Capítulo 24.
Suspiro y desvío la mirada de los penetrantes ojos azules de Nathan. Siento el ardor en mis mejillas y no sé por qué me pasa eso. No tengo ni idea qué pasa conmigo, todo dentro de mi cabeza es tan confuso. Algo en mi cabeza me dice que está mal pensar demasiado en escapar con Nathan, pero otra parte retorcida de mí, me dice que está bien ¿a quién debería escuchar? No lo sé, Sarah es una mentirosa de mierda, no me interesa lo que ella tenga que decir, no me interesan sus leyes o sus estúpidos Drods.
No sé en quién confiar ahora.
— ¿Por qué estás ruborizada? —Nathan me pregunta mientras sonríe y me saca de mis pensamientos.
— ¿Por qué me preguntas eso? —contraataco, pero se ríe y niega con la cabeza.
— ¿Qué es tan divertido? —le pregunto en tono de enfado y tratando de poner una expresión seria. Pero sólo logro que se ría a carcajadas aún más.
—Que estás ruborizada y actúas como si estuvieras enfadada, cuando en realidad, pueda ser por algo, o alguien —agrega y sonríe aún más.
—Eso no tiene sentido —me muerdo el labio para esconder mi sonrisa y evitar mirarlo.
—Para mí lo tiene. Tú no tienes sentido del humor —se cruza de brazos y me mira divertido.
—De acuerdo, tú ganas —suspiro y miro hacia otro lado.
—No —lo miro de nuevo por la sorpresa de su respuesta—. Esto no ha acabado, te niegas a todo, ¿por qué? —me pregunta Nathan frunciendo el ceño.
—No lo sé —me encojo de hombros—. No lo había pensado hasta ahora, pero no lo creo.
—Debe de haber una explicación —sonríe esperando a que le explique lo que pasa conmigo.
—Te aseguro que no la hay.
— ¿Lo ves? ¡Lo niegas todo! —se ríe y yo me uno a sus risas pero bajo el volumen de ellas de inmediato.
—Cállate Nathan —sonrío y miro hacia mi regazo. Siento que voy a ruborizarme de nuevo. No dice nada, pero cuando lo vuelvo a mirar, él está observándome y una pequeña sonrisa juega por aparecer en sus labios.
— ¿Qué? —le pregunto un poco incómoda reprimiendo una sonrisa.
— ¿Qué sueles hacer durante las tardes? —me pregunta viéndome con curiosidad y colocando su mano en su mentón.
Eso era lo último que pensé que me diría.
—Siempre estoy en el Área entrenando, no suelo estar en casa y cuando lo hago, es hasta noche y son pequeñas platicas con Lillya —le explico terminando con una sonrisa al nombrar a mi amiga.
— ¿No sales? Me refiero a, ya sabes, ¿pasear o algo? —me rio por su elección de palabras.
— ¿Pasear? ¿En serio? —vuelvo a reírme y continúo— pero para contestarte no lo hago. Sabes que nos cobrarían si salimos —me encojo de hombros alejando mi mirada de él.
— ¿Si salimos? —Nathan repite mis palabras y su sonrisa crece. Maldición.
— ¡No me refería a eso! —exclamo levantando mis manos en defensa pero él sigue riendo.
—Vamos, Amy. Por supuesto que lo hiciste —niega con la cabeza riendo y sin dejar de mirarme.
—Ya cállate, no me refería a eso. No quisiera salir de aquí contigo —pongo los ojos en blanco y él se queda en silencio por unos largos minutos.
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Dark Life [Sin Editar]
Science FictionDurante quince años, la humanidad se sumió en un mandato mundial creado por Sarah Oldfield, directora del Programa Advanced Technology y creadora de los Drods, robots con la capacidad de interactuar como un ser humano normal. La vida de todos se bas...