Darcy intentaba que no se le notara lo estresada que estaba por los constantes ataques de locura de su abuela. La mujer gritaba durante las noches como desesperada en el techo de la mansión. Lo hacía con tanta fuerza, que su lamento había empezado a escucharse incluso entre quienes no tenían la capacidad de ver fantasmas. Suspiró, necesitaba ocuparse del asunto, llevaba una semana asistiendo a la nueva escuela, pero prácticamente no tuvieron clases porque llegaron las vacaciones de verano.
Lo que sí hubo fue el baile de graduación al que ella asistió con Aaron. Habían ido en grupo a despedirse de los de tercero, quienes terminaron su año con una sensación de tristeza a sus espaldas. Ahí tampoco pudo encontrarse con Maxine, no tenía idea de a qué escuela había ingresado luego del cierre de la anterior, así que por el momento era difícil de localizar. Además, la nueva institución estaba a reventar de gente, era pública después de todo y resultó ser una experiencia abrumadora para ella y el resto de sus compañeros. Ninguno estaba acostumbrados a aquel ambiente. Darcy, por ejemplo, había sido campeona de Polo dos años seguidos y se llevó una gran decepción cuando descubrió que aquel lugar no tenía un espacio para los caballos.
Muchos de sus compañeros se fueron a escuelas fuera del país, era lo más cómodo, sin embargo, otros se movieron a la Saint Germain, quienes los habían acogido en sus edificios hasta que todos se graduaran. Sus padres estaban seguros de que durante las vacaciones podrían arreglar la institución para que fuera un sitio decente en el que pasar su último año. El día anterior, cuando salieron de la escuela por última vez, el equipo de construcción ya estaba esperando a que los alumnos abandonaran los edificios.
—Saint Germain es un lugar bonito —dijo su madre, una mujer alta, de complexión delgada y pelo rubio, lacio, que se sentaba imposiblemente derecha. A Darcy siempre le sorprendía que pudiera pasar todo el día en aquella postura—. Pero será aún mejor cuando terminemos con las remodelaciones —le sonrió—. Estaba hablando con la asociación de padres y consideramos la propuesta de trasladar a los caballos y disponer de un espacio decente para tu equipo ¿Qué te parece? —preguntó, ladeando el rostro.
—Sería mejor que los movieras al club, donde puedan estar bien cuidados, puedo practicar ahí o en casa, pero un equipo de polo no creo que encaje en Saint Germain, además, la mayoría no se quedará mucho tiempo y yo me graduaré enseguida —opinó. A diferencia de Saint Rudolph, las instalaciones de la nueva escuela eran bastante pequeñas y los animales se volverían locos dentro.
Su mamá le miró con aire pensativo y luego asintió.
—Supongo que tienes razón —convino, encogiéndose de hombros—. La administración está rentando un lugar horrendo para mantener abierta la sede universitaria, pero ya han encontrado un terreno para construir otro internado de educación completa —explicó, con una sonrisa en los labios.
La universidad de St. Rudolph era una de las instituciones más importantes de todo el país, era muy difícil entrar, pero los niños que estudiaban desde pequeños en ella tenían prácticamente el pase regalado. Sin embargo, ellos eran alrededor del treinta por ciento de la matrícula, el resto se las tenía que apañar con exámenes horrendos y entrevistas que en su mayoría salían fatal. Esa era otra de las razones por las que muchos no sacaron a sus hijos, sólo faltaba un año para la universidad, así que era mejor aguantarse y asegurar su sitio. A su madre le interesaba que su heredera fuera lo suficientemente competente como para mantenerse sobresaliendo cuando entrara "al mundo" es decir, cuando comenzara a trabajar para ella.
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El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)
Paranormal(LGBT+) Darcy puede ver fantasmas y hay uno que la acompaña siempre. Annabeth Williams, su abuela, la persigue desde que era una niña y sus apariciones aumentan desde que conoce a Maxine Reed, la alumana más inteligente de la escuela y una pobretona...