18. Disculpa

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Prompt: Llanto

***

Cuando su desarrollado sentido del oído captó que la respiración de Tony se hacía más calmada, hasta el punto de mantener un ritmo regular, supo que ya estaba en el mundo de los sueños.

Peter Parker, de 21 años de edad, cargaba a su primera hija en sus brazos con una sonrisa de adoración.

Presentía que iba a hacer un buen trabajo cuidándola, o al menos eso esperaba. Sin embargo, aquél lindo momento no duró mucho, puesto que una de las enfermeras se aclaró la garganta, rompiendo momentáneamente con su burbuja de ensueño.

—Señor Parker, necesito llevarme a la niña. Puede verla después. —Le dijo alzando sus brazos.

—Aww, ¿en serio? ¿No puedo tenerla por otro rato más? —Pidió, con una sonrisa que ya a todas luces se veía cansada. En todas estas pasadas horas, no había dormido mucho, pero la emoción de estar con su hija le podía más.

—Señor Parker... su hija acaba de nacer. Necesitamos colocarla en la incubadora primero y hacerle algunos pequeños exámenes. Puede visitarla en el horario de visita. —Le explicó, tratando de hacer que entendiera.

Las primeras horas del nacimiento de un bebé eran cruciales ya que podían determinar qué tan delicado sería el estado de salud de la niña. No podían correr el riesgo, porque prácticamente esta niña era un milagro. Lo que había pasado hace unos instantes en el quirófano era un milagro. Tanto doncel como recién nacida habían salido ilesos, uno que otro susto, pero nada que un buen sueño no pudiera quitar.

Y Peter, parecía pensar esto también, aunque con cierta reticencia le entregó a su hija. Aquella criaturita comenzó a llorar desconsolada, el corazón de Peter se encogió al escucharla. Creyó por un momento que la niña tenía frío, al verle sacudir su cuerpecito y su cara tornándose rosada por el llanto, aunque el joven no lo pudiera decir con certeza.

Se volteó hacia la doctora. —¿Qué pasará con Tony?

—Pues terminaremos de asear a su doncel y lo llevaremos a su habitación. Vamos a necesitar que se queden al menos un par de días más, señor Parker. Por ahora, descanse. Cuando el Señor Stark despierte, le enseñaremos como podrá alimentar a su hija de ahora en adelante.

Peter quiso seguir protestando, había leído muchos libros desde hace meses, estarían bien. Aunque nada de esto lo pudo expresar en voz alta, porque sin poderlo evitar, un profundo bostezo escapó de él, sintiendo sus párpados pesados.

De momento, dejó que las enfermeras y el personal se encargaran de todo y con paso vacilante, Peter abrió las puertas y salió al exterior. Fue saludado enseguida por la luz blanquecina de los pasillos de la clínica y apenas miró hacia un lado, pudo distinguir como la mayoría de sus amigos Vengadores y conocidos le miraron expectante, Steve y Bucky se aproximaban para llegar hacia él.

Sin embargo, vio como Kimberly Stark se levantaba de la silla como si fuera un resorte, corriendo a su encuentro.

Su expresiva mirada parecía preguntarle varias cosas a la vez. Peter sonrió para reconfortarla.

—Está bien. Ambos están bien. La bebé nació sin problemas, y Tony está durmiendo como un tronco ahora. —Terminó por anunciarle a todos, que enseguida soltaron exclamaciones de alegría y victoria. Al presenciar esto, Peter se carcajeó, el peso de toda la angustia terminando por desvanecerse, sintiéndose cada vez más cansado.

Se sorprendió cuando Kim se lanzó a sus brazos, eufórica, y Peter solo pudo corresponder al abrazo de la joven, dándose cuenta de que lloraba al sentir como las lágrimas mojaban su hombro, a través de la tela negra de la camiseta.

—Oh... lo siento, yo... estaba tan asustada. —Comenzó a excusarse, dándose cuenta de lo que estaba haciendo sin querer. Trató de separar el abrazo, mas Peter negó y le instó a que siguiera apoyando su mejilla en su hombro.

Quiso arriesgarse al expresar un pensamiento suyo que llevaba desde hace semanas.

—No es la primera que a Tony le pasa algo grave, ¿cierto? —Apenas terminó de decir, sintió como la joven se tensaba en su agarre. —No te preocupes, no diré nada. Ya los motivos de tu llegada me están quedando bastante en claro, comienzo a entender muchas cosas.

De manera calmada, Kim comenzó a retirarse. Ambos se quedaron mirándose por un momento. De mala gana, ella desvió la mirada.

—No le digas a nadie, pero admito que... te juzgué mal. Pensé que lo de mi papá y tú era solo un invento, algo pasajero ¿sabes? —Confesó, con cierta resignación. —Y verlos convivir poco a poco me hizo darme cuenta de algunas cosas, entre ellas, que no conozco a mi papá en lo absoluto. Al menos, en este universo.

Peter pareció meditar por un momento. —Si sólo quieres tiempo con tu papá, bastante con pedirlo. Entiendo que Tony haya tenido otros asuntos en... bueno, otros universos. No me importa nada más, eso está lejos de que lo pueda cambiar, no puedo cambiar nada salvo de lo que conozco. Estoy con el Tony de este universo. —Expresó. Algo que a todas luces era evidente, pero que parecía ser necesario decir en voz alta, para que Kim finalmente entendiera.

La joven solo pudo exhalar en respuesta, ya soltándolo y alejándose un par de pasos. —Está bien. No pienso hacer más difíciles las cosas. —Peter asintió en acuerdo, la joven buscaba algo más que decir. —Cuéntame... de la bebé. Como es, ¿sí nació sana?

Peter recibió de buena gana el cambio de tema, su semblante parecía iluminarse solo con la mención de su hija. 

***

Cuando Tony abrió los ojos, retomando el mundo de los vivos luego de un sueño que parecía eterno, pareció escuchar a lo lejos el llanto de un bebé. ¿Su bebé? ¡Oh! Necesitaba encontrar a Peter rápido, no lograron ponerse de acuerdo con el nombre de la niña y odiaría la idea de que su chico lo escogiera solo. Sin duda lo amaba, pero a veces el gusto de Peter por los nombres dejaba mucho que desear.

Tony tosió, sintiendo muy seca su garganta, el deseo de tomar agua haciéndose presente.

—Papá. —Fue saludado por su hija mayor, con cierta incertidumbre en sus facciones. Vio de reojo como Peter estaba profundamente dormido en una de las sillas.

Tony quiso borrar esa expresión de temor en el rostro de Kimberly. Parecía no poderlo evitar, consciente de que ella era su hija en otra vida. En otro universo.

—¿Quieres agua? —Le dijo, acercándole el vaso de cristal.

Con cierto esfuerzo, Tony alzó sus manos y bebió todo el contenido de un largo sorbo.

—Gracias. —Murmuró Tony, sintiéndose un poco mejor que antes.

Kimberly sonrió, sintiéndose mejor por estar con él y poder ayudarlo de cualquier manera. Estaba muy satisfecha, de tener la oportunidad de compartir estos momentos con él, sintiendo gozo en su corazón.

Sin duda aquellos momentos los atesoraría bastante, cuando ella misma tuviera que partir. 

Moments (Starker family fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora