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Elle

–Vamos, sal.

Matthew me alcanza su mano mientras yo voy subiendo las escaleras de la piscina escalón a escalón, saliendo congelada de ella. Me pasa una toalla luego de ayudarme a salir de allí y me arropa con la misma, haciendo que se me pase un poco el frío del agua. 

–Gracias. –Agradezco con la boca temblante.

El se envuelve con otra toalla la cintura también temblando, se inclina a un banco cerca de nosotros y agarra de él un pequeña pulsera celeste, junto mis cejas mirándolo, él me toma delicadamente la mano y me coloca el brazalete en mi muñeca.

–Con esto puedes venir cuando quieras aquí.

Abro mi boca sorprendida, es un gesto extremadamente atento de su parte, me pongo a puntapié plantando un beso en su colorada mejilla y le toco con mi índice la punta de su nariz.

–¿Por qué te divierte tanto el hecho de verme sonrojado? –Pregunta sonriendo.

Me atrevo a hacer un mohín acercándome a su oído.

–No me divierte–me separo de él cruzada de brazos sonriendo–, me encanta.

El se sonroja aún más, poniendo los ojos en blanco. Me acerco a la orilla de la gran piscina recogiendo mi ropa del suelo y Matthew hace un gesto para que lo siga. Caminamos volviendo al extenso pasillo.

Llegando a dos puertas altas; Dames, Gentelmes.

(Damas y caballeros), son vestuarios, le doy una última mirada a Matthew antes de entrar al lugar, todo aqui esta limpio e impecable. Lavabos, duchas, cambiadores, espejos. Me siento cómoda en este sitio.

Busco un baño que no esté ocupado y lo encuentro, ingresando a él, empujando una pesada puerta azul.

Luego de cambiarme, me paro frente al espejo mirando mi reflejo, mi cara está pálida y mis labios morados de lo gélida que estaba el agua. Sonrio. Tratando de dar una buena impresión, pero solo logro que mis ojeras se acentuen. Me lavo la cara con agua tibia y salgo del lugar. 

Matthew sale del suyo un momento después que yo, con la misma ropa que antes, luciendo espectacular como siempre.

–No estabas bromeando ¿No?

Una pequeña risa se escapa de sus labios.

–No. Iremos allí y te compraré todos los que quieras.

Mis manos se juntan en mi regazo y le doy una pequeña sonrisa.

–No te quiero hacer gastar mucho dinero, de verdad. –Él me toma de la mano saliendo de la institución. Se encoge de hombros sobándose la nuca.

–No me importaría, linda. –Trago fuerte. Tratando de controlar mi irregular respiración. 

Uno.

 Dos.

 Tres.

Linda…

Aun practico mi autocontrol, mama es una profesora de yoga, se convirtió en una experta de la salud mental luego de dejar su trabajo de superestrella teatral, en el cual se ganó miles de salidas a diferentes viajes internacionales, promocionando sus campañas. 

–¿Tienes los ojos cerrados?

Matthew me pregunta y abro mis ojos.

–No, no. –Explico rápidamente. Intentando distraerlo, obviamente sin éxito alguno.

–Si, claro. –Matthew se acerca a mí con una sonrisa y retrocedo–.  No eres muy buena mintiendo, y lo sabes ,preciosa.

Preciosa…

Incorrespondido (Bilogia Viajes)  -Brunella Bonavigna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora