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—Se quiénes son estas personas —Neo estaba de pie, observando al resto del grupo, quienes descansaban en distintos sitios en la sala de lectura

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—Se quiénes son estas personas —Neo estaba de pie, observando al resto del grupo, quienes descansaban en distintos sitios en la sala de lectura. Mientras pronunciaba estas palabras, su ceño se frunció y apretó los puños. 

—Yo también —Ángela miró hacia el techo, con los ojos abiertos, como evocando una imagen lejana. Tiffany miro de uno al otro esperando detalles que nunca llegaron, frustrada soltó un resoplido.

—Creo que necesitamos todas las piezas de este rompecabezas para terminar de armarlo —inquirió, intentando que la mirada de alguno de los presentes se cruzara con la suya, pero todos parecían perdidos en sus propias mentes.

—No creo que sea indispensable saber quiénes son para entender que estaba pasando... —Darcy tenía su atención en la alfombra, como si los patrones de rosas en ella fueran la cosa más fascinante del mundo.

—O tal vez si —agregó Max, dando vuelta a las páginas del diario en busca de nuevos detalles.

—O tal vez si —repitió Darcy, incapaz de llevarle la contraria a Darcy.

—No tienen que decir nada si no quieren —murmuró Aron—. Sé que las cuestiones familiares son difíciles de manejar —su voz se volvió más tenue, intentando no alterar el ambiente que ya estaba bastante tenso.

—Es mi mamá —soltó Neo, frunciendo el ceño.

Las cabezas de los presentes se levantaron, centrando por primera vez su atención en el muchacho, todos conocían a la madre de los Hill, una mujer amable y frágil que hacia lo que podía para cuidar de sus hijos, pero encontraba sumamente difícil vivir su vida como una persona normal. Maxine sabía de primera fuente que le costaba mantener trabajos, que no era muy buena con las cosas manuales y estaba distanciada del resto de su familia. Las malas lenguas decían que era por su decisión de casarse con un hombre pobre y negarse a tener hijos propios.

—¿Estás seguro? —inquirió Tiffany, intentando encajar la imagen en su cabeza.

—Es por el tío Younjae —dijo Ángela—. Mamá nos dijo que vinieron aquí juntos, que ella también pasó por la prueba y trajo a su novio de ese entonces, no menciono a nadie más, pero eso es suficiente. El tío Younjae tiene una buena posición en la familia, es uno de los niños adoptados, pero se está haciendo cargo de la empresa de guardaespaldas de los Woolf, todo el mundo lo respeta mucho —inquirió, lanzándole una mirada a su hermano.

—Alguna vez escuché al abuelo decir que el secreto de su éxito era que había escogido a una buena mujer, la tía Rosely. Ella dio a luz a dos hijos "prometedores" —Neo cerró los ojos y negó con la cabeza—: Tenían, quiero decir, tenían dos hijos de los que estaban muy orgullosos.

Silencio.

—Tenían —Aron lo miró con sus grandes ojos asustadizos.

—Darvid pasó la prueba con muy buenos resultados, eso es lo que escuché, pero luego se retiró de la familia para volverse policía y Chae Ri... ustedes saben lo que pasó con ella —mascullo, recordando los sucesos del ciclo escolar pasado.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora