Tiffany salió a fumar, costumbre que adquirió durante su tiempo en los sets acompañando a su madre. Cuando era niña sus vacaciones consistían en estar sentada en una esquina durante las filmaciones de películas y series de televisión junto a su nana, ahí era bastante común que la gente del staff consumiera tabaco de vez en cuando, su propia madre era una fumadora habitual.
Se fumó su primer cigarro cuando cumplió los trece y siguió consumiendo incluso cuando estaba en casa sola o durante su tiempo libre, lo cual le ocacionó bastantes problemas. Conforme crecía, los paparazzi parecían cada día más interesados en tomarle fotos y escribir artículos intrascendentes sobre ella, había una foto especialmente famosa en la que se encontraba en la ciudad, usando el uniforme de la escuela y un abrigo caqui. Era invierno, así que se moría de frío y se detuvo a comprar un café, en la foto estaba afuera de la tienda, con su vaso desechable en la mano y dándole una calada al cigarro que sostenía en la otra.
Su madre se puso furiosa, su padre no dio señales de vida y decidieron que a partir de ese año pasaría todo el tiempo posible dentro de la escuela, sin la autorización para salir hasta que el representante de su tutor pudiera pasar por ella: fue en ese tiempo cuando conoció a Aron.
Estaba escondida detrás del cuarto edificio, una construcción muy antigua que en el pasado fue un monasterio. Era el lugar perfecto para desaparecer un rato, la escuela ya era enorme de por sí y encima tenía esos rincones oscuros a los que nadie quería acercarse. Ahí, por ejemplo, estaba rodeada de arbustos y era fácil escuchar cuando alguien se acercaba, así como esconderse en caso de que fuera necesario.
—¿Estas fumando? —el pobre la había mirado anonadado ante la imagen de una chica de su edad, una niña, fumando en el jardín trasero de la escuela. Ella frunció el ceño hacia él, Aron siempre fue un poco más infantil que resto, más inocente.
—¿Quieres? —le preguntó, extendiendo el cigarro hacia él, este negó con la cabeza.
—Mi mamá me mataría si se entera —exclamó con gesto horrorizado.
—Bueno, tu mamá no tiene por qué enterarse —Tiffany le sonrió, sin retirar la invitación. El chico se quedó pensativo.
—Ella me dijo que lo sabría, porque gastaba mucho dinero en ortodoncia como para que arruinara mi dentadura de esa manera —dijo, encogiéndose de hombros. Ese mes acababan de quitarle los frenillos y sus dientes eran tan bonitos que todo el mundo lo notaba.
O al menos él lo notaba y procuraba sonreír mostrando las encías.
—Eso no es cierto —ella frunció el ceño, mirando el cigarro en sus dedos, pero había cierta duda en su voz.
—Si es cierto, se te manchan los dientes, deja que te muestre —Aron había sacado su celular (uno que no se suponía que debiera tener) y le enseñó el video en el que hablaban sobre el consumo de tabaco. Tiffany estaba tan sorprendida que lanzó la colilla entre los arbustos y exclamó:
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El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)
Paranormal(LGBT+) Darcy puede ver fantasmas y hay uno que la acompaña siempre. Annabeth Williams, su abuela, la persigue desde que era una niña y sus apariciones aumentan desde que conoce a Maxine Reed, la alumana más inteligente de la escuela y una pobretona...