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Saint Rudolph se reubicó rápidamente y construyó edificios universitarios propios con una rapidez asombrosa

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Saint Rudolph se reubicó rápidamente y construyó edificios universitarios propios con una rapidez asombrosa. El resto de los niveles educativos se encontraban aún en San Germain, pero ya habían iniciado el proyecto para un nuevo campus, con dormitorios más modernos justo al lado contrario de la ciudad donde se estaba la vieja escuela. Por esto mismo, cuando Darcy recibió una respuesta positiva a sus admisiones lo primero que hizo fue solicitar un tour por el nuevo campus.

Unos días atrás había hablado con su madre y estaba indecisa sobre si debía mudarse a los dormitorios, rentar un piso o viajar todos los días. La mujer le había dicho que como universitaria era más conveniente que tuviera su propio espacio, pero Darcy no estaba segura de sí sería buena idea mudarse a un sitio sin saber antes que tan embrujado estaba. Desde que su abuela se había marchado los fantasmas comenzaban a ser una preocupación mucho más urgente.

—Qué bonito lugar —Tiffany estaba a su lado, utilizando lentes de sol que parecían demasiado si los combinabas con el uniforme caqui que estaba usando. En cuanto se enteraron del asunto, los chicos se pusieron de acuerdo para programar las visitas de modo que pudieran ir todos juntos. Incluso Maxine estaba ahí, luciendo muy poco interesada mientras bajaba del auto de Darcy.

—¿Emocionada? —le preguntó, examinando la expresión de la chica, al tiempo que le cerraba la puerta del auto.

—Todas las escuelas son iguales para mí —dijo echando un vistazo al edificio. A diferencia de las estructuras clásicas y antiguas de la sede anterior, esta estaba construida en base a edificios altos, blancos y con fachadas curvas que intentaban ser innovadoras. El estacionamiento era enorme, pero había pocos árboles, pues la mayoría estaban recién plantados para adornar el entorno. No era especialmente acogedor en ese sentido.

—Espero que no estés hablando de forma literal —espetó, sintiendo un poco de nostalgia por el antiguo Saint Rudolph, el lugar en el que prácticamente se había criado.

—No —Max la miró como si fuera estúpida—. Por supuesto que no —agregó, regresando su atención al lugar. Darcy se encogió de hombros ante la respuesta.

A su lado se estacionó un auto rojo. Era un deportivo descapotable clásico que llamaba mucho la atención. A Darcy le gustaba bastante, pero ella estaba más enamorada de su auto blanco, así que su gusto por el deportivo era un amor prohibido.

—¡Tardaste demasiado! —espetó Tiffany, viendo a Aron bajarse del vehículo. El chico apenas y traía puesto el uniforme, se había quitado la chaqueta, la corbata y se dobló las mangas de la camisa. Detrás de él se bajaron Ángela y Neo, cuya ropa se encontraba en un estado similar.

—Nos detuvimos a comprar un bubble tea —dijo, levantando una bebida de color verde pistache, Ángela tenía un vaso idéntico, pero su bebida era de color rosa. Neo no estaba bebiendo nada.

—Que desconsiderado el no comprar para nosotras —Tiffany avanzó hasta él, le quitó la bebida y comenzó a andar hacia el edificio en cuestión. Aaron comenzó a quejarse mientras el resto caminaba detrás de ellos sin demasiadas ganas.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora