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La caja en cuestión estaba hecha de metal y era tan simple por fuera que ninguno pudo imaginar lo que contenía

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La caja en cuestión estaba hecha de metal y era tan simple por fuera que ninguno pudo imaginar lo que contenía. Mientras devoraban sus postres observaron con curiosidad la caja puesta frente a Neo, esperando a revelar su interior. Con una expectación que apenas les permitió disfrutar la copa con crema y fresas que les dieron, se mantuvieron en un silencio sepulcral hasta que Mr. Black se aseguró de que todos habían terminado y tomó la palabra.

El ambiente, que ya estaba un poco tenso a esas alturas, se espesó aún más mientras observaban a aquel hombre de expresión indiferente y el aura de rigidez. Su traje era tan pulcro que parecía no estar hecho de tela normal, sorprendente teniendo en cuenta la maestría con la que se movía.

—Supongo que se estarán preguntando que hay dentro de esa caja —dijo, leyendo muy bien sus expresiones. No era algo muy difícil teniendo en cuenta que todos tenían escrita la curiosidad en sus expresiones. Sobre todo, Angela, cuyos ojos de cervatillo no se habían separado del cuadrado de madera desde lo colocaron frente a su hermano.

Mr. Black se llevó una mano a los bolsillos de la chaqueta, sacando del mismo una llave plateada que brilló reflejando las velas en la mesa. Darcy se quedó encantada con el objeto, como si se tratara de algo precioso y no se una simple llave, pudo notar como se negaba a parpadear y su respiración se ralentizaba.

—A decir verdad, no es asunto mío, pero de alguna manera estoy involucrado en este ridículo juego familiar —dijo el hombre, con una sonrisa en el rostro. No parecía sentir ningún respeto por ellos o por el dichoso juego—. Las reglas son fáciles, le entregaré la llave al primogénito varón presente o en su defecto, al mayor de los varones del grupo —dijo extendiendo el objeto a Neo, quien lo aceptó con recelo—. Este se encargará de abrir la caja, mirarán su contenido y entonces comenzarán las pruebas —sentenció, con una sonrisa en los labios.

En cuanto se mencionó la palabra "pruebas" los hermanos Hill se miraron entre ellos.

"Un juego familiar"

"Pruebas"

Habían escuchado a su madre mencionar algo por el estilo, siempre entre susurros, con el mismo misterio con el que su abuelo decidió enviarlos ahí. No conocían los detalles, pero sabían que la pelea de su madre con su hermano tuvo lugar en esa montaña, se enteraron en algún punto durante su cumpleaños y los días siguientes, pero nadie se atrevió a decir demasiado, incluso el propio Malachai, quien estaba ansioso por que ambos se presentaran en aquella ridícula iniciación de mayoría de edad.

—¿Qué sucede después? —inquirió Ángela, quien parecía la única capaz de hacer una pregunta sin recibir una pulla por parte del hombre.

—Bueno, no tengo idea, eso pueden descubrirlo ustedes —sentenció antes de recoger los trastes del postre y marcharse. Una vez que estuvo fuera de la sala, las miradas del resto se posaron en Neo, quien soltó un suspiro, apretando la llave en sus manos.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora