Algo extraño comenzó a pasar entre los chicos, algunos de ellos comenzaron a tener la necesidad imperiosa de entrar al lago, era una sensación primitiva, como si sus vidas dependieran de ello. Tiffany estaba en ese grupo, en un momento se encontraba dispuesta a luchar con un loco que llevaba un cuchillo y al siguiente su mente se había quedado en blanco y lo único que podía pensar era en entrar al agua, así que se dio media vuelta para dirigirse a ese destino tan anhelado.
—¿Tiffany? —Ángela la sostuvo de la muñeca, consternada por lo que estaba pasando. Tiff se sobresaltó, girándose de golpe para encontrarse con el rostro compungido de la chica.
—¿Ángela? —parpadeó, intentando que su mente se aclarara, pero al igual que el resto del campamento, su conciencia parecía víctima de una niebla que lo distorsionaba todo.
—¿Escuchas eso? —las manos de la chica temblaban, estaba congelada del miedo. Fue entonces cuando reaccionó, distinguiendo las risas en el lago. Un terror profundo surgió desde su estómago, obligándola a retroceder.
—¿Qué mierda? —espetó. Enseguida los ruidos del forcejeo entre Darcy, Neo y aquel extraño llamaron su atención.
—¡Mierda! ¡Alguien que nos ayude! —Espetó Neo, quien estaba siendo casi arrastrado por el hombre. Darcy también gritaba, aunque ella no estaba diciendo nada que tuviera sentido.
Sin embargo, el resto se encontraba demasiado ocupado para fijarse en ellos, Tiffany sintió que alguien le dio un tirón, eran dos chicos, que la miraron con la expresión en blanco. Ella apretó los labios, intentando retroceder, pero el agarre era tan fuerte que la arrastraron hacia el muelle con facilidad. Ángela intentó ayudarla, pero era casi imposible. Ambas comenzaron a gritar y el patrón se repitió en todo al grupo, algunas chicas y chicos internaban llevar al resto al muelle. Tiffany fue la primera en caer al agua, los chicos se lanzaron con ella y comenzaron a ahogarla, Ángela se lanzó detrás de ellos, tirando de Tiff para que no la hundieran. Un chapoteo a su lado les hizo ver que había alguien más en el lago y luego otra persona y otra.
De repente los alrededores se habían vuelto un campo de batalla donde unos intentaban ahogar al resto. Max había tratado de ayudar a Darcy, pero una chica comenzó a tirar de ella, el muelle se transformó con rapidez en un coro de gritos, llantos y súplicas.
Darcy observó todo, aquello parecía una escena sacada de un cuadro de guerra. Sus manos se aflojaron, Neo soltó un grito cuando el hombre comenzó a imponerse sobre él, su fuerza no era natural, no era humana, ella había visto esas cosas antes, las personas, sus cuerpos mortales, a veces escondían cosas horrendas aparte de su alma. Darcy miró al hombre, luego a sus compañeros, escuchó las risas, sintió los pies que caminaban sobre el suelo y el viento que acariciaba las hojas de los árboles. Sintió el crepitar de la madera quemándose y a los guardias afuera intentando encontrar una manera de entrar.
ESTÁS LEYENDO
El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)
Paranormal(LGBT+) Darcy puede ver fantasmas y hay uno que la acompaña siempre. Annabeth Williams, su abuela, la persigue desde que era una niña y sus apariciones aumentan desde que conoce a Maxine Reed, la alumana más inteligente de la escuela y una pobretona...