En Meereen las calles se hallaban bien vigiladas por varios de los Inmaculados, aunque había pero poco comunes instantes dónde algunos de ellos se daban por complacer aquellos bajos y intensos deseos de ser amados y corresponder a dicho amor.
Y fue uno de esos tantos que, en un corto tiempo de distracción, fue asesinado por un hombre cuyo rostro se ocultaba tras una máscara dorada con cuernos en la parte superior de la cabeza. Sus ojos eran negros y profundos que el Inmaculado suponía estaría viendo a la misma muerte frente suyo y, a pesar de haber sido entrenado para nunca entender aquella sensación, por primera vez y única vez en su vida sintió miedo.
Por supuesto, la noticia no tardó en darse a conocer y llegar a oídos de la Madre de Dragones. Sir Barristan le informaba sobre el grupo conocido como "Los Hijos de la Arpía" quienes, y segun los rumores, se habían conformado por aquellos hombres y mujeres que fueron o tuvieron relación con los maestros de la ciudad antes de la llegada de Daenerys y su ejército.
— ¿Cómo se llamaba el hombre que murió? — le cuestionó a Grey Worm por aquel soldado fallecido
— White Rat.
— Quiero que lo entierren con honor. Públicamente en el Templo de las Gracias
Y aunque el consejo de la reina intento advertirle de una posible revuelta entre los Hijos de la Arpía y el pueblo de Meereen, más sin embargo Daenerys tenía en mente otras cosas más importantes antes de escuchar a la razón por un segundo.
Nadie reprochó más y se retiraron después de la orden dada por la mayor de las Targaryen. La única que permaneció junto a ella fue Missandei, misma que se mantuvo callada hasta que Daenerys decidiera que era apropiado hablar.
— ¿Han tenido noticias?
— No aún, majestad. — respondió apenada
Daenerys solo se limito en soltar un suspiro y volver a erguirse ocultando su clara decepción y tristeza. Desde su partida, no había vuelto tener noticias de Eadlynne o del traidor Sir Jorah Mormont, la única cosa que supo de ellos fue que se les vió muy cerca de la costa en dirección de las ciudades libres, desde entonces se han esparcido varios rumores que mencionan un posible secuestro por parte del caballero, o quizás una posible fuga amorosa que ambos llevaban planeando hacia bastante tiempo pero que no habían encontrado la forma de llevarlo a cabo hasta ahora.
Pero Eadlynne era el menor de sus problemas ahora. La Madre de Dragones aún debía lidiar con aquellos que aún se rehusaban a cumplir con lo encomendado. Sir Barristan, junto a los Inmaculados, se encargarían de ver que todo se llevara de manera correcta. Daario Naharis y los Segundos Hijos asegurarían la seguridad de los ciudadanos y de los soldados de la reina, así como de ella también. Y aun con todos apoyándole, sirviéndole de manera leal y cumpliendo con sus ordenes... El vacío dentro de Daenerys por el abandono de su hermana y de Drogon era inmenso, no podía gobernar si aquellos que amaba se iban de su lado.
"¿Qué más debo hacer?"
Pensó con frustración Daenerys.
....
El viaje de ambos se prolongaba más de lo esperado. El hecho de caminar durante horas bajo el potente sol y sobre senderos de roca y arena los tenia agotados, sobre todo a Eadlynne que no estaba acostumbrada a ese tipo de viajes. En Qarth nunca tuvo la necesidad de salir siquiera de la ciudad, con Daenerys solo había que pedirlo y enseguida le proporcionaban un caballo. Ahora, ni siquiera una triste mula podían conseguir. Lo poco que aun conservaban de valor Jorah decidía guardarlo, creía que más adelante habrían de encontrar algo mejor como un viejo pero fuerte corcel, o tal vez un saco con unas pocas fresas o zanahorias o uvas para alimentarse, o al menos usar como carnada. Y si bien Eadlynne no le reprochaba aquello, el hecho de que se hayan distanciado tampoco ayudaba mucho.
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DOMINIO
FanfictionEl trono de hierro ha sido conquistado por los Baratheon, acompañados del ejército de Tywin Lannister. Los Targaryen han caído uno por uno al igual que los exorbitantes dragones que alguna vez surcaron los cielos. Pero no todos perecieron en dicha b...