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Alex

Luego de un largo silencio, Matthew le jalo del brazo a Elle, sus ojos inexpresivos, bien abiertos, y con plenitud de confusión en su interior me examinaban, y se entornaban al observar mi herida, que siguió cesando de sangre, los dos se desaparecen por donde vinieron, y me sequé los ojos después de enfocar mi atención hacia Cecile y su pequeña sonrisa consoladora.

—Bien —me tomó de la mano—, ¿Estas mejor?

Sus ojos brillantes parecían destellantes de desvelo e ingratitud, pero había tal dulzura en ellos.

La mirada de una madre…

—No.

Su recelo se transformó, su mirada se derritió, bueno, no: pareció derretirse. Me sonrió, sin algún arrepentimiento y, una vez más, apoyó una mano en mi hombro. Tal vez si entendía la forma en la cual ayudarme. La rodeé con mis brazos, le apretujé la espalda fuerte, oí un jadeo de sorpresa, pero no logré identificarlo bien, la abracé como si fuera la primera vez en años que me sentía así, de esa manera, como si eso fuera encontrar agua en el desierto. Inspiré y exhalé varias veces su aroma, un ácido con olor a cítricos, me adopte a su altura, un poco más baja que la mía, y ahí fue cuando lo entendí.

—Ahora sí estoy mejor.

Incorrespondido (Bilogia Viajes)  -Brunella Bonavigna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora