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Tiffany perdió su arete la tarde anterior, estaba segura y había evitado ir a buscarlo después de haber tenido aquella extraña experiencia al borde del jardín, pero después de la charla que tuvo tenido con los chicos esa mañana, estaba molesta por...

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Tiffany perdió su arete la tarde anterior, estaba segura y había evitado ir a buscarlo después de haber tenido aquella extraña experiencia al borde del jardín, pero después de la charla que tuvo tenido con los chicos esa mañana, estaba molesta por pensar que había un grupo de adultos intentando aterrorizarlos. Ella ya se había vuelto lo suficientemente desconfiada después del incidente de las cabañas como para que siguieran amedrentándola, por lo que decidió armarse de valor e ir por el arete ella sola.

En cuanto salió del jardín, su mente comenzó a gritarle que era una mala idea, sin embargo, a diferencia de la tarde anterior el sol estaba en su máximo esplendor, o al menos tan alto como y fuerte como el clima se lo permitía. Suspiró, pensando que bajo la luz del día no había mucho que pudiera ocultarse.

Error.

Estaba en medio de los naranjales, caminado despacio y mirando fijamente el suelo, cuando vio una sombra pasar a su costado.

"Mierda" pensó "Lo que me faltaba".

Fingiendo que no había visto a nadie y creyendo que podría encarar a quien fuera que la estaba acechando (porque para ella era seguro que alguien la perseguía desde que entró al huerto) decidió fingir que no había notado nada entre los árboles.

Tiffany sonrió cuando unos metros más adelante vio el brillo inconfundible de una piedra preciosa y camino con decisión hacia su destino, una vez que estuvo cerca del objeto se inclinó para examinarlo, en efecto, era su arete, una joya con un rubí incrustado, regalo de su padre en su cumpleaños. Tiffany lo recogió, levantándolo hacia el cielo para contemplarlo a detalle.

Una risa se escuchó a sus espaldas, era un sonido extraño, lejano y frio, era la vos de una mujer. Tiffany se giró por instinto, esperando encontrar el rostro de una desconocida, una mujer con algún maquillaje tétrico gritando "bu" mientras mostraba las garras.

No vio nada.

Ella frunció el ceño, pero no pronunció palabra y se dirigió a la casa. Mientras andaba, de nuevo la invadió la sensación de estar siendo perseguida, sentía la mirada insistente de alguien en su espalda y conforme avanzaba, los sonidos de pasos se escuchaban con mayor claridad.

"Alguien se acerca" pensó.

Un escalofrió le recorrió la espalda por la anticipación, si estaban intentando asustarla debían tener algo preparado, de nuevo su mente se movió hacia la imagen de una mujer con un maquillaje monstruoso.

Nerviosa apretó los puños y comenzó a andar más rápido, la risita se escuchó una vez más, esta vez dio la sensación de que se trataba de una niña riéndose, lista para una realizar una broma muy buena. Tiffany frunció el ceño, conto hasta tres y cuando sintió que aquella presencia estaba lo suficientemente cerca como para no tener escondite, se dio la vuelta, deteniéndose de golpe.

Nada, no había nada.

Consternada estiro el cuello, pero no parecía que hubiese gente detrás de los árboles, los troncos eran demasiado delgados. Lentamente dio la vuelta sobre su eje, tratando de encontrar a quien la perseguía, no había nada, pero escuchaba todavía la risa, era tan clara, aquella mujer debía estar cerca, muy cerca, debía estar....

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora