28. Juega Conmigo

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Notas de Autora (Sthefy): Yyy nos estamos acercando al final, ladies and gentlemen. Para recordarle que antes de esta historia, yo tenía muchísimo tiempo sin escribir así que xd Muy osado de tu parte leerme, sólo eso ;P De igual manera, agradecida y sorprendida de que esta historia ya haya alcanzado su primer 1K de visitas. ¡Espero puedas seguir disfrutando!

Prompt: Juegos.

***

Morgan Jane Stark, de pocos meses de edad, era una monada. El corazón de la familia, que estaba contrayendo nupcias, residía allí. Parecía como si ella hubiera nacido ayer, pero en ocasiones, siete meses podían pasarse en un parpadeo. De lo que nunca podría quejarse la pequeña Morgan, era que sus padres jamás la dejaron sola. Si Peter no estaba, Tony estaba con ella. Y si Tony fallaba, Peter le suplantaba.

Si ambos no estaban, Happy se encargaba. Y así sucesivamente. Mientras Tony respirara, a su hija nunca le faltaría nada. Incluso, tiene una hermana mayor proveniente de otro universo que nadie esperó, pero ya puestos en esto, no quedaba nada mal. Parecía extraño y literalmente, sacado de otro planeta, pero a Tony le... reconfortaba, la idea de que a pesar de estos meses, ella, Kim, siguiera quedándose con ellos. Algo muy dentro de él le había dicho que no se encariñara con ella, que aquello no era real y que si lo era, entonces no estaba destinado para él. Tony era un Stark, y los Stark muy rara vez podían estar completos, sentirse completos.

Y sin embargo, aquí estaba.

El compromiso que Peter y él habían adquirido trascendía mucho más allá de su primera hija. Habían hecho las cosas un poquito al revés, pero ¿qué era la vida sin sorpresas? Desde que empezaron su relación, pronto tanto Tony como Peter notaron que no podían esperar que todo les saliera a la perfección, que fuera color de rosas 24x7, porque de ser así, entonces nada más de ahí podían esperar una fantasía, algo irreal.

Que no eran mujeres, coño. ¿Quién dijo que las relaciones entre hombres eran sencillas? La mayoría no analizaba minuto a minuto lo que hacían, ni mucho menos medían sus palabras al momento de hablar.

Tony Stark sabía que la cagaría bastante una vez firmara ese papel. Que al ser una bomba humana de tiempo, podía explotar a la menor provocación, sin dejar casi nadie intacto. Varias veces se lo intentó explicar a Peter, y el muy necio seguía con que a pesar de sus errores, lo seguiría amando. Y Tony intentó ponerlo a prueba, por supuesto que sí. Más bien, sentía que le hacía a Peter un favor si evitaba casarse con él, porque le cambiaría la vida. En sentido literal y figurativo, y aunque a Tony le partiera el corazón, como persona propensa al auto-sabotaje, sentía que no tenía derecho de ser amado. Y mucho menos de alguien tan puro e inolvidable como Peter.

Peter merecía mucho más.

—Entonces lo quiero todo. —Le respondía, con sus ojos caobas increíblemente honestos. Era allí donde Tony solía perderse, porque ¿quién se negaría a tan irresistibles ojos de cachorro?

Tony Stark no sabía que era débil. Hasta que conoció a Peter Parker. Y quiso transformar aquella aparente debilidad en fortaleza.

Y poco a poco, comenzaron los preparativos de la boda. Luego, se hizo una pausa momentánea, porque cuando la barriga de Tony había crecido en aumento, tuvo que cancelar sus planes y salidas para alquilar el mejor salón de ceremonias, degustar la comida de la celebración. Todo, todo, quería que todo le saliera a la perfección en la noche más importante de sus vidas.

"Yo hago que te vayas", Tony intentó acallar esa voz en su cabeza, mientras seguía escuchando a Rhodey, que durante el Chasquido había hecho un curso oficial para casar a la gente, algo que era totalmente legítimo. Tony siempre quiso, por algún motivo, que Rhodey le casara, y su buen amigo inconscientemente se había preparado para este día. Esbozó una sonrisa, mientras que Tony callaba aquella parte de sí que era propensa a la destrucción y al caos, aquella que quería arrasar con todo a su paso.

Hoy no.

Era una boda íntima, bastante reducida en audiencia. Por supuesto, no había prensa. No había amenazas externas que pudieran arruinar el momento, solo estaban ahí, rodeados de sus seres queridos, y el mar, con el sol a punto de ocultarse en un bello atardecer, de esos que invitaban a quitarse los zapatos y correr por la orilla del mar, riendo a carcajadas y simplemente disfrutar del momento.

Y con una mirada, mitad incredulidad, rabia y resignación, Kimberly Stark, apretó un poco el agarre que tenía de la bebé, sentada en su regazo y observó casi de primera fila como su padre y Peter sellaron su promesa de amor con un beso, frente a todos.

Marido y doncel, hasta que la muerte les separe.

Sin embargo, lo que más le estaba matando a Kim, era el hecho de que en esa ceremonia, por primera vez en meses, estaba viendo a su madre. Pepper Potts, vestida de un conjunto aguamarina, aplaudía con lágrimas en los ojos y una expresión contenta. No había rencor, no había amargura en su expresión.

En estos momentos, ahora más que nunca, Kimberly necesitaba un trago. Un Whiskey, vodka, lo que fuera, pero que sea lo suficientemente fuerte como para otorgarle fuerzas y no querer abandonar su misión, abandonar todo. Sentía las miradas asesinas de sus amigas en su nuca, y sabía que aquello también era una bomba de tiempo que estaba a escasos minutos de explotar.

Ellas estaban aquí, seguían aquí retenidas, prácticamente por su culpa.

¿Por qué no se iban?

¿Por qué no la dejaban en paz?

¿Por qué seguían insistiendo en quedarse con ella?

Ajena al movimiento nervioso que su misma pierna hacía, se congeló en su sitio al escuchar como ¿su hermana? ¿ella misma? comenzó a llorar. Aquello despertó cierta ternura en los presentes y unas ganas instintivas de otorgar consuelo.

—No papá, yo puedo, yo me encargo. —Le aseguró, incorporándose, cargando a Morgan bebé y entre palabras tranquilizadoras, caminó llevándosela a la orilla del mar.

Poco a poco, la bebé comenzó a distraerse con el sonido de las olas y la sensación de arena en sus pies, cuando Kim la sentó con cuidado en el suelo. Le importó muy poco que su conjunto formal blanco se ensuciara, y mientras contemplaba el atardecer con su ¿yo más joven?, se dedicó a distraer a la niña, mientras pensaba en un plan.

Suspiró, mientras intentaba relajar su rostro y expresiones faciales.

—¿Juegas conmigo, pequeña? —Le preguntó Kim, con una sonrisa. Recordaba lo mucho que ella misma disfrutaba del mar cuando era pequeña. Tal vez aquí pasara lo mismo, o simplemente sería una casualidad más del destino.

Y Morgan bebé emitió un sonido de alegría, sus manitas tocando la arena repetidamente, como si ésta fuera un tambor.

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Moments (Starker family fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora