Capítulo extra: Jordan.

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Jordan

—¿Estás seguro, Dan?
Mi hermana se pasea por su oficina, que es pequeña y parecida a la recepción, ella trabaja en el establecimiento desde hace cuatro años, y desde ese tiempo que no la veo. Ella es y fue mi figura maternal reemplazando a mi madre por su diferencia de edad. No es de Colombia, y tampoco de aquí, pero sé que nació en uno de los destinos de viaje de mis padres: Santiago de Chile. Luego, ella con cuatro años y con sus padres, se mudaron a Arizona donde nací y perdió a su madre, Viggo es una luchadora desde luego.
—Ella no va a perdonarme, ¿sino cómo?
La chica morena y de rizos me mira como retándome.
—Tú siempre buscando la solución más fácil…
Levanto mis cejas y le sonrio tímido. Apoyo mis manos sobre mi regazo.
—Creo que lo he aprendido de ti. 
A ella no le hace gracia mi comentario y me pasa un folleto de la universidad. Fotografía en el piso tres.
—¿No era que solo había teatro en ese piso?
Viggo sonríe mostrando sus perfectos dientes.
—Eso es solo publicidad, ¿o para qué crees que estudié marketing?
Sonrío, y recuerdo repasando la estructura de Village, el ataque de pánico de Elle en el ascensor. Se veía tan indefensa. Pero eso no interesa ahora. 
—Dime un nombre —Viggo musita aplastando su esponjoso cabello y retocando su labial rojo, hoy tiene una cita afuera de la universidad—. ¿Quieres que sea más real? Ponte una ubicación cercana.
—De acuerdo, que tal…¿Pepe?
Viggo escupe su bebida en mi computadora.
—¡Eh! Cuidado.
Ella parece atragantarse con el agua. Tomo una servilleta y absorbo el líquido con ella.
—Lo siento, es que eres un idiota.
Me limito a rodar los ojos y a perfeccionar mi delineado negro para ir a el concierto.
Ah, cierto, tengo que llevar al ángel.
—Lo siento, pero debo llevar a alguien a un concierto.
Viggo parece estar colocándose una chaqueta de cuero negra, sonriendo y tomándose fotos al espejo.
—Tranquila, ve a tu cita.
Tomo mi computadora y camino a la puerta que da al segundo piso, Elle está en el tercero.
—Lo siento, ¿qué era lo que…?
Pero cierro la puerta detrás mío. Dos chicas muy bien vestidas me saludan y trato de esquivarlas. Logrando mi objetivo, me dirigo al ascensor y aprieto las siglas III para subir a por Elle. Las habitaciones son de a dos personas, sean del mismo o diferente sexo. A Viggo le gusta llamar a este patrón, la causa cupido. Ella presentó este proyecto para "diversificar géneros". 
¿Mi opinión? Diversifica tu maquillaje.
Abro la puerta de nuestra habitación.
—¡Bon Dieu et satan!, pouvez-vous arrêter de discuter avec cet idiot? 
Ella parece enfadada, oh, rayos, está enfadada. Lo cual me parece cómico, nunca la vi tan cabreada.
—Deja de decirle idiota a mi novio.
Sacudo la cabeza a los lados, saboreando su furia y parezco querer masticar las palabras en mi boca antes de soltarlas.
—Vístete.
Elle se ríe maleficamente. No me muevo cruzado de brazos y cae en la cuenta de que no bromeo.
—¿Qué?
De acuerdo, tendré que hacerlo por la fuerza. 
Abro la maleta de Elle retrocediendo lentamente.
—¿Tu novio te ha comprado esto? —digo señalando sus panties rojas en mi mano.
—Ey, ¡deja eso ya!
Sonriendo saco de la misma un vestido negro de encaje hermoso. De una abertura en la zona de los pechos que deseo verle puesto a tal ángel como lo es Elizabeth.
—Vamos al concierto, vístete.
Ella se levanta de la cama, sin entender mucho de lo que hablo.
—¿Estás loco? No voy a ir a ningún concierto, no sé de quién es, dónde, si eres de confianza…—auch, eso dolió—, o si voy a estar despierta mañana en mi primer día de universidad que esperé hace seis malditos años, ¿lo entiendes? ¡¿Lo haces, Jordan…?!
Quizá no pensé mucho cuando Alex me propuso hacer esto.
—Es de Måneskin, irás conmigo, con el auto de…con mi auto, y volveremos temprano, lo prometo.
Elle piensa mucho antes de contestar. 
—Pero, ¿qué pensarían mis hermanos? 
¿Es en serio?
—Escúchame, eres independiente, una mujer independiente y fuerte que no necesitas de la aprobación de tus hermanos, ahora quítate esto —le saco su colcha y la coloco en la cama—, te espero abajo.
Cuando estoy a punto de girar el manojo de la puerta Elle me habla.
—¿Lo juras? —refunfuña de brazos cruzados.
—Estás pidiendo mucho. Lo prometo y yá.
Salgo de la habitación y me preparo para el descontrol.

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Incorrespondido (Bilogia Viajes)  -Brunella Bonavigna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora