Elle
Mis cejas se unen y maldigo en voz baja, Matthew se sonroja aun mas con las cejas levantadas, sorprendido tal como yo de mis palabras. Quiero de nuevo que la tierra me trague y me escupa en Hawaii.
–¿He escuchado bien? –Me pregunta acortando distancia.
–¿Qué? No, yo no dije nada.
Mueve su cabeza negando, se lame los labios cruzando los brazos, su expresión se vuelve dura.
–¿Piensas negarlo durante todo el día?–Me muevo en dirección a mi parlante para cambiar de canción, pero el castaño me toma de un agarre en la cintura para quedar frente a frente con él–. ¿Segura?
Asiento, callada, me suelto alejando sus manos de mi cintura, pongo una canción que sé que le encanta, y la reproduzco a todo volumen.
“Perfect now” de Louis Tomilsson.
Matthew se da vuelta y salta como un chiquillo, acostándose por completo en mi cama mientras grita a todo pulmón la letra del tema.
Sonrio para mi misma, la verdad es que se ve algo tierno haciéndolo.
Mentira.
Se ve extremadamente lindo y tierno haciéndolo. Se pone los brazos atrás de la cabeza, cantando en una perfecta sincronía, su voz, ronca pero neutra, sigue a pie la letra del tema. Me acerco hacia mi ventana, que da una vista a todas las casas estilo americanas pegadas unas a las otras, el atardecer anaranjado, el frío del otoño colándose por ella, provocando escalofríos. Froto mis manos en mis brazos abrazandolos. Hace mucho frío.
–¿Estás bien?–Matthew se levanta de mi cama y camina hacia mi, asiento, pero no puedo evitar que la culpa se apodere de mi alma.
Y entonces recuerdo ese día, el día en el que supe el secreto de Matthew…
“–Ronda de secretos.–Mire confundida a Matt.
¿Qué era aquello?
–Es así, cada uno revela su mayor secreto, si el otro lo revela a otras personas, falla como amigo.
Asentí dos veces.
Jugué con mis manos en mi regazo, pensé bien qué decir.
Tenía solo 10 años, y no era mucho para tener coraje en esas cosas, pero sin embargo lo hice.
–Yo…vi a Alex hacer algo muy malo con una chica.–Matthew frunció sus pequeñas cejas.
–¿Como que?–Pregunto, yo no sabia como decírselo, era un año menor que yo y no lo entendería, por supuesto. Pero lo hice, la sinvergüenza de Elle de 10 años lo hizo.
–Ellos estaban en su cama.
Una gran O se formó en sus labios.
–¿Tuvieron…?
Asentí de nuevo, más rápido, ¡Que incomodo era aquello!
Me mordí las uñas y espere a que el chico enfrente mio dejase de abrir su boca sorprendido, le podría entrar un bicho.
–Bueno–entrecorte el tema–, ahora quiero saber el tuyo.
Matt me sonrió tímidamente y se acerco mas a mi, me empezaba a gustar ir a su casa a que me mostrara mas de los discos de música indie de su madre, Norma.
–Mi secreto, es que…–me quede con la boca abierta al escuchar tal barbaridad, cosa poco común en esos años–. ¿Estás bien?
Esta vez no asentí, solo me le quedé viendo como si hubiese visto algo atroz, y sin embargo hace unas semanas que lo había hecho, pero esto…era mucho más.
–¿Estás seguro?–Indague sorprendida.
Matt me miró apenado.
–Si, es lo que siento ¿No?
Asentí, pero estaba confundida, muy confundida, esa noche cené con Matthew y sus padres; reconocidos por su gran carrera como deportistas. Él me había contado que ninguno de los dos sabía su secreto, solo yo y él.
Por supuesto que no debía fallar, pero, en cuanto llegue a mi casa, no dude en abrir la boca, uno de mis hermanos sabía el gran descubrimiento que el mismo Matthew me contó, y , Alex, peligraba con decírselo a todas la personas que conocía”
–Si, estoy bien.
No.
Mentira.
Mi novio me acaricia la espalda con suavidad, me arqueo estirando mi espalda y bajo mi cabeza.
–No te culpes, eras demasiado pequeña.–Miro al castaño, una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, y ,no lo culpo, pero tengo muchas ganas de besarlo ahora mismo.
–¿Lees mentes?
Él se encoge de hombros, sacando su lado tierno a la luz.
–Leo libros.
Sonrio suspirando, si esto fuera una novela de amor, corazones flotarian a mi alrededor y se me pintarian pajaritos en el aire. Este chico me está volviendo...-no loca, se supone que ya lo soy- un poco más normal.
–¿Quieres cenar con nosotros?–Pregunto de la nada.
Matthew me acaricia la mejilla trazando círculos en ella, me da cosquilleo que lo haga, pero no lo freno.
–Mi madre se indignaria, no puedo.–Asiento bajando mi cabeza–. Pero puedo venir mañana, y…de esto quería hablarte.
Levanto mi cabeza, él sigue hablando.
–Mañana, tal vez podríamos tener una…–veo que duda, está nervioso, y lo beso con todas las ganas, sin poder contenerme.
Nuestros labios se encuentran otra vez, la familiaridad en ellos ha crecido y se entienden a la perfección, Matthew toma mi cintura levantándome con facilidad, presionando sus manos en mis fríos muslos. Ahogo un jadeo en sus labios mientras él me lleva caminando hasta el pequeño escritorio que hay en mi cuarto, me deja ahí sin despegarse de mí y comienzo a moverme contra él, hacia arriba, abajo, arriba, suave contra su torso. El se despega de mí y apoya su frente en la mía.
–Elle, debo… detenerme.–dice tratando de calmarse.
Y la verdad es que, si, tenemos que parar.
Pero no hablo, me quedo callada controlando mi irregular respiración que choca contra la boca de Matthew.
–Si, me encantaría tener una cita contigo.
Le contesto a su pregunta anterior, el castaño me da una sonrisa de oreja a oreja, mostrando sus dientes. Me apoyo en su hombro mientras me abraza metiéndose entre mis piernas, la luz y el sonido de carros afuera me llaman la atención.
Nos separamos, me paro acercándome a mi ventana, Matthew me sigue y lo veo; Papá está aquí.
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Incorrespondido (Bilogia Viajes) -Brunella Bonavigna
Teen FictionCuando Matthew conoce a Elle, su mundo cambia por completo. Cuando Elle conoce a Matthew, el suyo se pone de cabezas. Los dos mejores amigos se aman, y la amistad queda algo atrás en el proceso en el que uno da el primer paso, luego...