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Maxine estaba en el jardín delantero de la casa, observando la entrada a los terrenos de la mansión

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Maxine estaba en el jardín delantero de la casa, observando la entrada a los terrenos de la mansión. Cuando Mr. Black dijo que no podían irse hasta que el juego terminase o se acabara el tiempo, lo decía en serio, porque, aunque el portón estaba abierto, el camino de tierra por el que llegaron se tapizó de árboles y hierbas. Ella apretó los labios, estaban atrapados, atrapados de verdad.

Preocupada echo un vistazo a la mansión, que parecía observarla en silencio, riéndose de su desesperación.

No iba a contarle aquello a los chicos, eso era un hecho, quizás podría hablarle del asunto a Neo, a Tiffany, a Darcy, quizás a Ángela, pero definitivamente no a Aron, el pobre todavía estaba muy trastornado por lo que le había pasado en el baño, saltaba ante cualquier sombra extraña dentro de la casa.

Preocupada regresó su atención a los árboles, preguntándose que debía hacer a continuación.

Después de pensarlo un momento, dio un paso fuera de la mansión, sintiendo como de inmediato una opresión en el pecho la dejaba sin aliento. Un escalofrió le recorrió la espalda, el estómago se le hizo un nudo y las piernas le fallaron ligeramente causando que se tropezara, apenas consiguió recuperar el equilibrio cuando se dio cuenta de cómo la apariencia del bosque parecía haber cambiado.

"Esto no es una buena idea" se dijo a sí misma y volvió a entrar a los terrenos de la mansión.

Inquieta, se preguntó qué era lo que debía hacer a continuación. Sabía que el miedo era una reacción instintiva a lo desconocido y que enfrentar nuevos retos no tenía por qué ser algo malo, pero todo aquello se salía del campo de la lógica y no encontraba otra manera de reaccionar a todo lo que estaba pasando.

Después de pensarlo un momento, vio un guijarro en el suelo y se inclinó para recogerlo, si nada de lo que estaba pasando tenía sentido ¿Cómo debía juzgar la situación? Frustrada lanzó la piedra hacia el bosque y casi de inmediato esta regresó hacia ella, haciéndola retroceder. El guijarro calló a sus pies, pero Maxine no le prestó atención, sus ojos, abiertos de par en par, estaban clavados en el bosque.

—Carajo —murmuró, sintiendo a su corazón correr desbocado.

Con las manos temblorosas se inclinó despacio, recogiendo el guijarro, tomó una profunda respiración y volvió a lanzarlo hacia el bosque.

De inmediato el objeto fue lanzado de regreso.

Max apretó los labios, retrocediendo lentamente y antes de darse cuenta, ya estaba corriendo de regreso a la mansión.




A pesar de todo lo que le había pasado, Aron quiso hacerse el valiente y subió solo a la habitación a buscar una chaqueta. Cuando bajó, se dio cuenta que las chicas ya no estaban, no tenía idea de donde se metieron, pero supuso que estaban en sus habitaciones descansado, por lo que tenía dos opciones: Esperar a que aparecieran ahí abajo o en su cuarto. Al final, se dio cuenta de que toda la casa era igual de aterradora, por lo que se fue a acostar, deseando que Neo apareciera pronto.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora