto. Tanner se ha movido dándome la espalda. No me ha dirigido la palabra y estoy comenzando a desesperarme.

Pero no puedo.

No puedo desesperarme porque eso es lo que quieren que haga los Drods.

Inhalo y exhalo.

Muchas veces.

Creo que preferiría estar colgada en la maldita Sala de Castigos en el sol a todo su esplendor, que estar aquí encerrada en paredes de cristal con una mierda de baño y una persona al frente mío sin hablar.

Me vuelve loca.

Quiero salir.

Pero no puedo.

Necesito salir.

Pero otra vez me digo a mí misma.

No puedo.

No sé cuánto tiempo estaré aquí encerrada. ¿Un día? ¿Una semana? ¿Meses quizá?

No quiero averiguarlo.

Escucho unos ruidos, unas pisadas..., levanto la mirada enseguida ya que estoy sentada, y una mujer muy bien vestida, está en frente de mí observándome con detenimiento.


Dark Life [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora