Incorrespondido (Bilogia Viajes) -Brunella Bonavigna

22

Matthew

—No te quiero ver llorar por esa chica, no lo merece.

Me siento en el sofá, la lluvia aún no ha cesado, las gotas caen como si fueran rocas, aunque, quizás sí lo sean. Mi preocupación por si Elle está en su casa aumenta.

—Esa chica es mi novia, y no quiero que la llames maldita, madre.

Carajo, Matthew, mierda.

—¿Qué? —Mi madre se queda congelada en el lugar, yo suelto una maldición, intentando comprobar si lo que dije no fue nada más que un pensamiento—. Oh, lo siento tanto, Mattie, creí que…tu y ella…

—Madre, ella y yo…es complicado —Mi madre refunfuña, deja lo que sea que esté haciendo y me mira con el ceño fruncido, se sienta conmigo en el sofá y me toma de las manos.

—Nunca más digas eso.

Yo, ingenuo, la miro.

—No digas eso, porque, si ella y tú están saliendo, y te gusta mucho y ella también gusta de ti, complicado no es un término que puedas utilizar en este momento–Se separa un poco de mi—. Además…—Su tono disminuye—, ya he aguantado lo suficiente esa palabra con tu padre.

Yo asiento….

Una regla menos.

—Está bien —contesto un poco después de que mi madre se echase hacia atrás frunciendo sus labios, luego una tierna sonrisa me hace confundir.

—Mamá…¿Qué pasa? ¿Por qué estás mirandome asi? 

Ella se inclina hacia mí. 

—Ustedes…¿Han tenido…?

Mis ojos se abren de par en par.

—¡MAMÁ! No, no.

—¿Qué? No hay nada malo, además, ustedes ya tienen la suficiente responsabilidad como para hacerlo.

Una leve risa se escapa de sus labios.

—No hemos tenido relaciones. Y…no se si alguna vez vayamos a tenerlas, ¿Ok? Caso cerrado.

Un siseo se escucha del pasillo, me limpio con mis manos las lágrimas en mis ojos. Papa sale refunfuñando y con una boleta en sus manos, un cigarrillo en su boca sin filtro, y los lentes empañados. Hace años que no fuma, prácticamente desde que yo nací. Y verlo así podría derrumbar su carrera.

—Victor, tu hijo quiere hablarte—Mama le habla a papá, quien levanta la cabeza del documento en sus manos, casparrea cuando me ve y se acerca, trato de protestar a mamá pero se va dejándonos solos—. Ya que tú tienes que hablarle también los dejo solos.

Mamá lo ha llamado Victor, no más cariño, ni amor.

—De acuerdo, y gracias, Norma.

¿Qué?

El señor de barba marrón se dirige hacia mi. Yo respingo una vez más.

—Matt…

Un gruñido grave sale de sus labios y me hecho derramar lágrimas.

—Tu madre y yo no estamos pasando por un buen momento , ¿Lo sabes?

Yo asiento, imaginándome lo peor.

Me lamo los labios y ladeo la cabeza en símbolo de impaciencia.

—Bueno…uhm, ella y yo hemos tomado una decisión importante, eso…¿También lo sabes?

La sangre me sube por la garganta.

—No quiero rodeos, padre, ya habla.

Él asiente, como si entendiese que necesito saber la verdad. Cualquier hijo necesita saber la verdad de sus padres. Siempre. Pero siempre.