Elle
Como todos los días, el mío no empezó con mi madre y una valija, Matthew se recuesta apagando la lámpara de velador que está en mi mesa de luz, y yo lo vuelvo a encender. A pesar de que sean las cinco de la mañana en punto debo bañarme, vestirme, y el tomate me debe acompañar al aeropuerto para partir allí a las ocho y media de la mañana. Me cuesta ponerme de pie, pero lo consigo cuando alguien me empuja levemente desde la cama.
–Ve tú sola, no lo soportaría –suspiro.
No quiero llorar. No voy a llorar, pero si tienes a Matthew a tu lado es un poco más complicado.
No sé cómo, pero me las arreglo para vestirme y darme la vuelta mirándolo llorar.
–Dios, eres tan dramáticamente dramático –me mira como si fuera la cosa que más lo lastimara y siento una presión en el pecho–, se supone que yo hago teatro, no tú.
Una sonrisa nostálgica aparece en sus labios.
-He aprendido de la mejor.
Ok, si sigue así sí voy a llorar. Sonrio triunfante, no puedo dejarle ver lo mal que estoy. El dolor que uno siente cuando siente amor es compartido con la otra persona, y si la otra persona sufre están perdidos. Si, eso me lo enseñó el teatro.
–Vamos –digo despegando a Matthew de las sábanas, abro mis ojos–, dijiste que ibas a vestirte.
El se percata cubriéndose con la sábana, y se posiciona para seguir durmiendo cómodamente.
Me rindo, así que cuando bajo las escaleras y termino de desayunar una mirada cómplice aparece en el marco de la puerta de la cocina.
–Estás hecha toda una mujer.
Papá, el hombre que más amo y el que más me ama se limpia las mejillas con las manos, fingiendo estar bien.
–Papá, por Dios, no quiero llorar antes de tiempo.
El niega con la cabeza.
–No importa, hoy debes estar feliz, no me hagas caso.
¿Qué…? No, no. Solo con imaginarme a mis futuros hijos, si es que tengo, partir de mis brazos es una imagen de mi misma derrochando de angustia.
–Te entiendo, papá –lo abrazo, quizás, pienso, que este sea nuestro último abrazo en mucho tiempo. Solo el tiempo y mis decisiones saben qué y cómo pueden suceder las cosas. Mi carrera dura cuatro afables años, y…prácticamente lo arruinará todo. Matthew y yo; nuestra relación, Cecile lejos de nuevo, Henry y Alex también, pero, el amor que tengo por papá es mucho más grande. Demasiado intenso, yo soy su…bebé.
–No puedo creer el padre tan grandioso que tengo.
Mi vista nublosa me permite ver a tres personas: Matthew, Cécile, y un chico alto, moreno, con el pelo corto; rizos despeinados y una nariz perfilada y afilada mirándome. Jordan.
Si, repito. Jor-dan. Mi ex mejor amigo, mi compañero de bachillerato, de secundaria también, el mismo que se enfadó cuando dejé de estar la mayor parte del tiempo con él, y pasé a pasar más tiempo con Matthew. Mi ex novio.
Me suelto de mi padre, quien me acompaña a la sala para saludar a Cécile, a Matt y a Alex y a Henry. Quiénes bajan con mis demás maletas en los brazos, sí, y muy atractivos. Por un momento el calor sube a mis mejillas, pensar que unos meses atrás creía que mis hermanos eran solo chicos guapos con chicas con las cuales acostarse, millones de seguidores y mala fama. Bueno, no sé si creo lo mismo ahora. Ambos me ayudaron, cada uno a su manera, y un vacío atormenta con enrojecer mis ojos. ¿Por qué mi estúpida mente creía eso…?
Ellos han madurado, Elle.
Si, eso es lo más lógico. Me lamo los labios nerviosa, hay algo en lo personal que tendría que decirles. Tendría…Sí, ellos tienen que saberlo. Cualquier cosa que les oculte y que no les diga no la sabrán en cuatro años, así que…
—Bueno, vamos o perderemos el vuelo—Cécile menciona.
Me hago a un lado para que Papá, Henry, Matthew y Alex lleven las maletas a la camioneta de Cécile. Jordan no me dirige la mirada hasta que me acerco a él. Lo miro, y no sonrío, la rabia no me
—¡¿Qué haces aquí?!–entorno mis ojos y hablo por lo bajo.
Perfecto, el silencio es todo lo que recibo, sus ojos marrones y grandes muestran lo que exactamente quería ver: rechazo. Eso me motiva a volver a hablar:
—Aunque sepa las miles de razones por las cuales estás aquí, no cambiaría mi opinión. Tengo novio, Jordan, novio. Te dije que todo lo que nosotros alguna vez tuvimos se terminó y que…¿Un gruñido? De verdad no puedo creerlo. Un. Puto. Gruñido.
Se acerca y retrocedo.
—Mira, Elle, vine aquí solo por una cosa, y ten en cuenta que no eres tú. Mi propósito es viajar a kilómetros con una compañía decente que no arroja rabieta por todos lados mientras habla con su amigo y cumplir con mis estudios allí. Estoy de lo más dispuesto a convivir cuatro años contigo, pero si sigues siendo una niñata malcriada no tendré opción a cancelar mi beca para otras universidades que sí me quieren realmente, ¿comprendes? Ah, y Alex me llamó para toda esta porquería.
Una respiración no es suficiente para despabilarme de esta laguna mental Alex…
El idiota mayor.
Control, Elle. Control.
—Muy bien, cariño, ¿Vamos?
Sobo mi cabeza, miro a Jordan sonriendo pícaro y lo imito inmutando su mirada.
—Sí, vamos. —Cécile me lleva al carro y no me doy vuelta cuando partimos hacia el aeropuerto, solo una mirada dolida de la gente que quiero es lo suficientemente fuerte para que se me escapen lágrimas de los ojos.
Llegamos, Cécile se despide de nosotros y nos deja. Solos.
—No me hables porque estaré ocupado con algo que si me interesa.
Él habla por fin.
—No tenía pensado hablarte, eres un inmaduro.
Rueda los ojos y se ríe.
En el viaje, Jordan no me hecha ni una mirada, solo se le ve con sus auriculares negros escuchando lo que sea metal pesado y que haga mucho ruido. Su cara se contrae y mueve su cabeza. Admito que siempre tuvo buen gusto musical, pero que siempre se guarda para él solo sus preferencias. También algunas veces me descubre mirándolo pasmada y corro la vista rápido. Porque, la verdad, me siento algo incomoda…
¿Cambiar tus estudios por el capricho de mi hermano? Alex podrá ser idiota, pero, ¿quién le hace caso a un idiota?
El viaje a medida del tiempo se hace denso y aburrido.
Y es cuando apoyo mi cabeza para descansar un poco, unas horas nada más.
Entonces pasa, no sé porqué, pero él se filtra en mis sueños.
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Incorrespondido (Bilogia Viajes) -Brunella Bonavigna
Teen FictionCuando Matthew conoce a Elle, su mundo cambia por completo. Cuando Elle conoce a Matthew, el suyo se pone de cabezas. Los dos mejores amigos se aman, y la amistad queda algo atrás en el proceso en el que uno da el primer paso, luego...