Hombres y mujeres reunidos y vestidos para la ocasión. Hablando y riendo sin cesar. Comían y caminaban por todo el jardín mientras observaban a la mujer de cabellos blancos que caminaba junto a uno de los tantos amos de Qarth. De hecho, el amo más rico de toda la ciudad.
Eadlynne estaba atenta a ella también. Observando su vestido azul y accesorios dorados, su inmensa belleza y a su gente también. Escucho que los llamaban Dothraki, un pueblo de hombres y mujeres con creencias muy diferentes, como por ejemplo: no acostumbrados a los navíos, luchar entre hombres para averiguar quién es el mejor y como resultado de ello sería la larga cabellera atada en una trenza o coleta. Y por supuesto hablando una lengua que no comprendía en lo más mínimo.
Un grupo de gente muy interesante pensaba ella.
— Deja de distraerte. — hablo Bereth con molestia — No me hagas repetírtelo de nuevo.
Eadlynne bajo la mirada y siguió recorriendo el jardín con una la charola dorada con alimentos. Se paseaba sin prestar atención a quienes la llamaban, quería estar más cerca de aquella hermosa mujer de cabellos blancos y ojos azules como el cielo mismo.
Pero su curiosidad no se detenía ahí, aun no podía sacarse de la cabeza a aquellas criaturas que Haidar había mencionado.
¿Realmente serán tan maravillosas como cuentan las historias?
Pensó ella.
— ¡Oye tú! — llamo un hombre alto a Eadlynne — ¡Ven a acá!
La joven miro un par de segundos a quien la llamo, y no pudo evitar mostrarse sorprendida al ver que quien la llamaba estaba junto a Daenerys.
Esa era su oportunidad, su oportunidad de hablar con la última Targaryen y pedirle que se la llevase a ella y su amigo lejos de las tierras que conforman Qarth. Su última y gran esperanza.— ¡¿Acaso eres sorda?! — volvió a gritar con enfado el mismo hombre
Eadlynne se despabilo y acercó con prisa hacia ellos, extendiendo después la charola con frutas.
— Si que eres lenta. Perdónela, mi lady. Es difícil encontrar buenas esclavas hoy en día.
— No considero que sea apropiado hablar así de una joven como ella. Entre ambas no hay una gran diferencia si me lo preguntan. — hablo Daenerys ofendida — Disculpe, pero debo atender otros asuntos de gran importancia.
Y así sin más, Daenerys dejo atrás al hombre y a Eadlynne. Y entonces la desilusión se vio reflejado en ambos rostros. Aunque en el hombre fue más de rabia que incluso estuvo por golpear a Eadlynne de no haberse tranquilizado a tiempo.
— Lárgate de mi vista. — ordenó este
Eadlynne obedeció y se marchó en la misma dirección que Daenerys, para luego volver a observarla. Ella seguía hablando con más de los nobles sobre cosas triviales y de lo más arcaicas. Sin duda Daenerys poseía una gran paciencia como para pasar horas hablando del mismo tema.
Eadlynne sonrió por ello. Pero su momento se vería interrumpido por Bereth quien la tomó de la muñeca con gran fuerza, llevándosela lo más lejos posible como para no volver a ver a Daenerys.
— Bereth suéltame. Me estás lastimando.
— Es lo mínimo que te mereces ¿Es que acaso eres estúpida? El que la mires no hará que ella te regrese la mirada y pregunté por tí. A ella no le importan las personas como nosotras, somos solo esclavas que morirán antes de lo previsto por las imprudencias de jóvenes estúpidas cómo tú.
Eadlynne ni siquiera pudo responder. Para ese momento, Bereth ya le había proporcionado una fuerte bofetada. La única manera de castigarla sin llamar tanto la atención.
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DOMINIO
FanfictionEl trono de hierro ha sido conquistado por los Baratheon, acompañados del ejército de Tywin Lannister. Los Targaryen han caído uno por uno al igual que los exorbitantes dragones que alguna vez surcaron los cielos. Pero no todos perecieron en dicha b...