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Aron abrió los ojos en la oscuridad, no sabía porque, pero tenía una extraña sensación de inquietud

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Aron abrió los ojos en la oscuridad, no sabía porque, pero tenía una extraña sensación de inquietud. La habitación estaba a oscuras, solo llevaba dos noches ahí pero ya encontraba inconveniente el hecho de que precisamente los dormitorios no tuvieran ventanas, ni un mísero rayo de luz se colaba dentro, en medio de aquella noche tan fría el ambiente comenzaba a desatar su ansiedad.

Lentamente se incorporó, sentándose en la cama mientras se preguntaba si sería una buena idea que saliese a caminar por los pasillos. Enseguida se arrepintió de solo pensarlo, aquella casa era demasiado aterradora como para andar solo por ahí.

Alguien tocó la puerta, Aron levanto la cabeza, intentando asegurarse de que no eran imaginaciones suyas, el golpeteo en la puerta se repitió después de unos segundos.

—¿Quién es? —murmuró con voz temblorosa.

—Neo.

La respuesta hizo que Aron soltara un suspiro de alivio.

—Pasa —respondió, tanteando alrededor para encontrar el switch de su lámpara de noche. Antes de que pudiera hacerlo la puerta se abrió, dejando ver la figura del muchacho, bañada por la luz de la luna llena. La claridad de afuera ilumino la estancia y Neo entro al cuarto sin cerrar la puerta.

—¿Te desperté? —Su voz sonaba tranquila y suave, diferente a su tono habitual, que normalmente era una combinación de rudeza con un toque fraternal. Aron negó, observando confundido como el chico se sentaba a su lado.

—No, estoy con insomnio —respondió, recorriéndose en la cama cuando Neo subió los pies y ocupó un sitio a su lado.

Extraño.

Lo primero que pudo pensar es que quizás estaba entrando a medianoche para disculparse por la pelea que tuvieron, aunque Aron no lo consideraba del todo una pelea y Neo no era de los que se disculpaban.

—Quería hablar contigo —dijo, empujándose un poco más de lo habitual, normalmente quien tomaba la iniciativa en cuanto al contacto físico era Aron, estar del otro lado resultaba desconcertante.

—¿Sobre qué? —preguntó, sobresaltándose cuando el chico le apoyo la mano sobre el muslo.

—Bueno... —él bajo la vista, dedicándole una mirada de apreciación. Aron sintió que la cara se le ponía roja, aquella situación se estaba poniendo incomoda con mucha rapidez—. Quería disculparme contigo, me porte muy mal esta mañana —su voz sonaba como un susurró, la última parte prácticamente la dijo en su oído, Aron se encogió en su lugar, nervioso ante la interacción.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó, colocando la mano en el hombro de Neo para obligarlo a mantener la distancia, este le observó un momento antes de tomarlo de la muñeca e inclinarse con la intención de besarlo—. ¡Para! —espetó el muchacho soltándose y girando el rostro—. ¿No se supone que eres hétero? —se notaba en el temblor de sus palabras que estaba entrando en pánico.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora