(LGBT+) Darcy puede ver fantasmas y hay uno que la acompaña siempre. Annabeth Williams, su abuela, la persigue desde que era una niña y sus apariciones aumentan desde que conoce a Maxine Reed, la alumana más inteligente de la escuela y una pobretona...
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El último año de la high school comenzó y Max ya había hecho su examen universitario. Muchos de sus compañeros iban a quedarse en la ciudad igual que ella, así que las plazas en el Saint Laurent College estaban siendo muy peleadas, sin embargo, se negó a hacer exámenes en otro lugar. E pesar de que su madre estaba muriendo de los nervios, Maxine encontró fáciles las pruebas y le fue bien en la entrevista.
—Nos encantaría tenerla en nuestra institución, señorita Reed —le había dicho la entrevistadora al despedirse.
Además, cumplía con todos los requisitos para la beca completa, que, en su mente, era lo único que podría salir mal en todo su plan. Sin embargo, mientras esperaba a los resultados decidió tomarse un descanso del estudio y comenzó a visitar más a Darla. Su amiga estudiando en línea y al parecer seguiría así hasta la universidad.
Esa tarde se dirigiría a casa de los Hill para celebrar el cumpleaños de Ángela y Neo.
Después de lo del campamento había mantenido el contacto con todos, aunque no pasaba tanto rato con ellos, estaban constantemente escribiéndose. Gracias a Darla, Max había desarrollado una buena capacidad para mantener sus amistades a través de mensajes de texto. El único con el que no hablaba era con Neo, pero sorprendentemente este siempre estaba en contacto con Aaron, incluso se enteró de que Aaron le estaba enseñando a jugar Polo. Esto último era un interés unilateral, así que Neo no había hecho mucho esfuerzo por aprender aparte de asistir a las clases, pero eso ya era lo bastante sorprendente.
Miró la hora al tiempo que recibía un mensaje, era Darcy.
"Estoy frente a tu casa ¿Subo?"
Max vivía en un bloque de departamentos en las afueras de la ciudad, por lo que si quería un taxi que la llevara con los Hill, cuya casa estaba en un pueblo a dos horas de ahí, el viaje le saldría lo de un mes de renta. Cuando preguntó en el grupo a los chicos por la hora en la que debía tomar el transporte para llegar a tiempo, Darcy se ofreció rápidamente a llevarla.
"Tú conoces el camino y yo tengo vehículo, deja que te lleve" le pidió.
Max sonrió, satisfecha con aquel resultado y aceptó el ofrecimiento. Tiffany iría en su propio auto y Aaron estaba ahí desde el día anterior.
—Mamá, Darcy está aquí —dijo, tomando su bolso y los regalos. Su madre, que estaba sentada en el sillón de la sala viendo la televisión, se tensó de inmediato.
—¿Ya te vas? —preguntó, sin voltear a verla.
—Sí, volveré en la noche, Darcy me traerá de regreso —explicó, aunque ya lo había hecho un millón de veces desde que mencionó la fiesta.
—Bien, cuídate —ella se giró, dedicándole una sonrisa a medias. Max caminó hasta su madre, dándole un beso en la coronilla y salió del departamento.
"No te preocupes, voy bajando" respondió al mensaje y se dirigió a las escaleras. Desde que habían llegado a ese edificio el elevador casi siempre estaba descompuesto.
